La semana pasada el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió el noveno informe sobre el tráfico de personas en el mundo, cuyo fin es monitorear a los gobiernos extranjeros “los esfuerzos para eliminar las formas graves de trata de personas”. Sin embargo lo que persigue el Departamento de Estado, es más bien, intervenir en los asuntos internos de los países de los cinco continentes para imponerles políticas de amedrentamiento y coerción, y utilizar esta política como una herramienta imperial de agresión a los países que desarrollan gobiernos independientes en el mundo, como lo manifestara el gobierno Bolivariano de Venezuela.
La metodología usada por el Departamento de Estado se basó en la información suministrada por las embajadas de EE.UU, “funcionarios de gobiernos extranjeros, organizaciones no gubernamentales y las organizaciones internacionales, informes publicados, viajes de investigación a cada región” y la información difundida por los medios de comunicación. En el mismo no se especifica cuáles ONG´S, agrupaciones, medios de comunicación -de los respectivos países- participaron en la elaboraron de los informes.
A diferencia de los informes sobre el “tráfico humano” de años anteriores, el departamento de Estado enfocó su evaluación en el enjuiciamiento, la protección y prevención que los países desarrollaron para luchar contra la trata y sobre los responsables internos. En primer lugar, evaluó los informes presentados por los organismos antes señalados; en segundo lugar, evaluó si los gobiernos cumplían con la Ley de protección de las Víctimas de la Trata (TVPA), promulgada (por ellos) en el año 2000 y modificada en el año 2008, que refiere a la protección del tráfico humano o para enjuiciar a los traficantes. Sobre esta ley y los informes emanados por los organismos internacionales, el Departamento de Estado, elaboró tres cuadros divididos en tres niveles para clasificar a los países de acuerdo a la aplicación de normas por cada gobierno, para la eliminación del tráfico humano. Los países que se encuentran en el Nivel 1, son aquellos (según el Departamento de Estado de Estados Unidos) que cumplen con la ley TVPA y hacen esfuerzos para alcanzar los objetivos de erradicar el tráfico humano. En este nivel señalan a veintiocho (28) países, siendo Colombia el único país latinoamericano. En el Nivel 2, están los países que no cumplen plenamente con la Ley TVPA y hacen mínimos esfuerzos para combatir la trata humana, el cual señalan a setenta y siete (77) países. El informe refiere, que dentro del Nivel 2 existe un grupo de cincuenta y ocho (58) países de “Vigilancia especial”, entre ellos Venezuela. En el Nivel 3, están quince (15) países que no hacen ningún esfuerzo significativo para atacar, prevenir y sancionar el tráfico humano, entre los que se encuentran Cuba, Irán, Siria.
El informe específica que la información de estudio obtenida “cubre el período de abril de 2008 hasta marzo de 2009”. Asimismo, dice que “la omisión de un país en el informe sólo puede indicar una falta de información adecuada”. Estados Unidos no figura en la lista de países estudiados, pese a ser uno de los mercados principales del tráfico humano con fines laborales y sexuales. Otro país que no figura en la lista es Rusia, por prudencia del gobierno de los Estados Unidos en desatar una controversia bilateral de política exterior.
En la narrativa o evaluación de cada país presentada en el informe, el Departamento de Estado incurre en gravísimos errores: Primero, que sus fuentes e informes recibidos provienen de grupos opositores de los gobiernos de turno; Segundo, el informe no refiere al contenido de las leyes promulgadas por los países, ya sean en su Constitución o leyes civiles; Tercero, para la elaboración final del informe no participan instituciones gubernamentales de los países en cuestión; Cuarto, el Departamento de Estado (indirectamente) quiere obligar a los países soberanos a adoptar y hacer cumplir la Ley de Protección de las Víctimas del Tráfico TVPA, elaborada por el gobierno de turno de Estados Unidos. Quinto; califica directamente a los países progresistas, revolucionarios y de izquierda como propulsores del tráfico humano por sus políticas antiimperialistas. Sexto; ignora que este fenómeno de la trata de seres humanos afecta a todos los países y que en Estados Unidos no es nada nuevo si nos remitimos a la historia.
El departamento de Estado de los Estados Unidos quiere hacer ver al mundo, que la trata humana es algo nuevo. Sin embargo, si nos referimos a América Latina, es usual situar el tráfico de esclavos de África hacia el Nuevo Mundo a partir de la llegada de los europeos, y esto lo podemos encontrar plasmado en los documentos de la administración colonial, precisamente la española a partir de 1502.
En cuanto a la trata humana de Estados Unidos podemos recomendar leer el libro de Robert.W. FOGEL y Stanley. L.ENGERMAN, “Tiempo en la Cruz: La Economía Esclavista de los Estados Unidos”, donde se describe todo el sometimiento y el trafico de negros desde África y las islas del caribe durante los siglos XVIII y XIX hacia los Estados Unidos, con el fin de que estos cumplieran funciones de servidumbre, mano de obra agrícola, carne de cañón en la guerra civil, explotación sexual, la reproducción entre ellos para luego ser vendidos (como mano de obra esclava) a otros terratenientes; “Los esclavos eran explotados en el sentido de que sus propietarios se apropiaban de parte de los ingresos que producían”. Asimismo los “amos usaban a sus esclavos para dar rueda suelta a su lascivia, de capataces que trataban a las esclavas como miembros de su harén y de hijos propietarios de esclavos que seducían a muchachas muy jóvenes”. Tales abusos sexuales eran fomentados por un sistema jurídico que privaba a las esclavas de todo derecho a un recurso legal y favorecía a los propietarios a manipular sus vidas como querían.
Según Fogel y Engerman “se introdujeron tantos africanos durante los treinta años que van de 1780 a 1810 como en los ciento sesenta años anteriores de participación de los Estados Unidos en el tráfico de esclavos”. […] los Estados Unidos fueron, durante las tres décadas que precedieron la guerra civil, la mayor potencia esclavista del mundo occidental”.
¿Cómo califica el Departamento de Estado esta oscura historia de los Estados Unidos?
¿Cómo califica el Departamento de Estado la retención de documentos de migrantes mexicanos, asiáticos y africanos, por empresas textiles, agrícolas, mineras y pesqueras estadounidenses?
¿Acaso los Estados Unidos no son, con sus políticas de Capitalismo Salvaje, consumismo, globalización, libre mercado, con sus diseños fantasiosos del sueño americano, los principales promotores del tráfico humano hacia su propio país?
En el informe sobre la Trata de Personas 2009, dónde se cuestiona las 523 denuncias presentadas por víctimas extranjeras en las distintas fiscalías de los Estados Unidos. Quién evaluó la construcción de la Embajada de Estados Unidos en Irak, donde los medios de comunicación han denunciado el sometimiento a trabajo forzado de más de cinco mil personas de Asia del Sur y que fueron contratados bajo engaño. Porqué no se dice en el informe que en mayo del año 2008, la fiscalía de Kansas City, acusó a doce (12) personas y tres (3) empresas por participar en el tráfico humano.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no se autoevalúa porque no cumple con sus propios leyes ni menos las internacionales, ellos siguen queriendo imponer la formulas del garrote, quieren seguir siendo el policía que vigila los movimientos de todos los países del mundo, para seguir aplicando su MANUAL DE OPERACIONES PSICOLÓGICAS COMO GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN.
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