Pese a que sabemos que la ofensiva ideológica contra revolucionaria de las falanges del capitalismo salvaje y de las oligarquías apátridas, es de vieja data en la permanente lucha de clases de nuestros pueblos; no deja de ser preocupante y digno de continuar atacando hoy, en la Venezuela Bolivariana, el hecho que ya se hace cotidiano; como lo es el actuar del Comandante Presidente, según las reservas pequeñoburguesas, hasta ayer en reposo en el subconsciente del líder.
En este sentido, es oportuno recordar las sabias enseñanzas de El Gran Timonel de la Revolución China, Mao Tsetung; cuando en su trabajo filosófico, abordando el problema de las contradicciones en el seno del pueblo, señalaba que “el peor enemigo del pueblo en su lucha liberadora, es el burgués que lleva por dentro”.
Por supuesto, antes de seguir adelante en esta dura crítica a Chávez, para despejar dudas y tratar de frenar un poco la lengua viperina de la “pequeña burguesía revolucionaria”, detractora política de los críticos con humildad proletaria, de los vicios de nuestra revolución; digno y noble es reconocer el indudable e incuestionable avance político e ideológico que ha logrado el Cdte. Chávez en su serio esfuerzo por proletarizar a conciencia las ideas propias de la cultura burguesa adquiridas, como todos, en la familia; y en el ambiente castrense, en su caso particular, pues viene de Academia Militar cuyo diseño curricular lo elaboraban los altos mandos militares de la de la época, formados en Escuela de las Américas del Pentágono.
Innumerables son los testimonios en obras y acciones que ponen en evidencia el progreso del Comandante en la reformulación y orientación de sus bases ideológicas originarias, desde que asumió la vanguardia del proceso revolucionario bolivariano.
Pero también es verdad que la dinámica de un hombre de vanguardia como el Cdte. Chávez, está constantemente sometida al asecho de los anti valores e ideas erróneas que la cultura burguesa siembra en subconsciente de la gente, para activarlos circunstancialmente cuando lo considera propicio en la propia dinámica de la lucha social.
La burguesía es sabia y tiene conocimiento pleno de lo que ha hecho y de lo que debe hacer, para garantizar su dominio o restablecer y recuperar los espacios que una revolución social pudiere arrebatarle. Ella sabe que los hombres y mujeres que protagonizan los procesos revolucionarios de transformación y cambio social, arrastran consigo lo que dijere Mao Tsetung, un burgués por dentro; y esto les hace débiles, les hace vacilar, cuando la conciencia proletaria en desarrollo, no ha logrado blindarse de la insurgencia perseverante de un subconsciente fraguado y comprometido con los intereses de la oligarquía capitalista.
Es aquí donde se inscribe lo que el pueblo, que también es sabio, intuye al afirmar ante el accionar inconsecuente de alguien que, “a fulano se le salió la clase”.
Es por ello y a manera de alerta, que en sana crítica al Cdte. Chávez; y en base a varias acciones de estrategia y táctica política desarrollada por el gobierno y por algunos altos dirigentes del PSUV, en los últimos meses del 2010-2011; me obligan nuevamente a expresar públicamente mis reflexiones, con la única intención, en primer lugar, de ejercer el derecho a la crítica constructiva; y en segundo lugar, cifrando la esperanza de que se active el espíritu autocrítico en los bolivarianos en posiciones relevantes de gobierno; particularmente, en el líder de la Revolución Bolivariana; porque sería fatal para la revolución y sus protagonistas ignorar que los enemigos de la revolución, que son también los nuestros, utilizan simultáneamente y de diversas formas, sus métodos de exterminio del liderazgo principal de la revolución. Su eliminación física, destrucción política e ideológica; según sea la importancia y posibilidad que les brinde el propio liderazgo o las tácticas y estrategias equivocadas que pudiere implementar la vanguardia política del proceso, frente a determinada coyuntura.
Por ejemplo. Cuando el Cdte. supuestamente fue sorprendido en la celada que le montó su colega colombiano Pdte. Santos, para ponerlo a conversar con el presidente Lobo, que impuso el Imperio con un golpe de estado, al hermano pueblo hondureño; lamentablemente aquí Chávez cayó en la trampa imperialista, no por ingenuidad política, sino más bien por subjetividad ideológica, de subestimación de la capacidad de maniobra y manipulación del derechista presidente Santos y su incondicional papel de gendarme “quinta columna” del imperio, en la nueva relación Colombia-Venezuela que inteligentemente viene realizando el oligarca presidente Santos.
