Columna con espinazo

Chávez, comenzó el ultimátum

El socialismo es la consagración de la democracia, porque sin socialismo no hay democracia. Esta verdad ha despertado la ilusión de las tres cuartas partes de la humanidad que son explotadas por la minoritaria casta de pedigrí, pues la godarria del "primer mundo" y sus conchabados esparcidos en varios continentes siguen disfrutando de las desigualdades que todavía les favorece.

En Honduras, por ejemplo, una vez más, ocurre el zarpazo criminal del que se ha valido la casta avara y goda para impedir que las mayorías oprimidas y esquilmadas obtengan legítimamente lo que por natura y ley les corresponde: su derecho a una democracia verdadera (socialistra).
En la Honduras de Morazán ha ocurrido un asesinato de lesa humanidad, pues el golpe de estado contra el Presidente Zelaya ha herido mortalmente a todo el género humano. De allí que, por primera vez en la historia, todas las organizaciones del planeta hayan protestado unánime y categóricamente.

Es que, en este momento histórico que vive la humanidad, el golpe de estado contra el Presidente Zelaya es un crimen nefasto que lesiona la democracia internacional. Honduras profundiza hoy su lucha por la liberación. Una vez más, en la triste historia de la humanidad, es el pueblo oprimido el que asume la redención y pone los muertos...

Pero, el golpe de estado en Honduras es un delito cuya autoría intelectual tene la marca de la CIA, su viejo modus operandi típico de organización criminal. Organización delictiva e inescrupulosa de prosapia y pedigrí cuya capacidad maligna supera con creces al crimen organizado de todo el planeta. A la CIA le obsesiona el crimen perfecto. Es su patología: matar, destruir, arrasar lo que contradiga los designios imperiales. La CIA recluta, entrena y paga asesinos en todo el mundo. ¿O acaso los uniformados autores materiales del asesinato de la democracia hondureña no cumplieron al pie de la letra el catecismo criminal de la CIA?

Como lo hizo aquí en Venezuela, desde el triunfo del Presidente Chávez, la CIA también se "ocupó" del proceso de Honduras, y podríamos pasarnos la vida anotando las analogías y similitudes y no nos alcanzaría la eternidad para sorprendernos de tanta casualidad "parecida".
Creo que el golpe de estado en Honduras es una estrategia para encerrar a Nicaragua y asesinar poco a poco los procesos revolucionarios que se están gestando en los alrededores de la gran patria latinoamericana. En la mira de la CIA están Guatemala, Nicaragua y El Salvador, pues México, Colombia, Costa Rica y Panamá son proimperialistas, ¿o no?

Por eso creo que el Comandante Chávez se equivocó al llamar gorilas a los golpistas (los gorilas y el resto de los simios no se merecen una comparación tan desigual e injusta). Mucho menos llamarlos brutos, como si el crimen cometido contra Honduras y su gobierno legítimo fuese un asunto de torpeza, de ignorancia. No, camarada Presidente, los criminales que secuestraron a Zelaya y acuchillaron la democracia socialista de Honduras lo hicieron a sangre fría, con "nervios de acero" y sin escrúpulo alguno (como corresponde a los rambos de la CIA y sus conchabados).

El golpe de estado en la Honduras de Morazán -como el que aquí pretendió cercenar a la revolución bolivariana- fue una tarea depredadora, sádica, genocida bien calculada, maquinada hasta el último detalle como siempre lo hacen los criminales obsesivos. Porque no sólo querían la cabeza de Zelaya, sino decapitar y "podar a tiempo" toda la floración revolucionaria que pronto (más temprano que tarde) llenará de jardines las grandes alamedas...

Pero, ¡cuidado! El ensayo macabro de la CIA en Honduras es apenas un indicador de lo que la guillotina imperial (apoyada en la derecha avara y goda) le está preparando a la América Latina (el exterminio a corto plazo del Socialismo del siglo XXI).

Preparémonos entonces, porque la agencia del crimen (CIA) viene por la ruta preferida del verdugo Bush y sus aliados (incluyendo al narcotráfico internacional). Por eso digo que para detener a la agencia del crimen internacional debemos adelantarnos a los acontecimientos. Y ante la muerte que nos declara el imperio nuestra consigna debe ser ¡Patria y socialismo fuerte! Asi evitaremos que nuestra América se convierta en cementerio. Sólo así, con patria y socialismo fuerte, veremos crecer las grandes alamedas...

* Escritor surmerideño

amablefernandezs@gmail.com


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Amable Fernández(*)

Escritor surmerideño.

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