Mercosur es una realidad

Tras un arduo debate, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño aprobó el protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur, el cual es tratado en el precitado Parlamento desde marzo de 2007, cuando el Poder Ejecutivo envió un proyecto para aceptar la admisión de nuestro país al bloque suramericano, remitiendo dicho protocolo al plenario del Senado para que en los próximos días sea debatido y votado.

Motivado a que en la correlación de fuerzas de la cámara la mayoría la forman los aliados al gobierno del presidente Lula Da Silva, existen altísimas probabilidades de que la votación sea favorable. Es primordial resaltar que Venezuela se adhirió al Mercosur en 2006, siendo ratificado por Argentina y Uruguay. Desde esa fecha ha estado pendiente la aprobación tanto del Congreso brasileño como del paraguayo, que lo ha retirado temporalmente de su agenda parlamentaria debido a que no tiene un ambiente propicio para su aprobación, pero es seguro que más temprano que tarde, al estar aprobado por Argentina, Uruguay y Brasil, Paraguay se verá obligado a retomar con celeridad este proceso.

Representa especial importancia para la patria de Bolívar el hecho de que el Mercosur es un elemento de estabilidad de la región, ya que los intereses y relaciones que genera profundiza los vínculos tanto económicos como políticos, neutralizando los patrones impuestos desde el norte, que propenden a la fragmentación interna.

Permite como mercado ampliado además de fomentar el comercio interregional, atraer nuevas inversiones de empresas regionales y extranjeras que tratan de aprovechar sus ventajas y atractivos; entre otras se puede citar que Mercosur representa una conformación y consolidación como unión aduanera entre los países miembros, teniendo una administración subregional de las políticas comerciales.

Por esta razón el protocolo de adhesión de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 4 que a partir de la fecha de entrada en vigencia nuestro país dispondrá de 4 años para adoptar la nomenclatura común de Mercosur (NCM) y el Arancel Externo Común (AEC), lo cual implica que las eventuales modificaciones de los niveles de protección de los sectores productivos deben ser consensuadas quintipartitamente, brindando un marco de mayor previsibilidad y certidumbre para la toma de decisiones de los agentes económicos. Esto implica que gozaríamos de un arancel menor para los rubros que se produzcan en el país, abaratando su precio y por lo tanto nos hace más competitivos, impactando en el aumento de la demanda la producción y por ende en la generación de mayor número de empleos productivos directos.

Otro aspecto sustancial para el desarrollo del país que establece el protocolo de adhesión es el reconocimiento del tratamiento diferencial entre las partes, producto de las asimetrías económicas, aunado a principios de seguridad alimentaria, medios de subsistencia y desarrollo rural integral, lo que es garantía para la continuidad en la implementación de políticas de desarrollo endógeno en un marco de equilibrio.

En conclusión, nuestro ingreso a Mercosur representa la apertura a un mercado común que atenderá la demanda de bienes y servicios de una población aproximada de 242,5 millones de personas; es decir, 172 millones de brasileños, 35 millones de argentinos, 5,5 millones de paraguayos, 3 millones de uruguayos y 27 millones de venezolanos; además, fortalece y reafirma los procesos de apertura y reinserción en bloque en los mercados mundiales.

pedrocarrenoe@gmail.com


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Pedro Carreño


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