Preocupa muchísimo la situación que Honduras vive desde hace tres meses. Pero con motivo a los últimos acontecimientos, que han originado un recalentamiento mediático, a favor y en contra, he podido percatarme de una silenciosa y eufemística complicidad.
No importa cuál medio de comunicación nosotros podamos leer, ver o escuchar, pero lo grave de la situación es que, frente a la más dramática y salvaje represión del pueblo hondureño, la instalación de campos de concentración en estadios deportivos para poder meter a cientos de personas consideradas presos políticos, violación de todos los descriptibles y pensables derechos humanos, agresión injustificada e inhumana por parte de los policías y militares contra el pueblo hondureño, cierre de los medios de comunicación (TV o radio) que se muestran opositores a la línea de Micheletti, asalto (por el momento frustrado) a la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, muertos, heridos, desaparecidos, desprecio al Derecho Internacional y Convenios Internacionales, irrespetuoso desprecio continuado a los organismos internacionales (OEA, ONU, ALBA, UE, y otros) y sus decisiones, y quien sabe cuántas cosas más, frente a todo este escenario no he escuchado a ningún medio de comunicación nacional o internacional, o personajes de la política nacional o internacional, así como los acostumbrados visitantes de oficios a los medios de comunicación para entrevistas, a favor o en contra, que no importa, no he escuchado a nadie llamar a las cosas por su nombre, y de allí fundamento mi análisis para concluir que al Micheletti se le brinda un respeto, quizás por infundado temor, o quien sabe por cual oscura razón y se le trata, con la mayor complicidad, como (cito): “Presidente de facto”.
Y se le llama Presidente de facto en el peor de los casos, porque han salido, no sé de cual diccionario, una cantidad de eufemismos, sinónimos para darle un trato diplomático exuberante a este golpista.
Por mucho menos que eso, y con infundadas maniobras politiqueras han satanizado a nuestro Presidente como dictador. Se habla de este rrrrrégimen….y de las orientaciones dictatoriales del representante del diablo hecho hombre: Hugo Rafael Chávez Frías.
Pero seremos cómplices de este genocidio contra el pueblo hondureño si no comenzamos, desde ya, y sin medias tintas, a llamar a Micheletti por su nombre: DICTADOR.
¿Por qué no he escuchado a nadie llamarlo por este nombre? ¿Es que acaso existe algo como “Presidente de facto”? ¿Por qué en este caso nadie llama a Micheletti dictador? Hasta Pedro El Breve, de quien todos conocemos sus obras y decretos, se llamaba dictador y nunca hizo ni la octava parte de lo que este dictador Micheletti ha hecho, y aun falta Historia por conocer.
Como no me gusta solidarizarme con alguien así, sugiero que todos, sin excepción, llamemos a cada quien por su nombre, y en este caso: el dictador Micheletti. De otra forma serán cómplices de sus atrocidades lo que intenten disfrazar a este señor golpista con eufemismos y tratos de realeza
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