En un movimiento que fortalecería a los "halcones" dentro de la Casa Blanca y el Pentágono, Donald Trump podría nombrar al senador Marco Rubio como su nuevo secretario de Estado. Rubio, un férreo crítico del Gobierno de Nicolás Maduro, es visto por muchos como el rostro de la política dura de Estados Unidos hacia América Latina.
En entrevista con Sputnik, el analista político Kendrick Figueredo compartió sus reflexiones sobre lo que este nombramiento podría significar para las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos.
"Este nombramiento de Rubio es una muestra más de la errática situación del imperialismo yanqui," comenta Figueredo, quien considera que la elección de Rubio no es un simple movimiento político, sino una señal de una "arremetida aún más fuerte contra nuestra Revolución, contra Cuba y Nicaragua, y contra la unidad norteamericana".
Rubio, conocido por su postura intransigente hacia los gobiernos de izquierda en la región, representa, según el analista, "los postulados de John Quincy Adams en su versión más moderna y peligrosa".
Una agenda contradictoria y una sociedad embrutecida
Aunque Trump ha prometido un enfoque pragmático en sus políticas, la posible designación de Rubio, junto con figuras como el congresista Michael Waltz en Seguridad Nacional y Rick Scott en el Congreso, genera dudas sobre la dirección real de su administración. "En su actual fase de declive hegemónico, el fascismo cabalga nuevamente sobre las expectativas e ilusiones de la alienada sociedad estadounidense", afirma Figueredo.
Expone que esta política de confrontación y guerra es en realidad una manera de desviar la atención de los problemas internos y mantener a una sociedad "embrutecida", entretenida con una narrativa de "ultranacionalismo hollywoodense".
El analista añade que figuras como Rubio han encontrado apoyo entre los estadounidenses, no por sus propuestas políticas, sino porque "representan una salida a las amenazas al 'American Dream'". En palabras de Figueredo, el nombramiento de Rubio sería un guiño a "los temores más sentidos" de la sociedad estadounidense, que él describe como "descontentos y frustraciones que el establishment ha sabido capitalizar".
Canciller de la decadencia imperial
Figueredo pone además en cuestionamiento las relaciones y los vínculos de Rubio.
"Marco Rubio (...) es el cuñado de Orlando Cicilia, un narcotraficante convicto y confeso," explica Figueredo, quien subraya que Rubio, en su papel de líder de la oposición venezolana en el exterior, ha recurrido a estrategias y alianzas dudosas.
Según el analista, "es el típico personaje bravucón de la gusanera," y lo describe como "el 'Tony Montana' del Parlamento," haciendo referencia al personaje de la película Scarface.
Para Figueredo, Rubio representa la unión de varios intereses oscuros: "Capital financiero, grupos terroristas, narcotráfico y sionismo" en una peligrosa alianza que, en su opinión, amenaza no solo a Venezuela, sino a toda la región latinoamericana. "Es el canciller de la decadencia imperial", sentencia el analista, subrayando que Rubio encarna los valores más negativos de la política exterior estadounidense.
Los operadores de Rubio en Venezuela
Figueredo es categórico al señalar que la derecha venezolana siempre ha colaborado estrechamente con Rubio y otros miembros del lobby antivenezolano en Estados Unidos, especialmente el senador Rick Scott, para ir contra la Revolución Bolivariana y promover "las medidas coercitivas unilaterales, el robo de activos como CITGO y acciones terroristas", afirma.
Asimismo, el analista menciona que el republicano ha contado con el apoyo de figuras de la ultraderecha venezolana, como María Corina Machado, Leopoldo López y Juan Guaidó, entre otros.
"Son gringos de orilla cuyo propósito vivendi parece ser convertir nuestra patria en una estrella más de la bandera estadounidense", agrega Figueredo.
La continuidad de la estrategia estadounidense
De cara al futuro, Kendrick Figueredo expresa su convicción de que la resistencia del pueblo venezolano será clave para hacer frente a cualquier embate que pueda surgir del liderazgo de Rubio en la política exterior estadounidense.
Ante la posible insistencia de Estados Unidos y Europa en una estrategia de cambio de régimen en Venezuela, el analista confía en que la población saldrá una vez más a las calles para reafirmar su apoyo al presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros.
"Estoy convencido de que el 10 de enero, el mundo entero atestiguará la capacidad de movilización de los venezolanos, y con ello su convicción de que la acción de calle permanente es la garantía para preservar la Paz", afirma.
Figueredo también se muestra crítico con la postura de la Unión Europea, que, en su opinión, "marcha a la retaguardia de la política estadounidense, en una posición vergonzosa de súbditos".
Hace referencia a la famosa frase de Karl Marx sobre la repetición de la historia, indicando que cualquier intento de promover una nueva figura de oposición en Venezuela solo sería "una farsa" en comparación con intentos anteriores.
La designación de Rubio, de confirmarse, significaría una intensificación en la presión hacia Venezuela y otros países de América Latina que mantienen posiciones independientes en la geopolítica global. Kendrick Figueredo concluye su análisis con un llamado a la resistencia y la unidad, señalando que la amenaza que representa Rubio no es solo política, sino un intento por doblegar a la región bajo los intereses de una facción que busca restaurar la hegemonía de Estados Unidos en el hemisferio.
"Ese mundo está hoy en el claroscuro gramsciano, de allí el peligro de sus monstruos que, como la mafia, a propósito de haber hablado de Marco Rubio, muriendo mata," concluye, reafirmando su posición de que la resistencia y la consciencia del pueblo serán esenciales en esta posible nueva etapa de confrontación.