Más sur y menos merco

Decía Carlos Escarrá Malavé hablando del antiimperialismo y de la integración latinoamericana, que "organizaciones como MERCOSUR han creado un conjunto de alianzas estratégicas que fortalecen la soberanía y le dan mayor profundidad al concepto de seguridad integral y de corresponsabilidad social". Entendiendo que la Seguridad se refiere a "las condiciones culturales, económicas, políticas, sociales, ambientales, éticas y militares que el Estado proporciona a los ciudadanos para que éstos puedan ejercer plenamente sus derechos, cumplir sus deberes y vivir en una sociedad justa y amante de la paz".

Quise empezar con esto el artículo de hoy pues mucho se ha hablado de lo que implica la entrada de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur, y más aún, de la asunción de la Presidencia Pro-témpore la semana pasada.

Releyendo al camarada llamarada, entendemos que se trata de independencia, seguridad, soberanía, la misma con la que el Comandante Fidel, Néstor Kirschner, Lula Da Silva, y nuestro eterno Hugo Chávez nos dieron la muerte al ALCA en Mar de Plata en noviembre de 2005, cuando ALBA y MERCOSUR se unieron en una sola voz frente al imperio estadounidense, paradójicamente, la voz de los pueblos suramericanos, enterrando un proceso de afianzamiento imperial panamericanista, con el que pretendieron destruir otrora, la propuesta bolivariana de la anfictionía.

Tiempo después, recuerdo una frase de un camarada, hablando de que la entrada de Venezuela venía a cambiar la ecuación del Mercosur, imprimiendo "Más Sur y menos Merco". Así, Venezuela comenzó participando en las reuniones, donde con voz y aún sin voto, se podía incidir en imprimir factores sociales y de respeto a las asimetrías internas, solidaridad, complementariedad, desarrollo industrial y seguridad, a los que se encaminaba el bloque. Empezamos a hablar de empresas mixtas con transferencia tecnológica, y fuimos caminando hacia la construcción de la UNASUR, y luego de la CELAC. Ya habíamos salido de la CAN y en pleno referendo para la reforma constitucional, sufrimos los embates de relaciones comerciales tradicionales perversas con países lacayos del imperio y su élite dominante; momento en el que logramos, gracias a esas alianzas y vínculos con países del Mercosur, reponernos de ese nuevo ataque imperial, sustituir importaciones y salir airosos de otro intento por ahogar nuestra economía, soberanía y dignidad, y a la par ir creando las condiciones para desarrollar nuestro propio aparato productivo apoyado por esa transferencia tecnológica.

Recuerdo también en mi paso por comercio exterior, haber estudiado propuestas del grupo Industrial (NAMA) en la OMC, donde la fuerza del Mercosur era capaz de impedir que se llegara a nivel internacional, a un acuerdo perverso para la región que afianzara las asimetrías que ya se tenían con otros espacios del globo, y con ello, la dominación imperial viniera de donde viniera, algo que solo podía lograr un bloque regional con suficiente fuerza como para torcer la balanza, con dos de sus integrantes miembros del G20, uno de ellos, de los BRICS, entre otras fortalezas geoestratégicas.

Con la entrada de Venezuela al Mercosur, no sólo podemos hablar de mercado y economía, a pesar de que el bloque representa la quinta economía del mundo, sino que se habla de recordar Mar de Plata y ver todo lo que hemos avanzado en nuestra soberanía, independencia y seguridad, se habla de retomar la voz de los pueblos y levantarla. Se trata de decirle no a las pretensiones monroistas que mandamos ALCArajo en 2005. Se trata de seguir caminando hacia nuestra segunda independencia, de la mano de otros espacios, no sólo de integración sino de Unión Latinoamericana y Caribeña, Nuestroamericana! Se trata de lo que alguna vez me dijo un camarada: Venezuela viene a imprimirle al bloque "Más Sur y Menos Merco"!



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Carolina Escarrá Gil


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