Nicolás Maduro: la encarnación de la demagogia

A estas alturas, escribir sobre el gobierno de Maduro no tiene mucho sentido, los resultados están ahí: a todas luces el peor gobierno de nuestra historia republicana, con el peor saldo posible en todos los ámbitos. Las cifras económicas del gobierno de Maduro son tan escalofriantes que superan las de países devastados por guerras. 

Pero el pueblo venezolano además de haber tenido que padecer la crisis económica y social provocada sobre todo por la descollante corrupción de este gobierno, también ha tenido que soportar una dirigencia que demostró, por mucho, no estar a la altura del momento histórico, y sin duda, la cara más visible de esa dirigencia ha sido Nicolás Maduro, en su función de presidente. 

Y es que el rol de Maduro como conductor de un pueblo no pudo ser más desacertado. Estamos hablando de un personaje, en cuyo gobierno explotó y se desarrolló la más cruenta crisis económica y social que nuestra nación recuerde, y en medio de esa crisis Maduro se dedicó a realizar transmisiones en radio y televisión todos los días, para contar chistes y bailar con una sonrisa en la cara, mientras el Pueblo busca la manera de sobrevivir. 

Su permanente actitud festiva se convierte en una falta de respeto para un Pueblo que vio partir a más de 8 millones de connacionales, porque los salarios que decreta el presidente son los más miserables del planeta.

Maduro trató de ser una muy mala imitación de Chávez, descuidando lo más importante que era garantizar la calidad de vida al Pueblo. Chávez no fue un presidente querido en su momento simplemente por dar buenos discursos, sino también por los resultados de su gestión. En este punto es preciso recordar que Chávez llega al poder como respuesta a la crisis económica que se padeció en la cuarta república, a partir del denominado viernes negro. Chávez estabilizó la economía y desarrolló toda una serie de políticas económicas y sociales que hicieron que el Pueblo viviera mejor. Cuando se es un presidente exitoso la irreverencia luce, pero cuando se es la imagen de un gobierno que produce pobreza y miseria, la irreverencia y la comedia se convierten en una falta de respeto al Pueblo: Maduro lleva todo su mandato faltándole el respeto al Pueblo. 

Quien vivió la cuarta república difícilmente pensaría que alguien podría superar la demagogia de los adecos y copeyanos, pero la realidad es que esa gente quedaron como niños de pecho ante la demagogia sin fin de Maduro, y también hay que ser honesto en decirlo: el Paquetazo Neo-Liberal de Maduro y la crisis económica de su gobierno superaron por mucho todo lo visto en la cuarta. 

Este señor de manera casi enfermiza, se dedica a salir todos los días en televisión, hablando durante horas y horas alucinantes discursos completamente fuera de la realidad que vive el Pueblo. Todos los días habla sobre cosas que no existen, todos los días habla a futuro, como si no tuviera ya 11 años gobernando. Maduro cree que gobernar es hablar pistoladas todos los días por televisión. 

Todos los días otra transmisión, en la que están todos los ministros, viceministros, secretarias, asistentes y personal de confianza, uno se pregunta ¿en qué momento alguien ejecuta todo lo que hablan ahí si salen tarde y al otro día ya están todos otra vez en otra transmisión?   

A lo largo de su mandato Maduro tomó el Plan de la Patria de Chávez, lo cambió, creó los yo no sé cuántos “motores”, convocó sopotocientos gabinetes de esto y aquello, convocó un denominado “Congreso de La Patria” donde tuvo a la gente hablando durante semanas para nada, convocó al “Congreso Bicentenario de los Pueblos” para lo mismo, llegó a convocar hasta un “encuentro nacional de cajas de ahorro” siempre utilizando títulos rimbombantes que desgastan su verdadero significado, siempre haciendo perder el tiempo a la gente para nada. 

De manera permanente Maduro habla de “victorias”, pero en lo único que el gobierno de Maduro ha sido victorioso es en haberse mantenido como gobierno, pese a tener resultados tan malos y pese tener un altísimo rechazo. El Pueblo no se siente identificado con las “victorias” de Maduro porque solo Maduro y su entorno se benefician de lo que dice. 

Cuando Chávez era el presidente, el Pueblo se sentía representado en lo que decía, porque sus políticas beneficiaban a la gente de manera real. Chávez llegaba de una gira por cualquier país anunciando que se iban a traer carros, motos o lo que fuera, y al mes ya estaban disponibles, a precios accesibles para todos sin ninguna clase de discriminación. Chávez hacia un anuncio y ese anuncio tenia impacto positivo directo en la vida del Pueblo, Maduro en cambio vive hablando de cosas que no existen, ofrece que cosas que sabe que no se van a cumplir, promete que se entregará cualquier cosa, y nada de eso le llega nunca a nadie, los únicos que tienen acceso son los militares de cierto rango y los enchufados del alto gobierno. 

Yo reto a quien desee a que trate de buscar 3 promesas cumplidas de Maduro, tan solo 3 que se hayan cumplido de manera literal tal cual lo ofreció. Le deseo buena suerte a quien intente realizar semejante proeza.

