En Lima, con el respaldo del presidente Alan García y con escoria venezolana, se viene conformado una peligrosa banda de delincuentes, que ya comienza a preocupar a algunos sectores de la sociedad peruana. .
Es muy difícil que en ese país hayan conocido a un violador (acusado además de intento de asesinato) con la habilidad de Nixon Moreno para conseguir respaldo a sus fechorías de instituciones como la Iglesia, universidades, partidos políticos, colegios de profesionales y medios de comunicación. Un delincuente con esas características es sumamente peligroso para cualquier sociedad, sobre todo cuando por no poder ejercer con el título que le regalaron en la ULA, tiene que dedicar la mayor parte de su tiempo al ocio.
Ahora, si ese violador se “encompincha” con un experto ladrón de carros como cabeza de motor (alias Oscar Pérez) la banda comienza a tomar cuerpo y los ciudadanos y ciudadanas de Lima a correr peligro. Este último sujeto podría sobrevivir un tiempo con el dinero que le hacen llegar quienes por mucho tiempo lo utilizaron en la dirección de los grupos de choques de la derecha fascista venezolana; pero más temprano que tarde apelara a lo que mejor sabe hacer… robar vehículos.
Nadie en su sano juicio puede poner en duda el peligro que representan un violador asesino, amorochado con un hombre experto en el robo de vehículos, de escasa inteligencia y violento como pocos. Pero si al dúo se le adiciona un ladrón consumado, experto en fugas y en sobornos como Eduardo Lapi, el asunto se pone como para coger palco.
Tres pájaros de cuenta, como estos, en una misma ciudad y protegidos por el gobierno, es algo como para alarmar al más sereno, pero si al grupo se adiciona un maestrito de escuela con la “habilidad” suficiente para convertirse en dueño de mansiones, haciendas, empresas, centros comerciales y como si fuera poco conseguir respaldo para ser candidato presidencial, la situación ya deja de ser preocupante para pasar a ser alarmante.
Ya deberían los limeños estar tomando acciones para protegerse de la referida banda, sobre todo si toman en cuenta que otro miembro de la misma es un hombre que nunca ha trabajado, pero que siempre se las arregló para satisfacer su pasión por los casinos y su vicio por el juego, especialmente por el bingo.
Septiembre 2009
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