El 6 de agosto, en el marco del debate sobre Cooperación entre las Naciones Unidas y las organizaciones regionales y subregionales en el mantenimiento de la paz y la seguridad, se dio un debate en el Consejo de Seguridad que será registrado para la historia. Podría decirse que ese día el Sur tomó dicho consejo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner presidió el Consejo de Seguridad en nombre de Argentina. Tuvieron derecho de palabra la Celac, representada por el canciller de Cuba; la Unasur, representada por la canciller del Perú; y el Mercosur, representado por nuestro canciller, Elías Jaua. Entre los cancilleres que intervinieron en representación nacional, estuvieron los de Brasil, Bolivia y Ecuador.
Esa convergencia forma parte del legado del presidente Chávez, pues su geopolítica, muy relevante para el siglo XXI, fundada en el respeto a la soberanía nacional de carácter solidario, el comercio justo, la integración de las naciones y los pueblos, la unidad de la diversidad, el multicentrismo y la pluripolaridad, la constitución del Sur como una entidad con peso geopolítico mundial, la derrota del neoliberalismo y la protección de la vida, la humana y la natural, está siendo cosechada hoy por pueblos y gobiernos amantes de la justicia, la paz y la libertad.
Argentina abrió el debate. Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela denunciaron la guerra cibernética y el espionaje que desarrolla EEUU, develado por Edward Snowden. Esta guerra es hoy, creo, la principal amenaza a la soberanía nacional, la paz y la seguridad internacionales. Es un aspecto central de la estrategia imperial de guerra permanente, que ha modificado la visión actual sobre la guerra, el campo de batalla y las relaciones entre la política y la guerra. El enfrentamiento entre fuerzas militares no es el aspecto más importante del campo de batalla global y la política imperial es la continuación de la guerra por otros medios. El núcleo neofascista que gobierna el mundo, parece haber tomado la decisión de ir a la guerra nuclear (asociada a la guerra cibernética) usando armas de nueva generación.
El canciller Elías Jaua, cara a cara con los representantes imperiales, hizo honor a la defensa de la geopolítica del presidente Chávez honrando las banderas de la revolución bolivariana continental.