Siguiendo al pie de la letra el viejo refrán que dice, vale más precaver que tener que lamentar, la República Bolivariana alista a sus fuerzas armadas y a su pueblo en general para enfrentar cualquier acción procedente de Estados Unidos.
Washington, a lo largo de su hegemónica historia de agresiones e invasiones que alcanzan las más diversas zonas del mundo, ha utilizado tácticas de bloqueos económicos, políticos y militares para debilitar a sus adversarios y después lanzar sus ataques.
Esta ha sido una constante en las innumerables guerras en que se ha visto involucrado desde su fundación el gigante del Norte y ejemplos claros han sido Nicaragua, Vietnam, Afganistán, Iraq y Cuba, entre otros.
Constantes han sido las amenazas contra Venezuela procedentes de funcionarios y personeros del gobierno republicano de George W. Bush, las que ahora se refuerzan con las realizadas por el líder demócrata del Senado estadounidense, Harry Reid.
Este político después de realizar una gira que lo llevó a Ecuador, Bolivia y Perú, afirmó que los mayores desafíos que debía enfrentar Washington son Iraq, Irán, y en América, Hugo Chávez y Fidel Castro.
Con semejantes amenazas, como es lógico, cualquier gobierno que conozca la historia de agresiones norteamericanas debe tomar sus medidas.
El pasado año, luego que Estados Unidos prohibió que a Caracas se le vendieran piezas de repuestos para las dotaciones de aviones de transporte militar y de cazas de producción estadounidense, el gobierno bolivariano tocó a las puertas de España y Brasil pero las transacciones para adquirir naves militares también les fueron cerradas al argumentar Washington que esos equipos eran construidos con algunas piezas y aditamentos “made in USA”.
El gobierno bolivariano estableció contactos con Rusia y firmó varios contratos para comprar armamentos necesarios para repeler cualquier agresión e inmediatamente le fueron suministrados miles de fusiles ligeros AK y se prevé la instalación de una fábrica en esa nación sudamericana para producir esa y otras armas. En el país se han estado formando batallones integrados por civiles bajo la concepción de la defensa popular en los barios, en caso de una agresión extranjera.
Sergei Ladiguin, jefe del Departamento Regional de Rosoboronexport señaló en una entrevista de prensa que Rusia va a tomar parte activa en la modernización de las Fuerzas Armadas de Venezuela. “Lo que estamos haciendo para el Ejército de Tierra y la Fuerza Aérea de Venezuela es solo el comienzo, pues tenemos planes de participar en la modernización de su aviación de transporte, los sistemas de defensa antiaérea y de la lucha radioelectrónica y la marina de guerra, incluidos submarinos”, añadió.
En julio de 2006 llegaron a Venezuela procedentes de la empresa Rosvertol ubicada en Rostov del Don, los primeros cuatro helicópteros Mi-35M, resultado de una profunda modernización de la familia de los Mi 24(35). Rosvertol fabrica en serie la modificación del helicóptero Mi-26T, el de mayor capacidad de carga en el mundo.
En enero de este año, la patria de Bolívar recibió otros cuatro helicópteros de combate Mi-35M y un helicóptero multifuncional de transporte Mi-26t. También ya posee varios Mi-17B5.
Según los fabricantes, los aparatos rusos, adaptados para el clima tropical, se caracterizan por su alta fiabilidad, sencillez en mantenimiento y potente armamento. Pueden también utilizarse en misiones de transporte de carga y de salvamento en condiciones de emergencia.
En total Venezuela ha contratado 53 helicópteros y está previsto organizar en Venezuela un centro de formación de pilotos y técnicos de la Fuerza Aérea nacional., así como la construcción de una planta productora de esos equipos.
Por los cielos venezolanos también vuelan los supersónicos Su-30MK2 que se producen en Komsomolsk del Amur y tienen características excepcionales para el combate y la intersección del enemigo.
Varios pilotos venezolanos concluyeron estudios en Rusia y actualmente otros 196 se preparan en el conocimiento de las técnicas de cazas y helicópteros.
La concepción que prima en Caracas es que en estos tiempos nebulosos vale más estar alerta.
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