Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos defendían públicamente que el acuerdo militar tenía como única misión actividades dentro del territorio colombiano para combatir, a través de operaciones militares, el narcotráfico y los movimientos insurgentes a los que etiquetan de terroristas, no siendo casualidad que este epíteto no lo apliquen a los sanguinarios narcoparamilitares.
El presidente Uribe, en la reunión de Unasur en Bariloche, adujo como protección al acuerdo que no afectaría a sus vecinos. Sin embargo, aparece ahora un documento oficial de la Fuerza Aérea del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el cual indica que la base militar de Palanquero, Colombia: "Garantiza la oportunidad para conducir operaciones de espectro por toda América del Sur" y con una inversión de 46 millones de dólares aspiran a acondicionar la pista aérea, las rampas e instalaciones de la base para convertirla en una localidad de cooperación de seguridad (CSL) de Estados Unidos, reiterando dicho documento: "El desarrollo de este CSL nos da la oportunidad única para las operaciones de espectro completo en una subregión crítica en nuestro hemisferio, donde la seguridad y la estabilidad están bajo amenaza constante de las insurgencias terroristas financiadas por el narcotráfico, los gobiernos antiestadounidenses, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales". Ello revela las verdaderas intenciones que esconde el acuerdo para tratar de disuadir y someter a los gobiernos antiimperialistas de la región, que están resultando escogidos en procesos electorales eminentemente democráticos, producto de la elevación del nivel de conciencia de los pueblos. Este documento deja al descubierto la verdadera y única intención militar de Estados Unidos desde Colombia, pues no se necesita ser un estratega o manejar información confidencial de la CIA para saber cuáles son los gobiernos de Suramérica que Washington califica de antiestadounidenses y, por lo tanto, objetivos militares claros con la implementación de sus bases militares en Colombia.
Ante esta nueva evidencia se ratifica lo que siempre ha expresado el comandante Hugo Chávez, sobre la amenaza real que representan estas bases para la paz y la seguridad de América del Sur, mientras cínicamente, tanto el presidente Uribe como el Gobierno de Washington, valiéndose de la difusión en sus grandes medios, manipulan para tratar de hacer ver lo contrario.
Ahora, cuando el presidente Chávez, consciente del espíritu y propósito militar del acuerdo, hace un llamado de alerta al pueblo reiterando la necesidad perentoria de estar preparados para hacer frente a la amenaza en todos los ámbitos incluyendo el militar, resulta que el imperio al lado de reporteros, periodistas, editorialistas y cadenas de sus grandes medios desvirtúan la declaración posicionando la matriz de opinión de que Chávez está haciendo un llamado a la guerra y con ello generar confusión a tal punto que hasta el mismo Senado brasileño postergó la votación sobre el ingreso de Venezuela a Mercosur y el propio Presidente colombiano, cual Caín de América, tiene la desfachatez de informar que acudirá a la ONU a denunciar las amenazas de guerra de Venezuela.
Ante estos hechos que evidentemente ratifican la intención del imperio, los pueblos y gobiernos progresistas de América Latina deben dar demostraciones de unidad y fortaleza, entendiendo que ésta es la mejor forma para prevenir una agresión desde Colombia y siempre vigilantes aplicar aquel viejo adagio romano: "Vis pacem para bellum" ("Si quieres paz, prepárate para la guerra").
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