Constitucionalizar la Ley del Valor-Trabajo Humano

El movimiento popular revolucionario es el constructor del socialismo frente a los propietarios privados del capital

El espacio teórico-práctico, que se abre en América Latina, Centro América y el Caribe con la revolución bolivariana, muestra como lo económico determina la política y a su vez, simultáneamente, lo político determina lo económico, de allí que desde el campo de la política interviniendo en el sistema económico para su transformación, es necesario planificar el mercado, gobernar el mercado, el intercambio y la competencia, eliminando el monopolio y las distorsiones propias del sistema capitalista: desigualdad económica-social, injusticia, exclusión, expoliación-explotación del trabajo humano y explotación de la naturaleza. El objetivo es reconstruir una economía para la vida considerando el ser humano viviente es lo primero y no una economía para el aumento de la tasa de rendimiento, de la tasa de ganancia del capital.

Organizar las actividades productivas y distributivas mediante mecanismos no capitalista, es decir, organización bajo la dirección de los trabajadores y no por dirección y gestión del capital, requiere de las mejores capacidades de innovación de las fuerzas revolucionarias para dejar atrás la subordinación del trabajo humano, a las leyes de la oferta y de la demanda y a los precios, por tanto, a la pura economía de mercado.

Por lo que creemos necesario incluir en nuestra constitución un artículo que establecería el trabajo humano como fundamento sobre el cual se constituye el estado socialista en Venezuela.

El trabajo humano en la comunidad, como actividad de conocimiento y única fuente creadora de valor, es el centro gravitacional sobre el cual se constituye toda nuestra sociedad y no a partir del mercado y/o del estado. El valor que crea el trabajo humano, el trabajo vivo, es valor objetivado en el producto y es vida humana materializada en el producto, mercancía y servicio. Mientras que el capital subsume al trabajo vivo y sólo paga la fuerza de trabajo con el salario, el capital no paga el plusvalor creado [de la nada] por el trabajo vivo.

A continuación la argumentación del párrafo anterior.

En la forma social capitalista, quien constituye el valor del producto es el mercado y el deseo de los compradores-consumidores. En la producción económica socialista directa –no intermediada por el dinero/capital ni valorada por el precio- es el trabajo vivo la fuente creadora de todo valor. El trabajo vivo indeterminado es la categoría principal de toda la economía socialista. (i)

En el mercado gestionado por el capital, el valor, no guarda ninguna relación con la fuerza social productiva del trabajo humano objetivado en el producto-mercancía-servicio, sino que se hace residir el valor en la cosa-mercancía y no en el sujeto de trabajo. Toda la economía capitalista absolutiza el valor al asimilarlo como una simple cualidad de la mercancía y absolutiza también el precio ocultando la relación que existe entre trabajo humano y valor creado e incorporado al producto. En la corriente existente de precios múltiples de bienes y mercancías del mercado capitalista, los precios cobran vida propia e independiente del proceso de trabajo en el plano de la producción.

K. Marx demuestra que la relación dialéctica entre trabajo humano y el valor del producto, se ha roto, y por lo tanto se ha fetichizado dicha relación, entonces las mercancías y sus precios andan solos como si fuesen personas y las personas se convierten en cosas.

Entendemos entonces que -valor es objetivación de vida humana- y ese valor objetivado en la producción, en el mecanismo de intercambio de productos, debe corresponderse con sus precios, y equivalente en dinero, porque detrás del precio está el valor y detrás del valor está el trabajo vivo.

En la economía capitalista el precio remplaza al valor, se obvia el valor creado por el trabajo humano, se oculta el trabajo objetivado en bienes y servicios. El valor económico se lo considera igual al precio, siendo que precio y valor son diferentes determinaciones del capital.

Nosotros diferenciamos entre precio y valor. El valor es creado por el trabajo humano, por el sujeto de trabajo, sujeto de necesidades, única fuente creadora de valor, valor incorporado en los bienes y servicios.

En la forma capitalista de organización del trabajo, es decir, bajo la organización de la producción por el capital, el trabajo vivo [en la fábrica-en el proceso productivo] objetivado en un producto, se convierte en mercancía al realizarse-venderse en el mercado. El trabajo humano es subsumido en la totalidad del sistema del capital que es el mercado global.

El "trabajo abstracto social" pone valor de cambio al dinero, su precio, y a toda la mercancía capitalista. Y el "trabajo concreto material" es el que pone valor de uso al dinero y a todo producto útil determinado.

Importante aquí es precisar la diferencia entre capital y qué es capitalismo.

Durante, al menos, cien mil años, los seres humanos han vivido en sociedades, conformando civilizaciones, y para poder sobrevivir exitosamente y gozar de su existencia, adoptaron las formas, o sociedades comunalistas, donde todo, o casi todo se compartía en común, la tierra y el producto del trabajo humano en su relación con la naturaleza. Las asociaciones humanas, conformadas por sujetos de trabajo que viven en comunidad, y no individuos aislados de las tesis robinsonianas, constituyendo sistemas sociales comunalistas, era probablemente el 90% de la población mundial, población que no conoció nunca, ni tubo necesidad de la existencia de capital, y en donde sus habitantes pudieron proporcionarse fácilmente de que vivir.

