La necesidad de regular ganancias, parte de un principio económico fundamental: ningún sistema económico, sea capitalista, o socialista, soporta un contexto de economía desregulada y de ganancias exorbitantes del empresariado, que generen distorsiones económicas que afecten el conjunto de la economía, el orden social y la estabilidad del orden político.
Aprobada la Ley Habilitante, el Presidente Nicolás Maduro legislará en materias contra la guerra económica y contra la corrupción; los dos principales flagelos de la sociedad venezolana. El Presidente ha anunciado que se emitirá un decreto ley para regular los márgenes de ganancias de las empresas en todo el sistema económico. Esta medida es inédita en Venezuela, pero ha sido implementada en países capitalistas neoliberales con éxito. Países como Japón, Chile, Estados Unidos, y otros países de economía planificada como Cuba y China, también aplican este patrón. Cierto es, que incluso muchos países capitalistas donde se supone que su economía es regida por la “mano invisible del mercado”, el Estado ha tenido que intervenir para corregir distorsiones que pueden alterar el orden interno del mercado.
Esos países han sido incluso mucho más efectivos que Venezuela, en la planificación de precios y control de ganancias, es decir, en profundas regulaciones al mercado, ya que sencillamente tales regulaciones en Venezuela no han existido nunca, dada nuestra realidad económica desde hace más de 40 años: en Venezuela se desarrolló un capitalismo enfermo, amorfo, ineficiente en los términos en que el capitalismo es ineficiente: es parásito, depende de los dólares del Estado, no produce, no exporta, solo importan, venden y revenden.
Al parecer, ha llegado la hora de ponerle el cascabel al gato. La locura de los precios exorbitantes, y la locura de la ilógica capitalista rentista, de los empresarios que quieren volverse ricos de un día para otro en una economía ingobernable, saudita caribeña desregulada, donde todos quieren robar a todos, es insostenible incluso para los mismos capitalistas que se quieran dedicar a producir; pues estas distorsiones de precios, de márgenes de ganancias, distorsionan las estructuras de costos, e inhiben el desarrollo productivo en términos saludables.
Esto de producir y que, de un día para otro un insumo te aumente 30, 40 o 50% por capricho de un proveedor, o que un flete de transporte aumente súbitamente, porque al proveedor de transporte le aumentaron absurdamente los repuestos, genera obstáculos terribles para manejar estructuras de costos coherentes, manejables, que faciliten que el productor de dicho rubro, pueda generar productos a precios bajos, o como ellos los llaman; competitivos.
Esta situación, de la Ley Habilitante, marcará una encrucijada, en la que existen solo 2 opciones: o vamos al fin a la construcción de una economía planificada, saludable y equilibrada, o con la promulgación de la Ley, vendrán nuevas oleadas de ingobernabilidad, sabotaje económico y conspiración por parte de la burguesía importadora, la menos interesada en que se contenga su macabra tendencia a robar desmedidamente al pueblo.
Las cartas están echadas, y nuestro respaldo debe ser contundente al Presidente Obrero Nicolás Maduro, en este mandato que dio Chávez; el de luchar contra estos flagelos como la corrupción y el pillaje económico; los males más terribles que destruyen a la sociedad venezolana y que mas distorsiones generan para el desarrollo de la vida en sociedad y en construcción del socialismo.
