El Gobierno revolucionario de Venezuela tomó la soberanísima decisión de expulsar del país al encargado para América Latina de la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, quien vino al país a presentar un sesgado informe titulado: Una Década de Chávez, con el único objetivo de satanizar a nuestro gobierno, ante la opinión pública mundial, sin fundamentación.
Ante esta acertada decisión, aparecen las viudas del Pacto de Punto Fijo a tratar de justificar la deleznable conducta asumida por Vivanco, actitud esta que me obliga a refrescar la memoria colectiva de quiénes son José Miguel Vivanco y Human Rights Watch.
Vivanco fue representante diplomático de la dictadura de Augusto Pinochet entre 1986-1989, irónicamente ante la OEA, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Desde 1994 se desempeña como director ejecutivo de la División Américas de HRW, asumiendo una postura recalcitrante en contra de los gobiernos progresistas del continente y de manera sistemática cada vez que hay procesos electorales aparecen sus informes de HRW. Con estas difamaciones, el chileno, nacionalizado norteamericano, asume la más connotada conducta de mercenario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
La organización Human Rights Watch es una ONG y como tal es privada, sus fines obedecen a los intereses de sus miembros, creada en 1978 por la extrema derecha del partido demócrata norteamericano, como un instrumento de propaganda antisoviética durante la Guerra Fría y hasta el presente, mantiene su contumaz postura antiizquierdista. Es financiada por George Soros, su verdadero ideólogo, quien, nacido en Hungría en 1930, emigra en 1947 a Inglaterra a raíz de la Segunda Guerra Mundial.
En este país conoce al filósofo anticomunista Karl Popper, de quien se hizo discípulo, quedando marcado para toda la vida con las ideas de este teórico. Es el más grande especulador del planeta, siendo primera figura y actor destacado de las diversas crisis financieras que ha padecido la región asiática. En 1987, por intermedio de las sociedades Harken Energy y Spectrum 7, salvó a George W. Bush de la quiebra de Carlyle Group, que tiene como socio principal a la familia Bin Laden. Actualmente dicha compañía es la más importante sociedad administradora de carteras financieras en el mundo, constituyéndose en el onceavo proveedor del Pentágono. Tiene en su récord ser el principal financista a través de la Open Society Institute del derrocamiento del presidente de Georgia Eduard Shevardnadze, aplicando la experiencia del movimiento Otpor financiado por él, con el cual ayudó a derribar al presidente serbio Slobodan Milosevic; esta fundación paga los viajes a activistas de Otpor en el mundo entero, que imparten cursos a los estudiantes sobre cómo llevar a cabo una revolución pacífica. Apoya a fundaciones y organizaciones autónomas en más de 50 países, inicialmente en Europa central y del este y en la antigua Unión Soviética, y en los últimos años la red se ha expandido hasta alcanzar África, Latinoamérica y el sureste de Asia. Soros también financió iniciativas de la legalización de marihuana en Arizona y California que posteriormente fracasaron, además de ello financia organizaciones como Drugs Estrategies y la American Civil Liberties Union, con sumas multimillonarias dedicadas a fomentar la relajación a través del consumo de drogas.
Después de esta reseña es más fácil para nosotros entender el porqué de la conducta de perros de presa que asumen: Vivanco, Human Rights Watch y los detractores, recientes movimientos juveniles de activismo político.
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