Capitales chilenos financian el separatismo de Santa Cruz

Bolivia y su gas natural: un botín de guerra para la mafia financiera internacional

La eventual convocatoria a elecciones presidenciales para sustituir a
Carlos Mesa en el gobierno de Bolivia es una decisión (impulsada por el
propio Mesa en el paroxismo de su impotencia), que no sólo tiene el
peso de la bendición eclesiástica al consumarse en la mansión del cardenal
Julio Terrazas, sino también cuenta con el aval del Departamento de
Estado y del embajador norteamericano en La Paz; pero además es una salida
alentada y financiada por los capitales chilenos que persisten en su
afán de controlar el negocio del gas natural boliviano promoviendo el
retorno del adenista
Jorge "Tuto" Quiroga a la Presidencia de la República.

El polvorín en que se ha convertido este país andino-amazónico donde
los movimientos sociales a la cabeza de los pueblos indígenas exigen la
nacionalización de los yacimientos de gas y petróleo (actualmente en
poder de doce compañías transnacionales), tiene su detonante reaccionario
en la ciudad de Santa Cruz, capital del oriente boliviano.

Los representantes de la oligarquía "cruceña" fueron el principal
sustento político de Gonzalo Sánchez de Lozada cuando éste fue expulsado del
poder durante las revueltas de octubre en el 2003; en dicha ocasión
Santa Cruz se ofreció como "sede de un gobierno provisional" al mando del
propio Sánchez de Lozada, pero éste optó por huir a Washington en
compañía de su cómplice en los genocidios del altiplano andino, Carlos
Sánchez Berzaín. Sin embargo, tras la huida de los genocidas y al
constatarse las veleidades equilibristas del sucesor Carlos Mesa, quien fue
incapaz de consumar la Nacionalización de los Hidrocarburos y promover la
Asamblea Constituyente tal como exigió el clamor popular mediante la
Agenda de Octubre, los oligarcas cruceños
separatista anteponiendo un "Referéndum Autonómico" que pretende la
apropiación de las riquezas gasíferas de Bolivia a favor del eje
oligárquico Santa Cruz - Chile.

LA MAFIA CHILENO-CRUCEÑA

Al mediodía del viernes 27 de enero del 2004 un coche-bomba explotó
cuando la fiscal Mónica von Borries salía de su domicilio rumbo a su
oficina en el Ministerio Público de Santa Cruz. Aquella horrenda muerte fue
el baño de sangre con que la oligarquía cruceña bautizó al gobierno de
Mesa instalado en octubre del 2003. El asesinato se produjo cuando von
Borries se disponía a investigar la apropiación ilegal de más de
400.000 hectáreas por parte del empresario constructor y ex ministro del MNR
Andrés Petricevic, ante reclamos del Movimiento Sin Tierra (MST) que
exigía la reversión de esas tierras para beneficio de miles de campesinos
pobres. Se dijo que el crimen había sido cometido por el
narcotraficante italiano Marco Marino Diodato, un mercenario que llegó a Bolivia
durante la dictadura de García Meza y que en los años 90 trabajó para su
tío político Hugo Banzer Suárez. Diodato fue sorprendido "clonando"
celulares del Alto Mando Militar y purgaba una condena en el Penal de P
almasola, en Santa Cruz, de donde huyó durante el gobierno de Sánchez
de Lozada, hecho que también era Investigado por la Fiscal asesinada.
Hay más de una evidencia, revelada documentadamente por el periodista
Víctor Orduna del Semanario Pulso, en sentido de que entre la banda de
Diodato y el grupo empresarial de Petricevic existen estrechos
nexos.

Según Orduna, Diodato y sus cómplices mantenían fluidas relaciones
financieras y laborales con el Banco de la Unión, del que Petricevic es
socio principal junto a los inversores chilenos Julián Adolfo Seco y Jorge
Valdez.

Los capitales chilenos se han diversificado en las dos últimas décadas
hasta transformar la economía de Santa Cruz en un satélite de la
"pujante" oligarquía de Chile. Santa Cruz se parece cada vez más a Santiago y
Miami. Este insólito neocolonialismo se desarrolla intensamente en
rubros tales como la exportación de soya, el "show bussines" mediático y el
negocio petrolero, entre los más jugosos. Esto explica el interés de la
oligarquía cruceña, coincidente con las presiones que ejercen las
transnacionales
petroleras, por trasvasar a como de lugar el gas natural concentrado en
la franja sur-oriental de Bolivia hacia el norte de Chile, donde este
energético es una necesidad de vida o muerte.

El asesinato de la fiscal von Borries impunidad fue el inicio de una
escalada conspirativa y delincuencial consumada, un año después de ese
hecho criminal, con la propuesta política del "Referéndum Autonómico"
lanzada en el "Cabildo de la Cruceñidad" que se produjo en enero de este
año. El desenlace de esta coyuntura fue la renuncia del propio Mesa el
pasado lunes. Semejante "agenda cruceña" (que es el
principal obstáculo para la Nacionalización de los Hidrocarburos y la
Asamblea Constituyente definidas por la Agenda de Octubre) se impuso a
plan de actos terroristas como el atentado dinamitero a un vehículo de
la compañía Petrobrás en mayo pasado, atribuyéndolo a un supuesto grupo
guerrillero de "izquierda", o la paliza sufrida por marchistas
indígenas Juvenil Cruceñista", una organización paramilitar cuyos miembros son
adiestrados nada menos que por los matones de Diodato.

