Día Setenta y Cuatro El CLAP y las sanciones económicas de Trump caminando por el Filo de la Navaja del 2018

Trump, al igual que todos sus lacayos, apuestan a que el gobierno de Nicolás Maduro Moros no pueda cumplir su promesa de llevar sistemáticamente, en lo inmediato, la caja del CLAP a ocho millones de venezolanos. Ese es el juego del imperialismo con las fulanas sanciones económicas que no son un secreto para nadie. El estado cuenta con los recursos económicos para adquirir los alimentos y con la maquinaria social comprometida para distribuirlos casa por casa. El imperialismo por su parte se encarga de cerrarle las cuentas a la República Bolivariana para que el Estado venezolano no pueda ejercer el libre derecho internacional de comprar los alimentos y medicinas que el pueblo requiere para resistir la guerra económica.

Todo el poder militar, político y financiero del imperialismo está puesto al servicio de una política que viola el derecho internacional y los derechos humanos con el propósito de impedir que la caja del CLAP llegue, sin especulación ni demora, a los hogares de las grandes mayorías populares. La gente percibe que cuando llega la caja del CLAP es porque ha logrado saltar el muro infame levantado por el imperialismo para bloquearnos los caminos de la libertad, la soberanía y la independencia. Cada vez son más los contingentes de seres humanos agredidos, humillados e indignados que descubren, en los gringos y pitiyanquis, a los responsables de su padecimiento por la inflación y el desabastecimiento.

El CLAP ha servido, entre otras cosas, para que la gente, común y corriente, identifique quienes son los protagonistas de la guerra económica la cual ya dejó de ser una abstracción inventada por la revolución bolivariana para, supuestamente, tapar sus errores. Ahora más trabajadores saben, porque lo sienten en carne propia, que su enemigo, causante de todos sus males, es el capitalismo salvaje que llena los anaqueles de productos accesibles solo para unos pocos ricos. Ahora son muchos más los que valoran, en toda su extensión, a la caja del CLAP como una medida de contingencia transitoria mientras el gobierno logra derrotar al capitalismo y puede poner al alcance del pueblo los productos, necesarios para la vida, a precios cónsonos con los salarios devengados.

Hay un significativo sector del antichavismo, en la clase media, que no escapa a los rigores y al sufrimiento causado por la guerra económica capitalista y específicamente por las sanciones económicas del imperialismo. Sigue creyendo, la pequeña burguesía, que su salvación está en manos de los causantes de su desgracia y van a tardar más en reconocer la crisis del capitalismo y los valores profundos del sentimiento nacional. Las mayorías, en cambio, internalizan y se hacen cada vez más conscientes de las bondades del CLAP negadas por el mercado capitalista y atacadas por el bloqueo económico impuesto por el gobierno norteamericano.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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