Estamos en el Consejo de seguridad... ¿y ahora?

Nuestra República Bolivariana acaba de alcanzar una representación en el Consejo de Seguridad de la ONU, el haber obtenido una votación de 181 votos de los 182 votos efectivos, puesto que hubo 10 abstenciones y un voto nulo, del gran total de 193 países que forman el organismo, y el haber obtenido el apoyo total de los países del GULAC, (Grupo de América Latina y el Caribe) no fue fortuito, ese resultado es parte de la cosecha que nos dejo nuestro comandante eterno Hugo Chávez, así como nos dejo el legado del Plan de la Patria y de todo su pensamiento político y filosófico, transversalizado por Principios de la ética revolucionaria.
Es de hacer notar que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas lo integran 15 miembros, 5 permanentes (EEUU, Reino Unido de la Gran Bretaña, República Francesa, Federación Rusa y República Popular China), y por 10 no permanentes, o Temporales, que sus decisiones son de obligatorio cumplimiento para todos los países miembros, en lo que tiene que ver con La Paz y la seguridad, y que dichas decisiones deben ser votadas favorablemente por lo menos por 9 votos, los 5 miembros permanentes tienen el nefasto privilegio del veto.

Ahora bien el hecho de que nuestro País forme parte de dicho organismo le confiere una alta responsabilidad al gobierno bolivariano, sobre todo ante una coyuntura caracterizada por severas tensiones en el Oriente Medio, por la efervescencia del Terrorismo, por la actuación guerrista de los EEUU en ese espacio geográfico y por epidemias como el ebola, y donde una nueva conflagracion mundial no parece una utopía.

La diplomacia venezolana en los tiempos del Presidente Chávez fue exitosa, la integración y la solidaridad marcó un rumbo de carácter irreversible, la CELAC, el ALBA y MERCOSUR son una realidad, las recíprocas y provechosas relaciones con Rusia, China, Bielorusia, y decenas de diversos países nos dicen mucho de esa voluntad integradora de nuestro líder fundamental, y hoy nuestra república requiere y exige una actuación diplomática exclusiva, de un funcionariato que no distraiga su actuación, alternandolas con otras tareas de naturaleza interna, y que no favorezca el exilio dorado de políticos fracasados, en fin de una actividad exterior de relevancia y trascendencia, que se corresponda con el legado de nuestro forjador de nuestra V República, Hugo Chávez



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Mariano Crespo Colina

Universitario, socialista, bolivariano y humanista, partidario de la no concesión a la derecha golpista.

 mcrespo48@yahoo.es      @dialogoambiente

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