Quienes a través del ejercicio libre del periodismo desde los años 70 del pasado siglo vimos crecer a Ciudad Guayana con su desarrollo a saltos, pese al cacareo de la cuidadosa planificación y nos convertimos en críticos del modelo desarrollista bajo el cual se erigía esa urbe de acelerado crecimiento demográfico,pero sin esperanzas para quienes atraídos por una publicidad bestial de la Corporación Venezolana de Guayana, abandonaban sus lugares de origen para venir al encuentro de “El Dorado”, no podemos menos que ver con expectativa el anuncio hecho por el presidente Hugo Chávez Frías, de convertir a esta región en cuna del socialismo.
En aquellos tiempos hasta donde nos lo permitía la Gran Prensa para la cual laboramos (El Universal y luego El Bloque de Armas) hicimos severas críticas a ese engaño contra quienes llegaban a Guayana en busca de “El Dorado” reflotado por la manera irresponsable de promover la región. Por supuesto que quienes caían en esa trampa sufrían una desilusión al igual que los conquistadores engañados por los hábiles indígenas que los enviaban al corazón del selva en busca de una leyenda, que jamás encontraron.
En esos tiempos recordamos que en varios trabajos que realizamos acuñamos un término: “Ciudad Guayana incubadora de hombres nadie”. Y es que llegamos a la conclusión que ciertamente la promoción desproporcionada hecha por la CVG, acerca de las oportunidades de nueva vida, de un sueño posible, hizo que de la noche a la mañana comenzaran a surgir los cinturones de miseria aledaños a los urbanismos desarrollados y que hasta mediados del año 84, esperaban por compradores. El fenómeno de marginalidad tuvo su caldo de cultivo en la decepción, que sufría esa diáspora de diversas regiones del país que abandonaban todo en su lar de origen para venir en busca del sueño dorado y al llegar a Caroní, especialmente, se encontraban con la triste realidad, que en la zona se requería era profesionales preferentemente de áreas técnicas, y el gran complejo industrial que florecía necesitaba obreros especializados, no toderos. Era el primer golpe y en consecuencia quien no llenara esos requisitos iba derechito a engrosar las filas del desempleo y a invadir un pedazo de terreno para plantar una barraca, no sin antes recibir una buena dosis de gases lacrimógenos y unos cuantos bastonazos o planazos durante las operaciones de desalojo que practicaban la policía y la Guardia Nacional,ordenados por la CVG que era la dueña y señora de todas las tierras. Luego se encontraban con que tampoco tenían espacio para su prole,porque no había escuelas suficientes para albergar a los niños que en edad escolar llegaban junto a sus padres, por lo que no tenían futuro, su expectativa era ser hombres nadie sin oportunidades en la vida.
Esa invasión de gente venida de todo el país y de otras partes del planeta colapsó los servicios y Ciudad Guayana llegó a ser la ciudad mas desaseada de Venezuela, hasta la primera administración de Clemente Scotto, que logro articular políticas con los vecinos para mejorar el servicio y el compromiso de las empresas básicas que asumieron el mantenimiento de algunas avenidas y redomas. No tuvieron la misma suerte los servicios de agua y energía eléctrica que frente a la sobre exigencia por el crecimiento de la ciudad con barrios que nacían de la noche a la mañana, no hubo inversión y por eso los apagones y sequía en las tuberías del acueducto han sido males de nunca acabar, producto de las políticas capitalistas que tomaron en cuenta al hombre y a la mujer solo como herramienta de trabajo para la producción, más no como factor humano determinante en el desarrollo de toda actividad.
Recordamos que en una oportunidad durante una rueda de prensa en el hotel Inter Continental Guayana preguntamos a un presidente de la CVG, que programas tenía esa corporación como rectora del desarrollo para mejorar la calidad de vida de los guayaneses, a través de atención a la salud,transporte y servicios públicos en general, que no funcionaban y su respuesta fue lapidaria: La misión de CVG es producir acero, aluminio y otras materias primas a través de sus filiales y sobre eso puedo responder.
Tal era la visión de desarrollo que esa gerencia tenía. En las empresas básicas cada trabajador que se accidentaba lo ocultaban, lo hospitalizaban en secreto y luego durante su recuperación lo llevaban a cumplir horario en una oficina, cuidándolo del contacto con la prensa, para de esta manera la gerencia exhibir su récord de cientos de horas hombres trabajadas sin accidentes laborales. Cuando moría alguien en un accidente laboral,la culpa era del fallecido por no haber observado las reglas de seguridad industrial que el supervisor le había indicado, (todos sabemos que los muertos no hablan) y toda una serie de irregularidades que dudamos se hayan erradicado en esta década.
Por eso con las medidas propuestas por los trabajadores, aprobadas por el Consejo de Ministros y anunciadas en Caroní por el Comandante Chávez durante el encuentro sostenido con representantes de la clase obrera de las empresas básicas, creemos que al final se corregirán muchas fallas se humanizará la conducción de estas industrias y Guayana, será lo que todos sus hijos nativos y adoptivos queremos que sea, un polo de desarrollo pero donde el factor humano represente la columna vertebral del proceso, donde la fuerza laboral tenga potestad de tomar decisiones sobre la conducción de la industria, del destino y uso de la producción.
En otras palabras para poder imbricar a Guayana en el proceso revolucionario, se tiene que desarrollar una nueva arquitectura del sistema de producción socialista para sustituir el andamiaje desarrollista que heredamos de la administración capitalista,para que de esta manera Guayana,pase de incubadora de hombres nadie a cuna socialista.
Periodista*
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