Mientras desayuno un rico croissant relleno de chocolate que me compró mi amado y consentidor hijo, veo un breve resumen de Maduro + del día de ayer lunes, y quedo sorprendida por la elección del diputado Ricardo Molina como Ministro del Poder Popular para Ecosocialismo ().
Conozco bien esos espacios en la Torre Sur del Ministerio. Los he recorrido pasillo a pasillo, piso a piso, desde que hace muchos años acompañé a mi querido esposo para denunciar el descarado abuso en parte de la hacienda familiar, que venía cometiendo los Benacerraf, anteriores propietarios del conocido fundo La Vergareña, en el estado Bolívar. Nuestros vecinos desde el año mil novecientos cincuenta y seis.
Ahí estaban ellos, con sendos permisos del Ministerio del Ambiente (permítanme llamarlo así por la época), talando bosques vírgenes, intocables, que además no se encontraban dentro de sus linderos. Logramos vencer a uno de los grandes apellidos, así como parar el desastre ecológico que nos afectaba directamente y a la nación. Gracias al Director de Bosques de aquel momento el ingeniero agrónomo Renzo Silva.
Como seguramente algunos de ustedes recordarán, el fundo La Vergareña fue rescatado por el comandante Hugo Chávez en el dos mil seis (2).
Con toda razón pues siendo nosotros vecinos antiguos del mismo, se conocía bien que teniendo por papeles sesenta mil hectáreas, llegaron a poseer cerca de doscientos mil, quitándole a terrenos vecinos sin nadie que los llorara, pero también a indígenas que vivían ancestralmente en la zona desde hace centenares de años.
La historia del rescate fue muy bien documentada. Tan es así que tengo en mi poder muy bien estudiado todo el informe completo presentado por el INTI (Instituto Nacional de Tierras) al presidente Chávez. E incluso llegué a revisar el expediente en la Procuraduría de la República cuando la misma Cilia Flores era presidenta.
He escuchado historias tristes sobre el desenvolvimiento de ese fundo en manos del gobierno bolivariano. Pero sí conozco directamente que se implementó una empresa Maderas del Alba y otras de Lácteos del Alba, aprovechando los recursos forestales y de ganadería del lugar (3).
De hecho, Maderas del Alba montó un espectacular aserradero super moderno, con equipos de última generación traídos desde España, que lucía como un Objeto Volador No Identificado (OVNI) en medio de esa región donde todos los alrededores son, como decimos los caraqueños, monte y culebra. Imaginen el bello espacio natural, selvático, perdido en la geografía del estado Bolívar, donde no llega ni el servicio eléctrico.
Lo escribo con conocimiento de causa pues estuve ahí, en ese aserradero poco antes de su inauguración. Por mis vecinos del otro lindero, supe que lo desvalijaron, sin haber sido prácticamente utilizado.
Así como también supe de fuentes muy serias que, en algún momento de los recientes años difíciles del país, sacrificaron decenas de animales para la comida de los soldados que custodiaban el fundo y trabajaban en él, sin piedad puesto que hasta vacas preñadas eran degollados sin misericordia.
Apreciados lectores, es historia verdadera, vivida en carne propia pues en el dos mil diecinueve, en medio de una severa sequía, nuestros animales buscando comida y huyendo de los fuegos espontáneos, escaparon por las colinas que fungen de lindero con La Vergareña. Ciento veinte cabezas de ganado pararon al otro lado, tierras custodiadas por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y se los tragó la tierra. ¿O el hambre?
No hubo manera de lograr su devolución, desaparecieron sin dejar rastros, no fueron visibles incluso costeando una avioneta que sobrevoló el lugar.
Recuerdo en ese momento, muy afligida, pedir ayuda (no recibida) al capitán Diosdado e incluso intenté llegar al General Jesús Suárez Chourio quien estaba en ese período, a cargo del lugar. Todo fue inútil.
Es por ello que tengo amigos escuálidos que dicen que definitivamente soy muy pendeja, pues soy una chavista activa y no logro enchufarme ni aún en momentos similares donde no pido prebendas sino apoyo legal y trasparente.
Sin embargo, la perseverancia y la actuación correcta de pretender nuestros derechos por la vía institucional me ha dado sus frutos cuando defendí, a capa y espada, una nueva invasión a la zona norte de la hacienda familia, esta vez no por parte de terratenientes ni latifundistas, ¡sino de campesinos comuneros!
MI POSTGRADO EN DEFENSA DE LA NATURALEZA
Apreciados lectores: hice un verdadero postgrado de casi cuatro años de mi vida como viuda reciente, dedicada a defender y rescatar el patrimonio de mi esposo, pero, sobre todo, como bióloga de profesión y auténtica chavista, defendiendo un bosque virgen que había sido respetado durante cincuenta años por la familia.
