El tal Micheletti, quien está haciendo el trabajo sucio de los gringos
en Honduras, comanda una jauría de militares para quienes el término
“gorila” es más bien complaciente, sin tomamos en cuenta
que los pacíficos primates que así se llaman no se han metido con
nadie. Al contrario, la civilización occidental los puso al borde del
exterminio. En cambio, Micheletti y compañía ya llevan varios muertos,
muchos heridos y, al peor estilo de su maestro Pinochet, ya los prisioneros
fluyen hacia los estadios.
Uno, que no sabe nada de política internacional y que no está en esas
altas reuniones de altos mandatarios, piensa que el problema de Honduras
no se solucionará sin violencia, y que debiera ir una comisión de
las Naciones Unidas a ayudar a Zelaya, como fueron para Haití después
del derrocamiento de Aristide a aplastar la revuelta popular con los
cascos azules, a pesar de que el pueblo haitiano no estaba armado y
entrenado como esta pila de bandidos, que tomaron el poder por las armas
y con el evidente apoyo de sus amos imperiales.
Pero pareciera que los cascos azules sólo se mueven si eso favorece
a los intereses del imperialismo, si son las empresas transnacionales
las que se van a beneficiar y no el pueblo, como ocurre en esta
oportunidad, en que la gente eligió a Zelaya y ahora, por la fuerza,
está gobernando el tal Micheletti, (o Pinochetti, como lo llamó el
presidente de Ecuador), un sujeto que ni siquiera pudo ganar las elecciones
internas del partido liberal, cuya cúpula después traicionó a Zelaya.
Y es que esos sicarios están armados y son peligrosos, no van a ceder.
El cabecilla se burlaba, más allá del temor que muestra su equipo
en la grabación de la declaración nocturna, cuando tuvo que aceptar
que el verdadero Presidente estaba en su país. Y la situación en Honduras
es tan absurda, hay tanta impunidad y tanta sinvergüenzura en la falta
de acción verdadera de los organismos internacionales, que hasta un
hombre moderado como Lula tuvo que levantar la mano y decir “ya basta”,
ofreciendo refugio al valiente Mel en su embajada y, a juzgar por la
firmeza de su expresión cuando daba declaraciones, tal vez deseando
que le den un solo tiro a la embajada para intervenir en
defensa de su territorio, su gente y su huésped.
Pero no es tan fácil. La carta dominante, que nadie se atreve a mencionar,
son los Estados Unidos. Una vez más se demuestra la inteligencia de
Lula quien, en reunión con los altos dignatarios imperiales, buscó
involucrarlos en la protección de Zelaya, de
neutralizarlos. Aunque dudo que lo lograra, porque al igual que el pirata
Jack Sparrow de la película gringa, esa gente no respeta las leyes
y se burla de todo acuerdo que haga con los demás. Aún así, el imperio,
que está en proceso de declinación, perderá políticamente, sea cual
sea la posición que adopte. Tal vez por eso mantienen la
conducta guabinosa de su mascarón de proa, Obama.
En el inicio del ocaso de su dominio mundial el imperio está en retirada,
por eso ha abandonado el proyecto delirante del escudo antimisiles en
Europa, trata de acomodar las cosas en el medio oriente y salió de
Irak. Es cuestión de tiempo que salga de Afganistán. Intensificaron
la guerra y enviaron más gente, porque querían salir
como vencedores. Pero saldrán de todas maneras, porque no aguantan
más.
Una vez recogidas las fuerzas que tienen en otros lados, reacomodados
para arreglárselas con los lacayos que tienen en los países de donde
salgan, confiando más en sus artefactos tecnológicos y dejando el
personal mínimo, los gringos intentarán hacerse fuertes en nuestro
continente. Por eso, al ser humillados por los ecuatorianos que les
patearon el trasero y los obligaron a salir de Manta, se fortificaron
mucho más en Colombia, algo que tenían planeado desde hace tiempo.
El pisa pasito de Tabaré Vásquez hace tiempo que venía picándole
el ojo a la Clinton, (no sé qué pasaría entre ellos, se sabe lo pega
cacho que es el consorte de la gringa), pero lo que está claro es que
el traidor uruguayo es un peón ubicado en el vértice del cono sur,
y eso es importante para tomar el control de las costas del Atlántico
Sur, que ya tienen las del pacífico con la Bachelet, y no les extrañe
que construyan una gran base militar en la frontera entre esos países.
Con el gobierno “amigo” que tienen en Australia, el Sur sería militarmente
suyo.
Pero también les conviene estar bien con Brasil, A Lula le queda poco
tiempo en el gobierno, probablemente tienen un falso izquierdoso financiado
por sus ONG en el gigante portuñol, y si logran imponer otro lacayo
allí, será más duro para los revolucionarios bolivarianos avanzar
en las transformaciones que están planteadas.
Si los gringos que dominan en EE UU tienen dos dedos de frente van a
presionar a Micheletti para que abandone, aunque su carta principal
ahorita es el acuerdo de Costa Rica, que le dictó la dama de los cachos
a su lacayo premio nobel de vendepatria, que apoyan los otros chupamedias,
y que nadie se ha atrevido a objetar claramente. Pero la correlación
de fuerzas en Honduras ha cambiado con la presencia de Mel Zelaya en
su país, con el apoyo político de casi todo el mundo y con unos cuantos
gobiernos
progresistas con ganas de ponerle punto final a la crisis, a favor de
los pueblos.
De cualquier manera, la situación en el hermano país centroamericano
está como en la cuerda floja, pero abajo de la cuerda hay una gran
navaja. La fuerza que se resbale caerá y se destrozará. En esta coyuntura
de pueblo revolucionario vs poder imperial, ALBA vs yanquis, espero
que la salida sea a favor del pueblo.
Sólo queda confiar en la diplomacia solidaria del ALBA, de los gobiernos
progresistas de UNASUR, que pudieran expulsar a los fascistas del gobierno
de Honduras sin disparar un tiro. Pero si eso no ocurriera, aunque no
soy un valiente, aprendería a manejar un arma para ir a combatir al
lado del pueblo hondureño, que ha despertado,
“Ha dicho basta y ha echado a andar”.
* (Abogado)
elcaciquehoy@gmail.com