Los tongoneos de la Irreversibilidad

Al toque de Diana

Creo que estamos en las vísperas de la verdadera Revolución o en el principio del fin de la misma y la restauración de la vieja y nueva oligarquía arrodillada al imperio global. Chávez cumplió su tarea (como el mismo decía: "una hoja en el huracán revolucionario") y nos dejó una revolución por hacer. Estamos en tiempos de definiciones, la historia menuda pedirá cuentas a cada uno.

Con la muerte del Comandante Chávez, el proceso reflexivo del pueblo venezolano no puede estar exento de la continua tarea de la preservación y pervivencia de lo que hemos declarado y aceptado como el “Legado de Chávez”. Sin lugar a dudas, el propio Chávez marcó su discurso con el concepto de la transitoriedad, en los innumerables actos públicos, intervenciones y reflexiones en las que acostumbró a su pueblo a hacer de la crítica y la autocrítica procesos intrínsecos de la Revolución Bolivariana a la cual hoy se le suma el ideario chavista. El Comandante siempre nos anunciaba su conciencia de transitoriedad, la convicción de que fue un hombre que le tocó asumir un papel histórico pero al mismo tiempo era una hoja dentro de la hojarasca revolucionaria.

La idea del Chávez metodólogo se la escuché por primera vez a un buen amigo profesor de la UBV. Como buen estratega militar, el Comandante siempre estuvo atento en el cómo hacer, en los procesos, pasos, grados y tácticas para conquistar el valor supremo del bien común. Sí algo podemos impulsar como parte importante de ese Legado es la constante búsqueda por hacer concreto lo que se declara en el discurso. Fue el empeño de Chávez y estuvo claro en sus límites derivados de lo transitorio.

En los últimos 3 meses se ha venido gestando una experiencia colectiva y rebelde en Industrias Diana, empresa de alimentos que el Comandante compró para el pueblo trabajador del pueblo, para ser franco debemos decir que el principal instigador de tal rebeldía fue el propio Arañero de Sabaneta de Barinas. Un infiltrado en su propio gobierno, un subversivo en Miraflores como el mismo decía. Bajo la figura de Control Obrero, Diana avanzó no sólo en la producción de bienes materiales de primera necesidad (aceite, margarina, mayonesa y otros) sino que sus fuerzas productivas trascendieron, se adelantaron en la conciencia del deber social, agregándole así una cualidad a la lucha. Los compañeros de Diana han crecido espiritualmente y eso es promisor, pero no se perdona. No se perdona que crean y recreen las prácticas colectivas de dirección, el método asambleario, la promoción del Poder Popular, una entelequia conveniente para algunos y un paraíso por construirse para los más necesitados. Es más, no se les perdona que crean en el tan cacareado Legado de Chávez.

El caso Industrias Diana, propone al compañero presidente Nicolás Maduro la disyuntiva de profundizar o dejar correr a la revolución en las aguas del etapismo propio de la izquierda histórica el tema radical del Control Obrero. No vamos aquí a hacer un ejercicio, por demás común en la vieja y nueva política, de personalizar gestiones, de decir que son los hombres únicamente los que imponen las circunstancias y no las condiciones objetivas las que forjan a los hombres que deben asumir la responsabilidad ante la historia, argumentos ad hominen,. El problema de Industrias Diana es un problema de clase, no valen aquí los intentos de buscar ponerle nombre a lo que por los hechos es la evidencia palpable del Legado del Comandante Chávez operando en la subjetividad de los y las trabajadoras de Diana, pero también de Corpoelec, Ferrominera, INPSASEL o Banco Industrial.

El problema es si se quiere hacer real el Socialismo asumiendo la responsabilidad ante la historia de ser congruentes con lo que se predica. Nada de lo expresado por los y las trabajadoras de esta empresa comprada por el Estado está fuera de lo planeado por el Comandante. Industrias Diana puesta en las manos de su fuerza laboral creció en sus valores, en la conciencia del deber social de cada uno de sus trabajadores y, no conforme con eso, incrementó su producción cinco veces más de lo que tenía para el momento que fue entregada por el propio Chávez a sus operarios.

