TeleSUR _ 14/03/08 - El ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, justificó este viernes el asesinato de cuatro estudiantes mexicanos durante el ataque lanzado por Colombia el pasado primero de marzo en territorio ecuatoriano, en el que además resultó herida la joven Lucía Morett Álvarez, también de nacionalidad mexicana. El ministro aseguró que estos jóvenes “no eran ningunos angelitos”, al intentar vincularlos con la guerrilla de las FARC para defender la matanza.
El ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, justificó este viernes el asesinado de cuatro estudiantes mexicanos a manos de militares colombianos, durante el bombardeo lanzado el primero de marzo en territorio ecuatoriano, que desató un crisis diplomática en la región.
"Estas personas no eran precisamente unos angelitos", dijo Santos en rueda de prensa, en alusión a los jóvenes mexicanos víctimas de la masacre colombiana sobre un campamento de las Fuerzas Amadas revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano.
"Ellos sabían perfectamente a qué iban y con quién se estaban entrevistando, con quién estaban durmiendo en el mismo campamento", añadió al intentar vincular a los jóvenes con la guerrilla de las FARC, defendiendo así sus muertes a manos de militares colombianos.
Cinco estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encontraban en el campamento de las FARC bombardeado por Colombia, en el que murieron 24 personas, entre civiles y guerrilleros, incluyendo al número dos de ese grupo rebelde Raúl Reyes.
Cuatro de ellos, Juan González del Castillo, Fernando Franco Delgado, Verónica Natalia Velázquez Ramírez y Soren Ulises Avilés Ángeles, perecieron en el bombardeo, mientras que la joven Lucía Morett Álvarez, resultó herida y está recluida en el hospital militar de Quito, junto a otras dos mujeres de nacionalidad colombiana que también fueron alcanzadas por el ataque bélico colombiano.
Los familiares de los jóvenes han explicado que los estudiantes realizaban actividades de investigación académica, por lo que anunciaron que emprenderán acciones legales contra el Gobierno colombiano, al calificar la tragedia como "un crimen de Estado".
Colombia pagará recompensa a sicario de Iván Ríos
Por su parte, el ministro Santos confirmó que el gobierno colombiano efectivamente pagará a Pablo Montoya, alias "Rojas", el sicario que asesinó al miembro del secretariado de las FARC Iván Ríos, la recompensa que por 5 millones de pesos, unos 2,6 millones de dólares, ofreció.
El titular de Defensa justificó el pago de la recompensa a este rebelde, inmerso en delitos atroces y que por ambición asesinó a su jefe, argumentando que la astronómica suma se pagará por la información suministrada por el ex guerrillero y no por el asesinato que cometió.
"Nosotros estamos pagando por la información”, adujo Juan Manuel Santos ante periodistas.
El martes, el ministro declaró a la prensa que no pagar la suma al asesino de Ríos debilitaría la estrategia de información a cambio de dinero, enmarcada en la Política de Seguridad Democrática, el proyecto bandera del actual gobierno. Además, el lunes pasado, la Fiscalía se negó a investigar a Rojas por homicidio.
Rojas asesinó la semana pasada a Iván Ríos y a su compañera sentimental conocida como "Andrea" mientras dormían, según él porque éste lo iba a ultimar.
Por entregar a las autoridades la mano derecha del líder rebelde y luego su cuerpo mutilado, Bogotá decidió pagarle la millonaria recompensa que, a juicio del ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, José Gregorio Hernández Galindo, contraría la Constitución colombiana y establecería de facto la pena de muerte en el país neogranadino.
Santos dijo este viernes que “lo relacionado con el homicidio está en manos de la Fiscalía” y aseguró que las razones esgrimidas por este órgano judicial son “válidas y de peso” que a su juicio son “respetables” y entendibles por los colombianos.
Sin embargo, el tema desató una polémica entre los colombianos, que han cuestionado el pago de la astronómica suma de dinero a un hombre que asesinó a otra persona.