La semana pasada recibimos un correo de un portal que se llama "Democracia Ahora" (Democracy NOW!), de los EEUU donde su editorial hablaba de la venidera celebración del día del trabajador en ese país, y el tema del espionaje en épocas de Martin Luther King Jr., como consecuencia del incidente con Rosa Park en los 50's que significó la punta del iceberg sobre el tema racial en aquella época.
Amén de que el tema racial en EEUU sigue dando de que hablar, especialmente debido a la sentencia absolutoria de Zimmermann, el policía que mató a un muchacho afroestadounidense que no estaba haciendo nada, y tema donde ahora se ha sumado el racismo contra latinos y chinos; a pesar de eso, el artículo me remontó nuevamente al caso Snowden, y no sólo por la gravedad del caso, o el hecho de que justo la semana pasada, le dieran una sentencia de más de 100 años al soldado Manning quien facilitó que Wikileaks hiciera públicos documentos clasificados; sino porque los EEUU decidieron levantar una alerta a sus ciudadanos y cerrar embajadas en países del medio oriente y del norte de África, por tener información de una supuesta "amenaza terrorista" de Al Quaeda, como fantasma que legitima actuaciones impensables del imperialismo internacional y que supuestamente iba a quedar neutralizada luego del asesinato a Bin Laden del que Obama se vanaglorió tanto hace escasos dos años… Me hizo recordar aquella frase sobre la legitimidad y cohesión que genera el miedo en los Estados Unidos, y que seguramente, terminará justificando en la sociedad internacional el tema del espionaje y de los ataques preventivos.
También me hizo recordar el punto 84 del programa de la mesa de la unidad democrática que dice literalmente: "Se examinará, por medio de una comisión plural en la que participen diversos sectores de la sociedad, especialmente las ONGs, toda la red de servicios de policía política, inteligencia o para-inteligencia que se ha robustecido en los últimos años, evaluando especialmente sus consecuencias sobre el ejercicio de los derechos humanos." y leyendo entre líneas lo que no está escrito, supongo que eso sería para plantear el regreso de las agencias estadounidenses que el comandante eterno erradicó de nuestro territorio hace algún tiempo, donde los Derechos Humanos justifican espionaje y los métodos tipo tradición familia y propiedad de otrora.
Y seguimos viendo como el imperialismo continúa hilando fino la telaraña hegemónica en la que ha sumido a la comunidad internacional. Encontramos noticias este lunes donde supuestamente el fin de semana se generaron en Venezuela sendas marchas a favor y en contra del Gobierno como dicen algunos titulares, sin hablar de que la marcha opositora convocó en apoyo a Richard Mardo quien es sinónimo de corrupción confesa, y el oficialismo convocó una marcha en apoyo a la lucha anticorrupción en el país y a los esfuerzos que se están desarrollando en ese sentido desde el Gobierno bolivariano.
Luego, en el Congreso estadounidense que controla más que Obama las decisiones políticas del imperialismo yanqui, siete senadores de la comisión de asuntos exteriores, a pesar de estar en receso, presentan un proyecto de resolución donde instan al gobierno venezolano a "reconocer la legitimidad de la oposición" , además de "abstenerse de tácticas violentas y de intimidación, y comprometerse a trabajar en el estado de derecho", como dice literalmente el proyecto.
Tal vez en la época de Martin Luther King Jr., los pueblos no estábamos preparados para reaccionar ante la injusticia. Tal vez la sociedad estadounidense termine legitimando las atrocidades de gran hermano reveladas por Snowden; lo que si es cierto, es que el pueblo venezolano y latinoamericano, vista la resolución de los Cancilleres del Mercosur ante la ONU de este lunes, no va a permitir que los vicios de la burguesía internacional capitalista, regresen y sigan consumiendo nuestros pueblos, y ello incluye, la corrupción que defiende la élite opositora que ahora levanta la bandera de la constituyente, como herramienta para volver al estado en el que subterráneamente, como en el espionaje, no existían los derechos humanos.