Nuestros hermanos de Diana, obreros y empleados (pueblo profesionalizado), se han comprometido con la palabra de Chávez, quien al entregarles la empresa les dijo "me las juego con ustedes". Han logrado incrementar cinco veces la producción, del 2% con el que recibieron la industria al 38% con el que han venido abasteciendo a esta Patria cuya economía de puerto, pero su vieja y nueva burguesía parasitaria, está interesada en que la experiencia productiva socialista de "Diana bonita" se detenga para seguir manteniendo el modelo que nos han impuesto los imperios desde la época de la colonia.

Pero sería muy injusto si sólo se hablara de la evidencia de desarrollo de la productividad, la diversificación de los rubros y líneas de producción o del uso del software libre como herramienta para la descolonización informática. Tendríamos que decir también que es en este estado, Carabobo “industrial”, donde el parque instalado y su potencialidad geográfica hace sensible el tema de clase, aquí donde no sólo se presenta la contradicción de proletario-burgués; sino una contradicción política entre un difuso y variopinto Psuv, y un pujante conglomerado de colectivos movimientos sociales que se empeñan en trascender al partido socialdemócrata clásico, pero en Carabobo todo pasa para que no pase nada. Si sumamos a la burguesía depredadora comercial y los nuevos oligarcas que, como que no les gustan mucho las ideas de radicalización, socialismo, Legado, Control Obrero, Poder Popular pues todavía hay mucha olla por raspar tendremos la medida del tamaño y envergadura de lo que sucede en Diana Rojita, sucede ni más ni menos que, el enfrentamiento del modelo chavista contra las fuerzas más rancias y reaccionarias del capital nacional y la nueva clase social construida con los ingentes recursos producidos por la renta pretrolera.

Para los bates quebraos, políticos y periodísticos, Diana es sólo un problema personal, a eso nos ha llevado la mediática, a ver al diarismo como vemos una telenovela. Son el ministro de turno, el gerente saliente, el gerente entrante, el pueblo, la clase obrera y pare usted, los depositarios de adhesiones y repulsiones, pero no somos capaces de ver que lo que está en juego es el referente del ideario chavista en el tema de control obrero y la concreción de las figuras orgánicas impulsadas hasta por el mismo Presidente Obrero como es el Consejo de Trabajadores.

El toque de Diana, sonido de trompeta militar que el Comandante Chávez hizo civil y transformó en un sonido infernal para la oposición fascista en épocas de elecciones, es hoy un sonido que debe llamarnos a la preservación y continuidad de las ideas del líder que entregó su vida por torcer el rumbo histórico que llevaba nuestra patria en la última década del siglo XX, cuando se alzó contra el neoliberalismo y la dominación.

Quien quiera hacer de la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Industrias Diana una telenovela pues es libre de hacerlo, en todo caso los compañeros del Consejo de Trabajadores están dando una lección ejemplar al creer y recrear el tan cacareado Legado del Comandante. Todo aquel que tenga dudas de las orientaciones claras que dejó Chávez en torno al protagonismo del pueblo hecho pueblo trabajador puede tomarse de hacer una pequeña búsqueda en internet y verá lo contundente de las orientaciones del presidente Hugo Chávez sobre el tema. Si se pretende adobar y banalizar lo que para nuestro Comandante era un discurso para la práctica, pues debemos decir que la dirigencia en funciones o no de gobierno, los medios bolivarianos o comerciales aliados, como nos pretenden vender las relaciones con medios circunstancialmente inocuos, el acercamiento a la burguesía conspiradora y entreguista, el Golpe de Timón postergado por presiones de la alquimia político-electoral propia de la legalidad burguesa son síntomas de la mercantilización del Legado del Comandante.

La lucha de Industrias Diana es un ejemplo de apego al método chavista de política, esos compañeros el Consejo de Trabajadores que suman el 70% de la base operaria de la empresa, esos consejos comunales, colectivos y movimientos sociales que han avanzado en Carabobo, sí en Carabobo, un estado tan reaccionario y tan proletario, esos hombres y mujeres de nuestro pueblo trabajador, no están creyendo en el socialismo que vendrá, están construyendo el socialismo sin pérdida de tiempo, pues para hacer patria el momento es ahora y cuando suena la Diana los soldados se aprestan para el combate, la misma Diana levantará al pueblo chavista el próximo 8-D para ir a votar por los candidatos de las fuerzas revolucionarias llena de tirios y troyanos.


moreyes24@gmail.com


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Moisés Reyes


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