Con el pacto de San José ganan los Golpistas, la Derecha y los Estados Unidos

El acuerdo de San José es una victoria más del imperialismo norteamericano.

Con la aceptación de este acuerdo sale ganando no precisamente Zelaya o el pueblo hondureño, sino aquellos que promovieron el golpe desde distintos lugares con apoyos soterrados en el continente.

Cualquier acuerdo que condicione el regreso del presidente, limite su poder y admita una amnistía a los golpistas, es un arreglo que sirve a la oligarquía de hondureña y a la derecha latinoamericana que ve con alegría cómo se abren puertas para frenar el avance de procesos sociales que benefician a la inmensa mayoría del pueblo; ya consiguieron con ese golpe lo que se propusieron: evitar la instalación de una cuarta urna que consultaría al pueblo su acuerdo o no sobre el llamado a una constituyente que elaborara una nueva constitución, que diese mayor posibilidad democrática al pueblo maya.

El camino de la historia de los pueblos está escrita, se le podrá demorar, se le colocarán obstáculos para tratar de evitar el arribo definitivo de un mundo distinto, ya donde el pueblo originario, el trasplantado y el esclavizado debe hacerse escuchar en igualdad de condiciones.

La democracia representativa ya no pertenece a estos tiempos, ya los pueblos de América no son ignorantes, ni son considerados en minoría de edad para que no puedan darse un tipo de gobierno que les permita la participación.

Estos tiempos son de cambios y no podrán ser detenidos.

Existe la necesidad de asaltar el cielo, y eso sólo es posible con la participación de todos y todas por un mundo más justo y equitativo.

Si Manuel Zelaya demora más su llegada a Honduras, existe la posibilidad de que se genere un enfrentamiento civil, debido a la represión desmedida de que es objeto el pueblo de Honduras. La paciencia se agota, el tiempo transcurre y no se ve la restitución democrática del Presidente Zelaya y el castigo a los promotores y ejecutores de semejante acto.

Aceptar el acuerdo significará volver a los viejos tiempos del garrote y la zanahoria.

La vuelta de la democracia en Honduras debe ser incondicional y contemplar el castigo a los responsables del golpe, así como la implementación de la consulta popular para la profundización de la democracia, lo contrario es traición.


wjof@yahoo.com


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