Otro elemento que hoy preocupa y recorre negativamente al mundo político y revolucionario, nacional e internacionalmente; es la posición del Pdte. Chávez frente a la detención por parte de su gobierno, del periodista JOAQUIN PÉREZ BECERRA, Director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), quién perseguido por la criminal política represiva de la oligarquía colombiana, debió exiliarse en Suecia, donde se nacionalizó hace varios años y se desempeñaba profesionalmente como periodista que es.
En esta detención e inmediata deportación a Colombia, por el gobierno bolivariano, puso en evidencia serios problemas en el desempeño prejuiciado de la política de seguridad de estado, y un cumplimiento incorrecto de los acuerdos con los gobiernos confesamente oligarcas; que chocan, sin duda, con los principios de prudencia revolucionaria que deben caracterizar la política internacional de la Revolución Bolivariana; y dejan en un limbo político la reciprocidad solidaria con los hombres y mujeres revolucionarios que desde diversos escenarios del mundo están comprometidos con la causa libertaria de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe; como el caso concreto del periodista JOAQUIN PÉREZ BECERRA, detenido en el aeropuerto de Maiquetía.
Reconocemos que el Pdte. Chávez, ha hecho grandes esfuerzos para lograr desarrollar una acertada política internacional, que no en vano ubica hoy a Venezuela en un sitial respetable desde el punto de vista del cuido a la dignidad del hombre y la práctica de la solidaridad revolucionaria. Pero, por razones hasta ahora no aclaradas suficientemente por el Pdte. Chávez, ese accionar consecuente y meritorio se ve trastocado de vez en cuando, como por ejemplo, en el momento de permitirse que de manera atropellada, fuese deportado JOAQUIN PÉREZ BECERRA; sin oír el clamor solidario que inmediatamente se hiciera sentir a nivel nacional e internacional, por la libertad del detenido y para que no fuera entregado a sus verdugos colombianos; e incluso, se hicieron juicios alegres y lesivos a la dignidad revolucionaria de Pérez Becerra. Hubo inexplicable ensañamiento de la justicia venezolana contra un ciudadano extranjero, lo cual le llevó a agredir la majestad diplomática de la Embajada Sueca, al prohibir que sus funcionarios ejercieran el legítimo derecho de entrevistarse con su compatriota, injustamente incomunicado.
En estas circunstancias: el comportamiento en el caso de la entrevista con el golpista Pdte. Lobo, la posición de aparente bajo perfil frente al caso JOAQUIN PÉREZ BECERRA, las recientes actuaciones en política domestica de, por ejemplo, aumento de seis (6) bolívares diarios (15%) a partir del 1° de Mayo al salario mínimo y 45% a la burocracia, excluyendo a los contratados de la administración pública; es decir, que premió a la burocracia oportunista, con el debido respeto y consideración que merece la burocracia necesaria; y se le sueltan migajas a la clase obrera. Todo ese accionar del Cdte. Chávez, son lamentables indicadores de que en su mente están operando criterios pequeñoburgueses, que ayer dormían en el subconsciente, gracias a la llegada de frescos valores humanistas a su conciencia; y los cuales pudieren estar erosionando las líneas de proletarización, que junto al pueblo trabajador, vienen abriendo brechas esperanzadoras en la ideologización proletaria del Comandante; y consciente o inconscientemente, está dando paso a etapas que considerábamos medianamente superadas, como es al reformismo socialdemócrata; y en lugar de radicalizar coyuntural y razonablemente el proceso, se está haciendo concesiones graciosas al oligarca criminal, al pitiyanqui traidor y al burócrata oportunista. Todo se hace, según sus artífices, a nombre de una equivocada concepción igualitarista del desarrollo social revolucionario y de una confusa interpretación del internacionalismo proletario entre gobiernos y personajes de signo político e ideológico diferentes. Al respecto, no olvidemos la trillada frase: “A cada quien, según su capacidad; a cada cual, según su necesidad “.
Al señor Presidente, líder de la Revolución Bolivariana, no debería seguir saliéndosele la clase. Tampoco puede continuar subestimando y mucho menos ignorando, la capacidad del oligarca, en lo internacional; y en la política domestica, a la masa trabajadora; al momento de la toma de decisiones de trascendental importancia, cuyos efectos involucran a la Patria y al pueblo trabajador.