Es en el neolítico, últimos cinco mil años en que se establecen ciudades-estado, cuando surgen las clases sociales como estructuras de poderes de dominación en la gestión del excedente económico-social y se apropian del trabajo humano considerado actividad de conocimiento.

El excedente económico, el mercado, el dinero, el precio, el valor y el capital, son categorías históricas que tienen un inicio en el tiempo y surgen no en la existencia de un orden natural y divino, sino que se han operativizado por la voluntad humana y así facilitar masivamente las necesidades de producción, distribución e intercambio de bienes.

El capital, como lo define K. Marx, es valor que se valoriza en el nivel de la producción y de la circulación de mercancías y una forma de ser del capital es el capital a interés, ganancia neta que arroja la propiedad del capital. Otra forma de ser del capital es el capital de inversión en el comercio y el capital de inversión en la producción de bienes y servicios. También se ha desarrollado el capital utilizado para la especulación financiera. La transformación de dinero en capital y la transformación de valor en capital es el proceso constante del régimen capitalista de producción. Gracias a la capacidad del capital-dinero de convertirse en medios de producción y de comprar trabajo a través del salario, es que el capitalista dispone constantemente de trabajo no retribuido, lo que le permite convertir el proceso de producción y circulación de mercancías en producción de plusvalía para su poseedor.

Siendo el trabajo humano la fuente creadora de valor, en el capitalismo que es ya la totalidad de un sistema social-económico-político-cultural; el trabajo asalariado, la compra-venta de trabajo humano, se convierte en el mecanismo de funcionamiento social predominante, hegemónico, y en apenas el transcurso de los últimos quinientos años, conforma los vientos que mueven el molino del sistema.

Del otro lado, vemos, en la arquitectura económica capitalista, como el precio es al valor lo que el reloj es al tiempo, y el reloj es un ingenioso invento/instrumento que mide el transcurrir, la duración, del tiempo; más aún, nunca se podrá decir que el reloj es el tiempo, así como el precio no es valor. Fuera del horizonte de sucesos del observador común, el valor se transforma en precio y éstos, los precios, operan libremente en triple relación de equivalencia precio, dinero y mercancía, para beneficio de una clase propietaria explotadora y expoliadora del trabajo humano.

La unidad de medida del valor de cambio de cada mercancía puesta en el mercado es el dinero (al igual que la unidad de medida de longitud es el metro o la unidad de medida del tiempo son horas, minutos, segundos). El trabajo vivo objetivado como dinero siendo la fuente de valor, dicho valor, es destruido constantemente a través de los precios por pérdida de poder adquisitivo del dinero-salario de los trabajadores.

Desde que el ser humano vive en comunidad es capaz de producir más de lo que necesita para vivir, sin embargo, en la actualidad, el sistema de producción económica capitalista bajo la égida del capital, impide y entraba el cumplimiento de esta posibilidad, con todo y mayor velocidad de desarrollo tecnológico, como es el caso en la llamada cuarta revolución industrial: la primera revolución industrial marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; la segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa. La tercera a mediados del siglo XX, con la llegada de la industria electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones. Ahora, la cuarta revolución industrial trae consigo una tendencia a la automatización total de la manufactura, que se viene instrumentalizando desde el año 2013 y la producción económica capitalista pretende llegar a una total independencia de la mano de obra humana. La Revolución 4.0 es nanotecnologías, neurotecnologías, robots, inteligencia artificial, biotecnología, sistemas de almacenamiento de energía. Se presume que tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras.

A la posibilidad real de producir y suministrar todo lo que necesita la población mundial para poder vivir dignamente, se le opone el sistema capitalista global bajo la falsa premisa Malthusiana y Neomalthusiana (superpoblación y límites del crecimiento), la cual sostiene que el crecimiento geométrico de la población respecto al crecimiento aritmético de la producción de bienes establece la escasez de bienes como ley natural y no inducida, determinante del incremento exponencial de los precios en el mercado.

Sin embargo, la verdad es que las estructuras de poderes de dominación de clase histórica, clases sociales conformadas por minorías propietarias privadas del capital, propietarias de medios de producción y medios de distribución, dirigen la gestión del excedente-plusvalor producido socialmente por la fuerza de trabajo, con lo cual se concentra y consolida dicha clase propietaria especial capitalista, entrabando, impidiendo que exista correspondencia entre relaciones sociales de producción y desarrollo de las fuerzas productivas, imponiéndose la "ley de los desarrollos económicos y sociales desiguales e inversamente proporcionales"(ii), que en la producción económica capitalista, es ley del capitalismo, fundamento del productivismo y consumismo, con el patrón de valor por excelencia la propiedad privada sobre todos los sistemas de conocimientos y a la par que bienes tangibles con la propiedad privada de todos los medios de producción, bajo lo cual puede haber aumento de la productividad del trabajo medido en horas-hombre y por lo tanto una mejor tasa de ganancia sobre el capital invertido y acumulación de capital, más no con esto producirse mayor bienestar social para la gran población trabajadora.

