La Obama-manía pasa de moda

La gran maquinaria publicitaria de Estados Unidos había logrado su objetivo: El nuevo ocupante de la Casa Blanca fue convertido en casi una “estrella de rock and roll”.

Todos los medios de comunicación nos hablaban de la OBAMA-MANÍA. Camisetas, sombreros, relojes, zapatillas… Todo se convirtió en productos que nos recordaban que el recién electo Presidente de Estados Unidos era un hombre capaz de hacer lo que TODOS sus antecesores jamás se atrevieron, en TODA la historia republicana.

Obama resultaba el tipo joven, activo, emprendedor… un presidente que toma a su esposa de la mano y que logró enamorar a los votantes con “promesas”…. ¡Muchas promesas! Justo lo que una nación y lo que el mundo entero (cansado de la locura de un de un Bush que aseguraba hablar con Dios) necesitaba.

Sus temas de campaña, traducidos en “ofertas”, dieron en el clavo:

1.- Ofreció salud a un pueblo donde más de 40 millones de habitantes no tienen seguridad social.

2.- Anunció la estrategia de salida de Iraq y el final del conflicto todavía está lejos. Mientras que Afganistán, amenaza en convertirse en el "Vietnam de Obama". Desde que este accedió a la presidencia aumentó las tropas en la nación centroasiática de 34 mil 400 a 70 mil en enero actual.

3.- Por si fuera poco, una de las promesas más importantes durante la campaña electoral: el cierre “en un año” del centro de detención y torturas en la ilegal base ubicada en el territorio ocupado por Estados Unidos en Guantánamo, al este de Cuba, no se logró.

4.- La guinda final de este calvario de promesas incumplidas: perdió la mayoría absoluta en el Senado.

Los movimientos populares del mundo, habían alertado que Obama sería otro presidente más de esos que ha tenido Estados Unidos, pero mejor publicitado, era todo…

Incluso, la organización Human Rights Watch, frecuentemente aliada de las políticas e intereses de Washington, se declaró defraudada por el presidente Barack Obama, quien, a su juicio, no ha hecho lo suficiente por defender los derechos humanos durante su primer año en la Casa Blanca.

Alguien quería más pruebas de que Obama era un mero continuista, pues fíjense: Varios de los ministros de Bush siguen en el gabinete de Obama, en carteras tan importantes como por ejemplo DEFENSA. Bill Clintón, recordemos, hizo dos guerras mientras tocaba el saxofón para Mónica Lewinsky.

¿Y Obama? Obama no está lejos de lo mismo (más de lo mismo) Se presenta a recibir un Nóbel de Paz, unos pocos días después de aumentar la presencia militar en Afganistán. Pero aseguró que esa invasión es para atraer a la paz.

El poder económico de Estados Unidos, dueño de la maquinaria mediática lo sostiene. Obama auxilió con 700 mil millones de dólares a los banqueros especuladores causantes de la crisis global y a pesar del rechazo popular a diario nos bombardean con imágenes de un presidente negro que salva “2 pavos y no uno, el Día de Acción de Gracias”

El resultado de todo este cóctel de mentiras era más que obvio. A sólo 12 meses de gobierno la Obama-manía se desinfló en 20 puntos porcentuales. Obama respondió a través de la cadena ABC News, diciendo que “encuestas negativas no lo harán olvidar sus propósitos, objetivos y metas prometidas por su administración”.

¿De cuáles promesas será que Obama no se va a olvidar?


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Ernesto J. Navarro


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