Profundizando en la conformación de un espacio que aglutine a los gobiernos progresistas de América Latina, en alianza política, económica y social, defendiendo la soberanía, la autodeterminación e identidad de los pueblos para la construcción de la patria grande bajo el lema: “Un mundo mejor es posible”, se llevó a cabo en la ciudad de Cochabamba Bolivia, la VII Cumbre del ALBA TCP.
Esta reunión tuvo especial importancia por la coyuntura política que se vive, cuando el capitalismo depredador se empeña en destruir la existencia de la humanidad y nuestra madre tierra, producto de la irracionalidad en los patrones de consumo y de la especulación monopólica y financiera en beneficio de las trasnacionales, generando consecuencias irreversibles en el cambio climático, cuyo radio de acción conlleva a una aterradora crisis alimentaria y energética. Como es sabido, durante las crisis no disminuyen las necesidades de la sociedad, sino que se produce una reducción en la capacidad adquisitiva de los pueblos y como el impacto es mayor en los países desarrollados, las estrategias económicas mundiales de éstos van encaminadas en función de transferencia de capitales y materia prima del sur hacia el norte, en una clara aplicación de una suerte de Darwinismo social, desprovisto de humanismo, donde el bienestar pasa a un segundo plano, siendo vital para ellos la supervivencia de sus empresas y bancos.
Aunado a esto, las democracias de América Latina parecieran estar viviendo su ocaso ante la mirada cómplice del imperio norteamericano, cuando se observa con indignación como en Honduras se legitiman los golpes de estado al darle beligerancia al gorilismo y sentarlos en una mesa de diálogo con el presidente constitucional, electo por libérrima y soberanísima decisión del pueblo. Y como si esta bofetada a las democracias no bastara, el dictador Micheletti tiene el tupé de implementar maniobras distraccionistas y de retardo para llegar a las elecciones y designar un nuevo gobernante bajo un gran fraude político electoral, mientras tanto siguen suspendidas las garantías, se incrementa la represión contra el pueblo y se cierran los medios de comunicación opuestos al gobierno de facto.
En este sentido, la declaración final de la VII Cumbre, entre múltiples acuerdos, dictamina el reestablecimiento inmediato e incondicional de Manuel Zelaya como presidente de Honduras y el desconocimiento de proceso electoral realizado bajo el gobierno golpista y de las autoridades que de él emerjan, exhortando a la comunidad internacional a que se sume al desconocimiento, además de promover acciones contundentes para el reestablecimiento pleno del orden constitucional, encomendando designar un grupo para estudiar la creación de un tribunal de justicia climática, con el objeto de hacer cumplir que los países desarrollados paguen su deuda climática y cumplan la reducción de sus emisiones domésticas de gases de efecto invernadero.
Acojen el proyecto binacional de observatorio de medios creado entre Ecuador y Venezuela instruyendo al Consejo Político, realizar todas las acciones necesarias para que se amplíe a los demás países del ALBA TCP, como un mecanismo de seguimiento a los medios de comunicación, con la finalidad de enfrentar la guerra mediática y revisar los márgenes legales en los respectivos países.
Con esta cumbre queda ratificado lo establecido por el Comandante Chávez: “La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América es un espacio de construcción de un mundo nuevo, como proyecto de un mundo en equilibrio, de justicia social y paz y eso es el socialismo”.
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