Si Maduro se juramenta el 10 de enero se convertirá formalmente en dictador

Nunca publicaron los votos centro por centro y mesa por mesa, tampoco las actas que comprueben los resultados, tal como siempre se ha hecho en los procesos electorales de Venezuela desde que tenemos un sistema automatizado. 

No permitieron realizar ninguna de las auditorias posteriores al proceso electoral con presencia de los testigos de las fuerzas participantes -auditorias que por ley se debieron haber realizado- en cambio sacaron a todos los testigos de la sede del CNE, y ni siquiera permitieron hacer la auditoría técnica, que hubiese sido de especial importancia toda vez que hablaron de un supuesto sabotaje, sabotaje que tampoco nadie pudo comprobar. 

Supuestamente contaron los votos, ellos solos, encerrados en una habitación, y de manera alucinantemente insólita le exigen al Pueblo y al mundo entero, que crea lo que ellos dicen. Incluso anuncian leyes para penalizar a quien no diga que ellos ganaron. 

Chávez siempre ganó las elecciones nacionales y regionales, realizando todas las auditorias establecidas en la ley, con participación de todas las fuerzas participantes ¿a qué le teme Maduro? 

Y no se trata de quien ganó, de que si es esto o aquello, porque el otro candidato, Edmundo González, no era el candidato elegido por la oposición, sino el nombre de la persona que pusieron para apartar la tarjeta, y que luego tuvo que asumir la candidatura porque el gobierno nunca permitió que inscribieran un candidato elegido por ellos, como tampoco permitió que ningún candidato de izquierda se inscribiera. De manera ilegal y arbitraria, violentando el Estado de Derecho, el CNE rechazó todas las candidaturas realmente opositoras a Maduro, fuesen de izquierda o de derecha, en un escenario nacional en el que, previamente el gobierno intervino a través del TSJ todos los partidos políticos del país, de izquierda y de derecha y les nombró directivas títeres serviles al gobierno. 

No conformes con eso, ilegalmente le quitaron el derecho a votar a millones de compatriotas que viven fuera de Venezuela, lo cual repito es ilegal. El derecho a votar en elecciones presidenciales es un derecho inalienable que tiene todo venezolano o venezolana se encuentre en el lugar que se encuentre. Según la ACNUR en este momento hay más de 7.700.000 millones de venezolanos en el extranjero, pero por prohibiciones ilegales del gobierno, solo 69.000 estuvieron autorizados para votar. 

Todo en el marco de una campaña abismalmente desigual, en la que Maduro contó con cobertura permanente de todos los medios públicos y privados, además de millones gastados en publicidad de todo tipo, desde forrar toda Venezuela con vallas y pendones con la cara de Maduro, pasando por propaganda en todos los medios de comunicación e incluso en todas las redes sociales, todo por supuesto sin rendirle cuentas al país sobre el origen del dinero para semejante campaña multimillonaria, frente a otra candidatura permanentemente censurada y descaradamente criminalizada con prácticas de terrorismo de estado. 

Una campaña que contrastó a nivel discursivo, con el candidato de la derecha opositora siempre llamando a la unidad nacional, distinto al candidato de la ultra-derecha gubernamental, Nicolás Maduro, insultando a los demás, amenazando con guerras civiles e incluso anunciando públicamente que iba a ganar por la buenas o por las “malas”. Si el candidato de la derecha opositora hubiese llegado a decir el 1% de lo que dijo Maduro durante la campaña, se lo hubiesen llevado preso por incitación al “terrorismo”.  

Aun así, el día de la elección, miles de testigos transmitieron fotos y videos de los conteos de los votos en vivo, en los centros electorales, y la totalidad de esas fotos y videos publicados en vivo por miles de personas que estaban ahí, coinciden con los resultados publicados por la posición: claramente desmontan por completo los resultados presentados como oficiales por el gobierno.  

No conformes con eso -criminalizando al Pueblo- se llevaron presos a miles de personas por tratar de hacer valer su derecho, de pedir lo que se pide en toda democracia: que se muestren los resultados de manera trasparente. Y para rematar, a todo aquel que pida que se verifiquen los resultados se lo llevan preso también: en las últimas horas se han estado realizando detenciones a activistas, dirigentes y hasta familiares de estos, actuando con procedimientos fuera de toda legalidad. 

Presidente sin votos no es más que un Dictador. Estamos en presencia de la fase final de la instauración de una Dictadura, un proceso que comenzó en el año 2017 con la disque “Constituyente” de Maduro  - la cual se eligió en un proceso fraudulento violentando nuestras leyes electorales-, dicha Constituyente se utilizó para aplastar todos los poderes públicos, nacionales y regionales, luego se continuó con la judicialización progresiva de todos los partidos políticos en Venezuela, a los cuales se les intervino a través del Tribunal Supremo de Justicia y se les nombró directivas títeres serviles al gobierno, se siguió con inhabilitación ilegal de cualquier candidato ya sea de izquierda o de derecha que realmente fuese opositor al gobierno, la creación de una “oposición” servil, la prohibición de registro de nuevos partidos políticos e ilegalización de partidos que ya estaban, al tiempo que se crearon partidos políticos supuestamente opositores que en realidad tributan al gobierno y que son los únicos autorizados a participar en procesos electorales, a esto se le suma la censura total en todos los medios de comunicación del país, los cuales o son del Estado o son propiedad de la burguesía madurista o afines.

Permanecer en silencio ante la gravedad de los crímenes que el gobierno madurista viene cometiendo contra el Pueblo de Venezuela no es una opción. 

Desde aquí expreso mi solidaridad a todos los presos políticos, a quienes han sido apresados injustamente por exigir transparencia en el proceso electoral, a quienes han sido apresados por su activismo, por la defensa de los derechos humanos o por realizar publicaciones en redes sociales, a quienes están presos por ejercer el periodismo en Venezuela, a quienes están siendo perseguidos, y a sus familiares y seres cercanos, a quienes fueron asesinados en protestas por los escuadrones de la muerte de la dictadura, para todos ellos vaya mi respeto, mi reconocimiento y mi solidaridad. 

 


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Ronald Muñoz

Comunicador y escritor.

 el_iniciado@yahoo.com      @ronaldmcaracas

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