La historia está llena de contradicciones y suele reeditarse. La recordada invasión a la Bahía de Cochinos, en Cuba, fue una acción paramilitar en la que exiliados cubanos y mercenarios, con apoyo de pertrechos militares, logística y comunicaciones facilitadas por el Pentágono, intentaron tomar el poder por la fuerza. Fracasaron. No es de extrañarse otras acciones similares del imperialismo, contra otro país insurrecto, como el nuestro.
En el año 2004, en Venezuela, en el municipio Baruta en el estado Miranda, en la finca “Daktary”, fueron capturados 150 excombatientes de las autodefensas unidas de Colombia, paracos, traídos a Venezuela para simular un alzamiento militar y asaltar el poder. Planeaban asesinar venezolanos usando el uniforme de nuestro ejército. Estaban articulados con generales traidores entre nuestras filas.
Libia y Siria, son ejemplo de la nueva modalidad de guerra encubierta imperialista. Son guerras protagonizadas por mercenarios, que mediante la acción paramilitar, se infiltran en la sociedad, generan muertos, practican el terrorismo, desestabilizan y cometen acciones que políticamente son endosadas a los gobiernos. La idea es generar las condiciones para la intervención, y han usado como opción, el magnicidio, lográndolo en el caso de Libia con el asesinato de Gadaffi.
José Vicente Rangel, denunció algo verdaderamente grave, se presumen compras militares en Estados Unidos, por parte de venezolanos opositores. El presidente Maduro ha denunciado que sectores económicos poderosos, algunos de la llamada “Gente de petróleo”, estarían inmiscuidos. Comprarían aviones para estacionarlos en Colombia, y desde allí, atacar a Venezuela en puntos medulares claves. A solo horas de la denuncia de José Vicente Rangel, fueron capturados 2 equipos de paramilitares colombianos en Táchira y en Portuguesa, con armas largas, granadas y hasta una caja negra de avión, elemento por demás curioso. Iban rumbo a Caracas para cumplir misiones hasta ahora no reveladas.
Estas son muestras inequivocas, de muy probables acciones paramilitares en varios niveles, contra la estabilidad política de Venezuela y contra la vida de nuestros dirigentes. Mientras la dirigencia de la derecha va y viene de Miami y de Colombia, el golpe suave, el boicot a la economía y la generación de condiciones de malestar social continúan. Siguen reproduciéndose las contradicciones políticas en la derecha, metida en la trampa, entre dar el golpe y generar un conflicto interno, o de ir a las elecciones. Trabajan en los 2 frentes, por las municipales en diciembre y por la captura violenta del poder al asumir que tienen las condiciones dadas. Quieren reproducir las condiciones políticas y sociales para generar una masa crítica, que avale aventuras golpistas y paramilitares. Un sector neofascista de la derecha colombiana, obsesionado con destruir a la revolución bolivariana, trabaja desde Colombia apoyando a sus esbirros en Venezuela. ¿Acaso quieren reeditar otra Bahía de Cochinos en Venezuela?¿Acaso quieren consumar los planes que no lograron consumar en el 2004 desde la finca Daktary?¿Quieren hacer de Venezuela una Libia o una Siria, para solicitar una intervención internacional?
Hay una guerra política declarada en Venezuela. Hay quienes acarician las acciones militares y paramilitares. La derecha, obsesionada por el poder, cumple un rol. Quieren servirse a si mismos del poder político que les ha sido negado por los votos y la voluntad del pueblo. Pero al mismo tiempo, obedecen órdenes. Bajo los pies de los venezolanos, está el futuro de la dinámica energética global y el futuro de las materias primas. Es decir; está el futuro de la sociedad industrial global, teniendo nuestra Faja del Orinoco, casi 400 mil millones de barriles de crudo. Es el principal reservorio del mundo. En 60 años, cuando en el mundo no habrá petróleo, en Venezuela lo habrá a granel. Ese es el verdadero objetivo estratégico en juego. Los Estados Unidos quieren mantener su hegemonía, y trabajan sobre las maneras de mantenerla por la fuerza. Si tienen que desestabilizar y asesinar en nuestro país, mediante ciertas formas de intervención encubierta, lo harán. Cuentan para eso con antipatriotas en Venezuela, sedientos de poder, y con traidores de la madre patria del lado Colombiano.
Es indispensable, estar claros y alertas, pueblo de Venezuela. Lo que está en juego es la patria.