Y como recordar es vivir, en tiempos de campaña, vale la pena recordar algunas de las más emblemáticas promesas que Maduro hizo y nunca se cumplieron o se cumplieron pero solo de manera parcial y no como se ofreció: 

- Que iba a “derrotar la guerra económica”, esto lo dijo el 13 de noviembre de 2014, no solo no derrotó nada sino que su gestión en materia económica terminó siendo una verdadera desgracia para el Pueblo de Venezuela. 

- “Este será el año del despegue económico”. Hizo esta promesa en todos los años de su gobierno, de hecho en este momento la está volviendo a hacer, los resultados están a la vista. 

- “Si me dan la Constituyente voy a ganar la guerra económica”. Una vez más: Maduro hizo su fraudiluyente, pero su victoria sobre la guerra económica todavía brilla por su ausencia. 

- El Salario mínimo “anclado al Petro”. Otra mentira descarada que luego manejaron creando una doble cotización del Petro para fregar a la gente. Hoy en día el petro ni siquiera existe, como todo lo que habla nuestro presidente.  

- Los “Lingoticos”. El 4 de septiembre del 2018 Maduro aseguró haberse comprado un “lingotico” de oro, supuestamente con las utilidades de su humilde salario como presidente de la república. Y llamó a la población a que “invirtiera” sus utilidades comprando “lingoticos” que según dijo, serían una gran inversión a futuro. Todo esto no fue más que una estrategia del gobierno para sacarle dinero a la gente. Pobres de los ingenuos que metieron su plata ahí. 

- “El Petro es una inversión a futuro”. Esto lo dijo el 6 de noviembre del 2018, llamando a la gente que metiera su dinero para comprar Petros. 

- Los “perniles” en diciembre. Esta promesa la hizo tantas veces que es difícil recordar cual fue el primer año, pero lo cierto es que ni una sola vez el pernil llegó a todo el país de manera satisfactoria, siempre alguna comunidad se quedó por fuera.

- El “Bono Único” de 10.000 bolívares para los jubilados, que en ese momento equivalía a 2227 dólares. Esto lo ofreció el 1 de mayo del 2022, demás está decir que todavía están esperando el supuesto bono. 

- Granjas de minería para el Pueblo. El 24 de enero de 2018 Maduro anunció la instalación de Granjas de Minería de criptomonedas en todo el territorio nacional, en las que el Pueblo podría invertir para ganar dinero. Invitó a las cajas de ahorro que invirtieran su dinero es estas granjas. Otra promesa más al vacío. 

- Fabrica equipos Samsung. El 21 de febrero del 2014 Maduro anunció la firma de un convenio con la Samguns Electronics, para la instalación de una fábrica en Venezuela, la cual produciría “miles” de productos de dicha marca en nuestro país. Se desconoce el monto pagado en el convenio.

- Fabrica Peugeot. En diciembre del 2013 Maduro anunció un convenio con la marca francesa para instalar una fábrica de automóviles en nuestro país. Se desconoce el monto del convenio, al igual que la anterior esta fábrica nadie la vio jamás.

Las mentiras de Maduro no se circunscriben solamente a la hora de hacer promesas, sino también cuando se trata de hablar de supuestos logros. En un acto realizado el 6 de junio de este año, anunció haber entregado 5 millones de viviendas. Ante este rimbombante anuncio conviene sacar una pequeña cuenta: Venezuela tiene 28.000. 000 de habitantes, pero certificado por la ACNUR casi 8 millones se fueron del país. Esto quiere decir que en Venezuela solo quedan 20 millones de personas. Si Maduro entregó realmente como dice, 5 millones de viviendas, eso querría decir que 1 de 4 venezolanos tiene una vivienda entregada por el gobierno. Pero aún más: si tomamos en cuenta que, de los 20 millones de venezolanos un porcentaje considerable son niños eso nos baja la cuenta, y si establecemos que cada núcleo familiar en promedio tiene unas 3 o 4 personas, eso quiere decir que todas las familias de Venezuela ya tienen vivienda entregada por Maduro ¿realmente se puede hacer semejante afirmación? ¿Maduro no sabe sumar y restar como para sacar esta cuenta? ¿O está mintiendo de manera premeditada? A todo lo anterior súmele el hecho de que, de los millones de viviendas de las que Maduro habla, en realidad la gran mayoría de esas viviendas fueron entregadas por Chávez o se comenzaron a construir en el mandato de Chávez.   

La mentira, el engaño, la politiquería y la demagogia, son contrarios a la práctica revolucionaria, y lamentablemente han sido características recurrentes de Maduro a lo largo de su mandato. Nadie que se comporte de esa manera merece ser presidente de ningún país, es claro que a Maduro le quedó demasiado grande la presidencia de Venezuela.  

 


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Ronald Muñoz

Comunicador y escritor.

 el_iniciado@yahoo.com      @ronaldmcaracas

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