Vivimos momentos de mucha tensión. Uribe y su clan no están contentos, por ello harán todo lo que esté a su alcance para que la paz no sea el futuro de Colombia; hay un enemigo que deben destruir y para ello cuentan con la complicidad del norte y de unos cuantos vende patria en nuestro país y algunas de nuestras Embajadas.
Ahora, montarán todo el aparataje informático, utilizarán los llamados internacionalistas para hablar la peste que deseen y operarán desde España, Colombia, Chile, Honduras y otros países con gobiernos serviles. La idea es no descansar hasta golpear al Presidente Chávez por todos los lados, buscando los puntos más débiles. Tenían cifradas las esperanzas en Santos, de ahí que hayan quedado sorprendidos con los hechos ocurridos el pasado martes 10 en Santa Marta, en especial por la reacción del pueblo. Es por ello que ahora los analistas pornográficos insisten en que esa gente fue llevada desde Venezuela para que le cantaran loas a Chávez.
Ante esta realidad, ha llegado el momento de responder por la vía de todas nuestras representaciones diplomáticas, reconociendo que algunas ya lo han venido haciendo. De manera que las que están retrasadas deben asumir una práctica más beligerante. Las Embajadas de Venezuela en el exterior deben, como tarea prioritaria, divulgar todas aquellas informaciones y programas socioculturales-culturales y políticos que evidencian las transformaciones y los cambios que hemos logrado en la Venezuela Revolucionaria. Deberíamos profundizar los intercambios culturales, deportivos, políticos, donde participen jóvenes, maestros, sindicalistas, profesionales y artistas, en la idea ulterior de que vengan a conocer los alcances de la Revolución Bolivariana, de modo que puedan preguntar y apreciar por sus propios medios por qué Venezuela es diferente. Esto podría ser un elemento multiplicador y pudiera servir para neutralizar la injerencia imperialista mediática que pone en tensión a los pueblos que luchan por la paz y la unión de nuestros pueblos.
Creo que la labor que realiza el Ministro Nicolás Maduro y parte de su equipo debe ser destacada, reconocida. Le ha tocado lidiar duro y enfrentarse a una corriente de profesionales sabelotodo, que son muy peligrosos, tanto en Venezuela como en muchas partes de nuestra América del Sur y el mundo. Esos son los famosos ex embajadores que creen que tienen pedigree para decir todas las sandeces que se les ocurre; pero claro, preparados para generar confusión y distorsionar la realidad.
Sin embargo, teniendo Maduro la información -si es que su círculo no la ha ocultado- del trabajo político que se realizó en Suriname, el cual puede ser un buen ejemplo para iniciar nuestra ofensiva comunicacional. En ese país, el Embajador Francisco Simancas desarrolló un plan para mantener viva la esperanza de aquellos que en ese país veían como un ejemplo lo que acontecía en Venezuela. Es el momento de escribir artículos de prensa, tener programas de radio y televisión, publicar libros sobre la realidad de Venezuela y sus líderes históricos. Ese fue el trabajo que realizó el Embajador Simancas y su equipo. Sabemos que la “Embajadora Encargada” destruyó ese hermoso e importante trabajo y cumplió el plan de Uribe de acabar con todo lo que implique el llamado de Chávez a construir la Patria Grande. Pero la semilla debió haber quedado en Suriname y en todos aquellos países donde se recibió toda esa comunicación; de hecho, lo hemos visto en el trabajo de divulgación que vienen realizando algunas de nuestras Misiones y Consulados. Ha llegado el momento de reproducir y comenzar la contraréplica comunicacional, reforzar nuestra actividad y reproducir experiencias como la que se gestó en Suriname.
Sabemos que nos encontramos en una situación crítica, pero el mundo puede saber lo que acontece en nuestro país si rompemos el cerco mediático, si les enseñamos nuestra realidad y si no callamos ante tanta agresión imperial. Los seguidores de Uribe pueden hacer lo que quieran, pero nosotros, hijos del sol, debemos avanzar para construir la paz y la Patria Grande que nos legaron nuestros Libertadores. Todas nuestras Misiones diplomáticas deben convertirse en nuestros multiplicadores, donde no se trabaje en esta línea se debe sustituir por venezolanos y venezolanas que estén dispuestos a defender los sueños del Libertador y la política revolucionaria que en estos momentos se construye en Venezuela. Patria Socialista o Muerte.
Caracas, 13-08-2010
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