Adeus Isabel

Y que te vaya bien por allá, muy lejos, por tu Europa, aunque debas irte obligada, repudiada, despreciada por representar a la Unión Europea que al parecer de Unión tiene muy poco, como lo ha puesto de manifiesto esta pandemia.

Aquí sí, la Asamblea Nacional, la nueva, la decente, estuvo muy unida en desear tu expulsión del país.

Ya la esperábamos desde hace tiempo, desde que nuestro Presidente Constitucional, ¿está claro Isabel? el pasado junio 2020 te expulsó, y sin que muchos entendiéramos, el Presidente Maduro retrocedió. Si algo has aprendido de tu paso por Venezuela, se desnucó, tal cual dicen que le pasa al chivo cuando se devuelve. En ese momento entendimos se trataba de un acto estratégico, luego de hablar con Josep Borrel, quién ofreció, presumo yo, buscar apoyo para evitar más sanciones. Y le creímos porque somos gente decente.

Y cuéntanos algo, ¿qué has hecho de Brilhante como representante de esa Unión Europea, arrodillada sin vergüenza ante el Imperio de Estados Unidos? Tienes varios años aquí en este país, asediado, primero en 2017 con el terrorismo de calle, las mal llamadas güarimbas, impulsadas por la oposición violenta, ladrona, miserable. Viste quemar personas solo por parecer chavistas. Luego fuiste testigo de excepción de las elecciones de 2018, donde había varios candidatos de la oposición, no golpistas, queriendo cambiar el gobierno, pero siguiendo la política, la democracia, la vía que debe ser.

Adeus Isabel, no has hecho nada por nuestro país, cuando tenías en tus manos la posibilidad de ayudar. De gritarle a los cuatro vientos, a tu país, Portugal, a todos los otros agrupados en esa Unión Europea, que en Venezuela hay un estado de derecho, hay un Presidente serio, trabajador, comprometido, y que el títere de Juanito Alimaña era sólo eso, un juguete del imperio para robar y saquearnos, sin ensuciarse las manos, sólo enviando instrucciones electrónicas a los bancos. Como los más miserables piratas y ladrones de antaño, en la época colonial, la mayoría europeos.

Por cierto, tu país Portugal fue de los primeros en bloquearnos las cuentas bancarias. ¿Es que acaso ustedes necesitan dinero para comprarse las vacunas? ¿Para comprar mascarillas y equipos de protección? ¿Medicamentos? Pero tú mutis, sin hablar, esta boca no es mía, este problema no es mío, luciendo un alto y notorio cargo de representación. Entonces…¿era sólo para las fiestas diplomáticas? ¿Sólo para hacer turismo en Venezuela? ¿Para qué será que te sirvió este alto cargo? De paso, aprovecharías para evitar el horror de la pandemia, incontrolable en Europa. Y seguramente has disfrutado de nuestras playas, de nuestro clima ideal, de la cordialidad del venezolano.

Pero no recordaste en estos años, en estos avatares de tu cargo, los miles y miles de portugueses, tus connacionales, que llegaron a Venezuela huyendo de la posguerra. Acogidos, al igual que a los italianos y españoles, con los brazos abiertos, y teniendo todas las oportunidades del mundo.

No has sido capaz de contarles la verdad allá en Bruselas, de ir y dar una conferencia al Parlamento Europeo, por cierto, donde se sienta el padre de Leopoldo López, prófugo de la justicia. Tampoco has podido intervenir cuando la embajada de España, un país dentro de la Unión que decías representar, facilitaba los ataques terroristas del Leopoldo, ahora reyezuelo en España, ostentando un lujo indebido, cuando aquí, y lo sabes, gran parte de la nación está en dificultad.

No abogaste tampoco por Venezuela cuando empezó la pandemia y se necesitaban recursos, sancionada y castigada sólo por mantener la frente en alto y defender su soberanía como nación libre, independiente y no sometida a Estados Unidos, como si, lamentablemente, ustedes, en gran genuflexión.

Aquí en Venezuela pasaste por la época de escasez de alimentos, observaste las largas colas que se hacían en la calle, debes haber visto y reflexionado sobre el horror que sufrieron los venezolanos de pocos recursos, aquellos que no pueden comprar, ahora, sólo desde hace poco, en los ricos bodegones, o en los supermercados con precios dolarizados. Has visto como el Gobierno del Presidente Maduro trabaja, insiste y procura su principal objetivo, en esta guerra sin sentido, ayudar al pueblo. Has visto, fuiste testigo, de la pérdida de nuestra moneda, del bolívar, hecho trizas en un santiamén.

Eres además testigo especial de la absoluta libertad de prensa, donde todos pueden decir lo que le venga en gana, contra el Gobierno, contra el Presidente. No así en España, país de la Unión Europea, donde está detenido un rapero por insultos (verdaderos) a la realeza.

Pero a pesar de todo esto, Isabel Brilhante Pedroso, no has dicho ni hecho absolutamente nada. No has brillado cuando podías, sólo has dejado que tiren piedras desde Europa, piedras que no alcanzarán a un país libre, muy lejano de tu geografía. Lejano en físico y en dignidad.

Adeus Isabel, pero no te vayas sin antes pasar por el pueblo de El Hatillo y visitar Hansi para llevarte una artesanía de recuerdo o para los regalitos. Y un pedazo del exquisito chocolate de Barlovento que usan en Europa para su deleite. O el rico café que tan necesario es para ustedes. Nosotros en cambio, los venezolanos de bien, llevaremos tu recuerdo como una ignominia, lamentable, hasta triste. Mucha razón tiene nuestro, sí brillante, Canciller Arreaza cuando acusa a la Unión Europea de injerencia, sesgo, prepotencia y mucha arrogancia.

Adeus Isabel, nosotros nos quedamos con la humildad del presidente Maduro, a luchar junto a él, por un país libre, independiente y soberano. A pesar de lo que nos cueste, a pesar de funcionarios anónimos como tú.

 



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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