Para no aburrirlos, no deseo alargarme en esta historia digna de escribir un libro. Voy al final: resultó todo ese esfuerzo muy útil y, a la vez, decepcionante. Todas las instituciones involucradas, INTI, Ministerio de Ecosocialismo, Fiscalía de Defensa Ambiental, Defensa Agraria, Tribunales, Fundacomunal y hasta el mismísimo parlamento mediante su Comisión de Defensa Ambiental (siendo el diputado Diosdado Cabello presidente de la Asamblea Nacional, 2014), dieron respuestas positivas, acertadas, valiosas, a nuestras denuncias.
La más significativa fue sin duda dos medidas cautelares de protección ambiental a la zona norte de nuestras tierras, inspeccionada cuidadosamente por funcionarios calificados de la Dirección de Bosques del Ministerio de Ecosocialismo, quienes además visitaban con regularidad la zona para vigilar los procedimientos de la anterior empresa socialista Maderas del Alba y sus extracciones de madera.
Hasta incomodé en una oportunidad al actual Canciller de la República, Yvan Gil cuando era Ministro de Tierras (4). Al igual que el anterior ministro de Turismo Alí Padrón (para otro asunto), y a Dante Rivas siendo ministro de Ecosocialismo, Yvan Gil fue el otro único alto funcionario que amablemente me recibió en su despacho.
Todo ello participativamente, pretendiendo el cumplimiento del Objetivo Número Cinco del Plan de la Patria dos mil doce elaborado y concebido por el presidente Hugo Chávez.
DECEPCIÓN
Hasta aquí perfecto, aun si costó un trabajo enorme, un montón de paciencia , y sobre todo perseverancia con un abordaje adecuado. Me refiero a que, como otras historias que se conocen, no salimos por ahí a pegar tiros con escopetas cazando aves de caza. Ni mucho menos invasores abusivos.
¿Cuál fue la decepción? Una alcaldesa bolivariana que, sin entender bien ninguno de los objetivos de la Patria, defendió también a capa y espada a unos pocos comuneros, para no perder sus votos y su credibilidad en el municipio como chavista. Nos amenazó con enviarnos a cinco mil comuneros si ejecutábamos las medidas del tribunal. Tengo testigos y hasta una grabación. Además de asignarme el calificativo de terrateniente en los espacios radiales que acostumbraba a usar.
Comprenderán que no me quedó más remedio que tirar la toalla, pero para agarrar fuerzas más adelante.
Apreciados lectores que aún tienen la amable paciencia de leer este ya largo texto, esas amenazas no eran únicamente intimidatorias sino de gravedad para la seguridad de mis hijos quienes trabajan en el campo. A doscientos treinta kilómetros de Ciudad Bolívar y aproximadamente lo mismo de Puerto Ordaz, a ochenta kilómetros en línea recta con los hermosos tepúyeses de Canaima, a unos trescientos kilómetros de la Guayana Esequiba que es de Venezuela, las largas y solitarias carreteras son lugares idóneos para cometer crímenes sin ser vistos.
Llegó la grave falta de gasolina en el país, sobre todo en el interior del país donde el estado Bolívar no es para nada una excepción. Todo lo cual generó la imposibilidad de los traslados, de las inspecciones, de los tribunales, fiscalías y otras instituciones involucradas para que se concretara la justicia.
Llegó el COVID y la imposibilidad de movimientos por las calles y entre regiones. Incluso los vuelos hacia Puerto Ordaz fueron suspendidos por un largo período. Ni hablar de los vuelos a Ciudad Bolívar que pasaron a la historia siendo un hermoso aeropuerto que muestra la avioneta con la que se reportó el descubrimiento occidental del Salto Ángel o Kerepakupai Vená.
Llegó la falta de sueldos dignos, de vehículos oficiales en buen estado, la falta de beneficios para trasladarse hacia aquellos lugares donde el monte esconde a las culebras.
Pero sobre todo, llegaron mis setenta años, cansada, agobiada, con deseos de disfrutar de los nietos que aún no llegan, de hacer manualidades como me recetó la psicóloga clínica para mantener activo mi lóbulo frontal, a la cual recurrieron mis hijos preocupados por mi salud mental.
MIS DUDAS
Dentro de este resumido antecedente, necesario para entender lo siguiente, es que tengo serias dudas sobre el papel idóneo del diputado Ricardo Molina como nuevo Ministro del Poder Popular para el Ecosocialismo.
En julio del dos mil veinte tres recurrí, nuevamente confiada, a la Comisión Permanente de Ambiente Recursos Naturales y Cambio Climático de la Asamblea Nacional, siempre para pedir su apoyo luego de reunir un dossier completo que ordenaba la defensa de la zona norte de la hacienda familiar constituida por bosques vírgenes de galería, atravesada por numerosos afluentes del río San José el cual desemboca, finalmente, en el río Aro hacia el majestuoso Orinoco.
