El pasado viernes 12 de julio en cadena nacional, Nicolás Maduro anunció la eliminación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras en bolívares.

Entre aplausos y algarabía de los asistentes, Maduro durante largo rato habló sobre las políticas económicas de su gobierno, las cuales, según dijo, han logrado una mejora en nuestro país y han dotado al Estado de recursos económicos, llegando literalmente a decir que ha logrado un "milagro económico", y afirmando además -en relación a la eliminación de este impuesto- que "ya estamos en condiciones de hacerlo".

Ante semejante afirmación hecha por Maduro, lo que el Pueblo trabajador se pregunta es: ¿si el Estado está tan bien en cuanto a recursos económicos porque no aumenta el salario miserable de 3 dólares mensuales que su gobierno impone y sostiene por la fuerza contra los trabajadores públicos, jubilados y pensionados?

¿Por qué en lugar de beneficiar a los sectores empresariales con este impuesto no se eliminó más bien otro impuesto como el IVA, lo cual si hubiese beneficiado directamente al Pueblo?

Las alocuciones de Maduro son tan alucinantes y alejadas de la realidad que padece el Pueblo en su día a día, que sin duda constituyen una falta de respeto a nuestra nación.

Quien no viva en Venezuela y observe la transmisión de Maduro se imagina dos cosas: una, que Venezuela se arregló, que aquí todo está de maravilla y que en este momento somos un país en vías de desarrollo, y dos, que Maduro es un gran estadista, que tomó un país en crisis y logró sacar a su Pueblo adelante, Maduro habla del desastre económico en Venezuela como si su gobierno no tuviese absolutamente nada que ver con eso.

La realidad es que ambas cosas son totalmente falsas. Solo para tener una idea, en el año 2012 bajo el mandato de Chávez, en Venezuela teníamos el salario más alto de América Latina, por encima de los 400 dólares mensuales, y en menos de 5 años de mandato de Maduro ya teníamos, de lejos, el salario más bajo del continente, con la economía del país destruida, y en ese momento no había sanciones.

Lo cierto es que la brutal crisis social y económica que padecemos en Venezuela tiene nombre y apellido: Nicolás Maduro. Han sido las políticas económicas de Maduro y su gobierno lo que nos trajeron a esta desgracia nacional. Si es que se puede llamar políticas económicas a que hayan manejado los recursos de la nación como si fuesen su propiedad privada, sin rendirle cuentas a nadie, y que todo se desaparezca.

La otra gran farsa que el gobierno se encarga de esparcir por el mundo, pagando campañas con nuestro dinero, es que en Venezuela hay una gran mejoría económica.

Obviamente, cuando se vive en un país que tiene hiperinflación sostenida durante varios años, llega un punto en el que se toca fondo, y cualquier cosa que ocurra parece una mejoría. Pero lo que Maduro y su gobierno llaman "recuperación económica" no es otra cosa que las lavadoras de los corruptos del alto gobierno invirtiendo el dinero que nos roban, montando negocios en todo el territorio nacional, por lo general negocios de importaciones o servicios.

Hablan de mejoría económica porque hay más abastecimiento de productos que unos años atrás, lo que no dicen es que los precios de esos productos se han vuelto impagables para buena parte de la población. Lo que Maduro ha hecho en realidad es convertir a Venezuela en uno de los países más desiguales del mundo, donde un sector de la población se beneficia del dinero que mueven los testaferros y lavadoras de los corruptos, mientras la mayoría sobrevive por su cuenta.

Todo esto en un entorno de pobreza, sostenida por los salarios miserables de 3 dólares mensuales que Maduro, en su condición de presidente de la república, impone al Pueblo trabajador. Y encima si alguien protesta puede ir preso, como los más de 150 trabajadores presos en Venezuela por el "delito" de protestar para exigir salarios dignos.

El madurismo ha logrado un milagro jamás visto, que es que la clase empresarial se vea generosa ante lo miserable que es el gobierno: los salarios de negocios y empresas privadas normalmente giran entre los 120 a 160 dólares mensuales, lo cual luce más generoso que los 3 dólares miserables que paga el gobierno. Pero la verdad es que aún los salarios privados en Venezuela siguen estando muy por debajo del promedio de la región, sin embargo se amparan en decir que pagan más que el gobierno.

Nunca hubo un gobierno tan miserable como el de Maduro, ha superado de lejos todo lo peor que se haya visto en este país. Queda claro no habrá nada peor que este gobierno.