La OEA ya no sirve para nada, como tampoco sirve la ONU ni ningún otro organismo internacional que responda a intereses particulares, y es así porque los pueblos del mundo ya no están dispuestos a dejarse manipular por terceros, sean los Estados Unidos, Europa o cualquier aliado incondicional de ellos a nivel interno o externo; léase SIP, reporteros sin fronteras, el nazional, globovisión, la prensa, el país, mercurio, la esfera, etc.
La OEA pertenece al basural de la historia, junto a todas aquellas políticas, doctrinas y teorías que pretenden mantener la dominación y explotación de los pueblos, pintadas como ideas novedosas y humanas que lo único que pretenden es justificar la continuación de una política antiquísima colonialista de ayer y de hoy.
Lo que sucedido hoy en la sede de la OEA, no debería ya sorprender pero sorprende.
Cuando Manuel Zelaya ingresa a Honduras para intentar (ahora sí) retomar el gobierno, la organización americana se reúne de manera extraordinaria para emitir una declaración que sirviera de espaldarazo a la acción que había emprendido, de manera casi solitaria, Mel Zelaya, pero, ¡oh sorpresa…! En dicho documento se cuela la solicitud de la firma del acuerdo de San José, el cual, promovido por Oscar Arias, pretende silenciar lo acaecido en Honduras al proponer la amnistía de los golpistas y el olvido de todo lo sucedido.
Nada más y nada menos que imponer la impunidad y maniatar a Zelaya en los meses que le restan para entregar el gobierno al candidato que resulte ganador en las próximas elecciones acomodadas por los golpistas de la derecha hondureña.
¿Qué pasó?
Pues, la declaración se aprobó por mayoría (no por consenso como absurdamente se impuso en la UNASUR), a pesar que los embajadores de Venezuela y Nicaragua se negaban a semejante absurdo, por último, el embajador de Nicaragua hace una declaración confirmando que Manuel Zelaya no estaba de acuerdo con la firma de ningún acuerdo o pacto con los golpistas tal y como se le había expresado al presidente Daniel Ortega de Nicaragua por teléfono, pero igualmente se aprobó la resolución con la intención de promover el infausto pacto.
¿Qué más vale un mal acuerdo que una buena pelea, según afirmaron algunos representantes?
Nosotros en América latina sabemos de malos acuerdos que nos arrebataron la soberanía por mucho tiempo, generaron golpes de estado, asesinatos, desapariciones, persecuciones, intolerancia, exclusiones, pero también conocemos de buenas peleas que buscaban el rescate del decoro patrio como lo fueron las de Bolívar, San Martín, Artigas, Sandino, Recabarren, Zapata, Camilo Torres, Morazan, en fin. ¿A quién pretenden engañar? Por mucho que se tongonee siempre se le ve el bojote al imperio.
La OEA no sólo ya pertenece a la historia como oficina de asuntos coloniales de los Estados Unidos, sino que además ahora ejecuta acciones que mediatizan y enrarecen las acciones en los países de América promoviendo la impunidad a las acciones de la derecha en este hemisferio.
Tiempo es ya de cambios.
Los organismos internacionales deben comenzar a representar a los débiles ante los fuertes, promoviendo la justicia, equidad, paz, pero ante todo los derechos democráticos de la mayoría que piden a gritos cambios para comenzar a avanzar en la historia mundial.
Lo que se aprobó en la OEA, esa resolución que le guiña un ojo al imperio es un ejemplo más de lo que es y puede esperarse de ese organismo.
wjof@yahoo.com