Nuevamente repetir la historia de mi postgrado el cual cursé con honores, sin recibir diploma alguno. Una y otra vez. Nunca fui recibida por el diputado Molina, pero muy amablemente por su asistente el ingeniero Juan Mata quien sospecho se conmovió por mi tercera edad en estos afanes ingratos. Fui recibida también por el diputado Antonio Rumbos presidente de la Subcomisión de Protección Ambiental y Cambio Climático, a quien se le encomendó la tarea de estudiar mi solicitud.
¿Pues que creen? Mientras el diputado Rumbos entendió perfectamente las causas de mi nueva denuncia, solidarizándose con mis planteamientos, fuertemente respaldados por todas las instituciones del estado venezolano, el diputado Ricardo Molina desestimó tal certificada opinión, dándole largas al asunto hasta el día de hoy, mientras continúan cada año quemando y talando tal como hemos seguido denunciando en la Fiscalía Ambiental de Bolívar y, directamente en la Dirección de Delitos Ambientales en la Fiscalía General de Parque Carabobo (5).
Para finalizar, la situación actual torna la amenaza ambiental cada vez más grave por vía del Movimiento de los Sin Tierras, a los cuales el presidente Nicolás Maduro ordenó darles un gran empujón involucrando a los consejos comunales (6,7).
Ahora mismo el INTI está entregando tierras que deberían en cambio ser protegidas severamente, amorosamente y, como bien dice el diputado Molina en su saludo de aceptación, "proteger los derechos de la madre Tierra con profundo respeto por la naturaleza."
Señala el nuevo ministro que ¿se acompañará de más de cuarenta y siete mil comuneros ecosocialistas? Me gustaría, más bien es de extrema urgencia conocer ¿si acaso esos comuneros fueron instruidos? Por ejemplo, a través de la Escuela Venezolana de Planificación que él mismo conduce junto a otro profesor universitario el compañero Ricardo Menéndez (8).
Flamante nuevo Ministro Molina, lo pregunto porque en numerosas ocasiones, los fiscales de Ambiente, la misma defensora agraria que visitó la zona, los funcionarios de ambiente Bolívar, han desarrollado una tarea pedagógica intensa a esos pocos campesinos que invadieron la zona norte de nuestra hacienda, explicándoles con lujo de detalles las consecuencias de la tala y quema en esas latitudes, y lo dañino que puede ser para la misma humanidad. Hablándoles de Chávez, del Quinto Objetivo de salvar el planeta, etcétera etcétera. Pero ellos, en retaliación, ponen afiches en la zona donde se lee Chávez soy yo.
Aporrea.org me ha dado la oportunidad de escribir sobre este tema en numerosas oportunidades. No estoy inventando nada nuevo. Ni tengo algún asunto personal con el nuevo ministro, compañero además universitario. Para quién desee dejo acá los enlaces (9,10,11,12,13,14).
No se trata de expulsar sin compasión esas personas sino de asignarles otras tierras donde se puedan lograr los propósitos de la Ley de Tierras. No donde los derechos a la tierra de los campesinos que la trabajan choque, estrepitosamente, con los derechos de la madre naturaleza. Como usted bien señaló.
Concluyo señalando que, debido a esa larga experiencia en estos afanes de ambiente, he constatado que el Ministerio de Tierras a través de su institución estrella INTI, no se conecta, como debe ser, con el ministerio de Ecosocialismo. De tal forma que cada uno defiende sus leyes, sus propósitos, sin evaluar el choque de intereses entre los derechos a la tierra y los deberes para con ella. Al menos, hasta hace poco era así. "Mi auguro" que ya ahora las cosas sean diferentes y haya interconexión entre estos dos grandes asuntos: la tierra y el ambiente.
Por lo que supe recientemente del desarrollo del movimiento de los sin tierra, no parece ser así.
Estimado Ministro Ricardo Molina, será que ahora, desde su elegante despacho de la Torre Sur del Centro Simón Bolívar, con espectacular vista al Guaraira Repano y sobre la ciudad, pueda recibirme?
¿O deberé seguir haciendo muñecas de trapo para mis sobrinas nietas?
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https://www.youtube.com/watch?v=dtwCjs9w69A&list=LL&index=2&t=365s
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https://prensamat.blogspot.com/2012/01/hato-la-vergarena-equivale-al-estado.html?view=snapshot
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https://prensamat.blogspot.com/2014/06/ems-maderas-del-alba-garantiza.html
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https://www.aporrea.org/actualidad/a148067.html