El capital privado va a donde se le proporcione mejores condiciones para obtención de ganancias y donde la mano de obra le resulte más barata; es una búsqueda de la máxima ganancia en el menor tiempo posible y con el mínimo esfuerzo posible, esto es así, para la pequeña empresa capitalista, mediana empresa o gran empresa nacional y multinacional.

El mecanismo de la competencia y desarrollo de la producción capitalista

Los capitales (industrial, comercial, financiero) compiten entre sí porque de ello depende su sobrevivencia. En la competencia entre mercancías producidas por cada capital se determina una "ganancia media" función principal de ese mecanismo de mercado. Según el componente tecnológico se obtienen productos con mayor o menor valor. Cuando se enfrentan los capitales en el mercado logran menor precio aquellos productos que tienen menor valor. Los productos que han incorporado mayor tecnología y han disminuido la proporción utilizada de salario serán los que se vendan y desplacen a otros productos más caros. En el mercado capitalista la competencia fija un precio medio y también la ganancia media.

COSTO DE PRODUCCIÓN + GANANCIA MEDIA = PRECIO DE PRODUCCIÓN MEDIO

El precio de producción medio establecido racionalmente por costos reales es diferente al precio final. El precio de producción medio es el eje sobre el cual gira el precio final.

El precio final puede ser > < = al precio de producción medio

En el mercado mundial los precios de monopolio se imponen.

El monopolio se opone a la competencia, el monopolio suspende la competencia, la hace inoperante. Al establecer precios de monopolio éstos, se apartan del precio de producción, obteniendo superganancias, violando sus propias leyes económicas capitalistas y la totalidad del intercambio se hace bajo la lógica de la ganancia.

Importancia del desarrollo de las fuerzas productivas socialistas

La planificación estratégica de la revolución socialista contrapone a la ética individualista [que deja en manos del mercado la solución de los problemas sociales] la ética política socialista, que más bien, debe, tiene que preservar el mecanismo de la competencia en lo práctico-productivo entre unidades económicas de producción socialista, entre ramas de la industria y sectores de la industria nacional. Para esto se debe cuidar, como el agricultor, de limpiar la yerba que crece alrededor de las unidades de producción para garantizar la no aparición del monopolio (artículos 112 y 113 CRBV). En nuestro caso se impone una economía de reciprocidad y un mercado basado en la cooperación y solidaridad, impulsado, estimulado bajo el control social. Un mercado con las reglas y condiciones del socialismo en una gestión de lo común tiene que reconstruir una economía para la vida y no para el aumento de la tasa de ganancia del capital, (In gold we trust).

En contraste, bajo el mecanismo de la competencia y la tecnología por "planificación estratégica de la revolución socialista" operando la ley del valor-trabajo, siendo que la competencia, ni tampoco la tecnología incorporada crea valor en el producto sino que nivela los valores creados por el trabajo humano; la competencia regula la transferencia de valor dado que "todo valor y valor de cambio tiene como fuente el trabajo humano" y todos los demás fenómenos que giran alrededor como el aumento de la productividad, la oferta y la demanda, se fundan igualmente en la ley del valor-trabajo.

En la economía socialista son las fuerzas materiales del trabajo las que rigen los procesos socio-productivos. En una economía de producción directa socialista [directa porque en tanto que la propiedad de los medios de producción es comunal, no estatal ni privada, también la producción va a satisfacer las necesidades de la comunidad y no las necesidades del capital-mercado] las relaciones de producción deben establecerse en correspondencia con las fuerzas productivas del trabajo humano, en correspondencia con el conocimiento del trabajador sobre la utilización de los recursos que nos proporciona la naturaleza. Las fuerzas sociales productivas del trabajo humano como actividad de conocimiento, única fuente creadora de valor, en el acto de la producción y haciendo uso del dinero como facilitador del intercambio e instrumento con el que se remunera el trabajo, deben estar en perfecta correspondencia con las relaciones sociales de producción, es decir, en perfecta correspondencia con el proceso de trabajo en la fábrica y en el campo; con la forma, modo y tiempo de trabajo que mide el valor de los productos/bienes y servicios obtenidos.

Referencias

(i) 16 Tesis de Economía Política, Enrique Dussel, México, Siglo XXI Editores 2014.

(ii) Vida o Muerte. La gran disyuntiva de la humanidad frente al sistema capitalista, Pablo R. Carvajal R., Obra inédita, 2010.

americalibreysocialista.blogspot.com



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Iván Carbajal


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