Según información difundida por el analista Aníbal Jerez, el fascismo
cruceño se ha corporativizado a través de organizaciones empresariales
como CAINCO y la CAO (Cámara Agropecuaria del Oriente), así como del
Comité Cívico Pro-Santa Cruz y logias como "Nación Camba" que es una suma
de las fraternidades carnavaleras de la oligarquía oriental. Las
cabezas visibles de estas entidades pro-chilenas son los empresarios Branco
Marincovic, Ruben Costas, Oscar Serrate, Rafael Paz, Oscar Ortiz y los
hermanos Dabdoud: éstos, dice Jerez, reciben estipendios de las
compañías petroleras en calidad de miembros de sus directorios o son socios de
capitalistas chilenos en diversos rubros de exportación. Asegura
nuestra fuente que este grupo
mafioso y fascista, en su afán de perturbar el clima de paz social
necesario para viabilizar la Asamblea Constituyente, fue el que contrató a
hordas de provocadores entre el lumpen ("cleferos" y "artilleros") del
mercado de La Ramada, quienes actuaron hostigando al Movimiento Sin
Tierra durante el dramático conflicto de los Yuquises entre abril y mayo
pasados.

ALFOMBRA PARA TUTO

El cabildo autonómico de enero de este año, a través del cual Santa
Cruz intentó separarse de Bolivia nombrando un "gobernador", desató una
onda conspirativa que culminó con la caída del pusilánime Carlos Mesa, no
sin antes haber defenestrado al prefecto socialista Carlos Hugo Molina
(quien renunció tras recibir una amenaza de linchamiento, al igual que
el ex Ministro de Agricultura Javier Pedrazas que impulsaba la
reversión de tierras de los Petricevic).

Y Mesa se fue como vino: pidiendo permiso al embajador norteamericano
David Greenlee. Tuvo que ser el ex jefe de la CIA en Bolivia quien
marcara el rumbo de la crisis boliviana. Mister Greenlee sostuvo intensos
cabildeos con los representantes cruceños para buscar las alternativas a
Mesa, el equilibrista. Se intentó inicialmente la sucesión
constitucional para entregar el poder al presidente del Senado Hormando Vaca Diez;
pero la inminencia de una radical resistencia popular contra el mirista
cruceño hizo abortar esa opción. Luego se tocaron las puertas de los
cuarteles, al
extremo de organizar una manifestación de civiles ante las puertas del
Alto Mando Militar en Miraflores proclamando a un general más o menos
carismático; pero los milicos todavía se resisten a la tentación
golpista por temor a fragmentarse en el intento, lo cual sería obvio tomando
en cuenta la polarización del país.

Finalmente la solución vino desde Washington: A mediados de mayo, una
delegación cruceña encabezada por Branco Marincovic viajó a la capital
de Estados Unidos en compañía de Mauricio Balcázar, yerno de Sánchez de
Lozada, donde personeros del Departamento de Estado propusieron el
adelantamiento de elecciones como parte de una estrategia para promover el
retorno del ex presidente Jorge "Tuto" Quiroga al poder. Esta opción
maduró y emergió desde instituciones "académicas" como el "Grupo de
Trabajo para el Diálogo Interamericano" o el "Center for Strategic &
International Studies" (CSIS) que son financiados por el consorcio "Kissinger
McLarty Inc.", un cenáculo imperial que protege los intereses
transnacionales en el hemisferio y reúne
a líderes de las américas en una especie de club neoliberal donde
personajes con "vocación de poder" como Sánchez de Lozada, Carlos Menem,
Tuto Quiroga o Manuel Rocha comparten testeras por igual.

La Operación "Retorno de Tuto" comenzó activarse ya en marzo de este
año, cuando el correligionario y principal operador del "tutismo" en
Bolivia, Mauro Bertero, quien aún oficia como vocero de Acción Democrática
Nacionalista (ADN), propuso oficialmente el adelantamiento de
elecciones para suplir a Mesa.

Tuto Quiroga fue el principal impulsor del trasvase de gas a puertos
chilenos, con el pretexto de exportar el energético a California, ya en
1999, a través del proyecto Pacific LNG que Sánchez de Lozada heredó
alegremente en el 2002. El ex Presidente adenista se perfila hoy como "el
hombre de la concertación" que intentará neutralizar en las urnas el
clamor popular para nacionalizar el gas, a través de una campaña que no
sólo será
financiada con aportes de las transnacionales petroleras, sino también
con recursos provenientes de Chile donde este político mantiene
intereses empresariales en actividades diversas como la aeronáutica, la banca
y el turismo. Comienza así otra etapa en la dramática lucha del pueblo
boliviano por defender la democracia y preservar sus recursos
naturales.
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ALTERCOM
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