Con las luces del alba comenzaron a aparecer los primeros manifestantes de rojo en la avenida Bolívar, llegados desde los Valles del Tuy para asegurarse un puesto frente a las vallas que contienen a la marea roja junto al escenario. A las 10 a.m. la Av. Bolívar ya era un enjambre de puntos rojos con unos pocos claros. Y a las 11.30 ya no cabía un alfiler. Pero la diferencia con el acto de la oposición fue abrumadora. Mientras la gente que fue a ver a Capriles llenó incompleta la Avenida Bolívar –desde el Museo de los Niños hasta la Hoyada-, el acto chavista llenó completas las avenidas Bolívar, Fuerzas Armadas, Urdaneta, México, Universidad, Lecuna y Baral.
En total la marea roja se derramó por siete avenidas de Caracas y sus adyacentes, manteniéndose incólume ante un palo de agua impresionante que se desató por más de una hora. Lejos de retroceder, saludaron las refrescantes aguas como un don del cielo y siguieron con la fiesta de música y baile que se encendió desde tempranito y continuó por varias horas durante la caravana final del Presidente hasta Miraflores.
La marea roja estalló en un grito masivo cuando el Candidato de la Patria abrió su discurso y lo dio completo bajo la lluvia. La compacta marea se agitó como un torbellino que brotaba del asfalto y comenzó a corear: “uh, ah, Chávez no se va”. El trance colectivo alcanzó el éxtasis y Caracas vibró desde sus cimientos en el contexto de la que quizás sea la movilización política más grande de la historia de Venezuela, con alrededor de un millón de personas en la calle.
En su discurso Hugo Chávez citó los avances sociales de su gobierno –como las misiones Barrio Adentro y Mercal-, preguntando si un gobierno "del majunche y de los ricachones" continuaría con esos beneficios.
Luego agregó que "hemos creado 22 universidades en los últimos diez años en Venezuela. ¿Ustedes creen que un Gobierno de la burguesía apoyaría esto? (...) Cuando terminemos nuestro gobierno en el 2019 no debe haber ni un desempleado en el país. Con el favor de Dios y la ayuda de ustedes, Chávez no le fallará a la Juventud ni al Pueblo venezolano".
Invitando a “votar por la vida", dijo que “no permitiremos que aniquilen a nuestro país. Y eso es lo que está en juego este 7 de octubre. Nos estamos jugando la vida de Venezuela y nuestra propuesta es la única que la garantiza".
Agregó que, aunque su gobierno ha tenido fallas, "es fiel" al pueblo. "¿Acaso Chávez les falló el 4 de febrero? Aquí seguiremos. ¡Llegó la avalancha y el próximo domingo vamos en avalancha a las mesas de votación!".
Como cierre, el Presidente Chávez instó a que “esta avalancha bolivariana que viene recorriendo el país los últimos días, tenemos que convertirla en una avalancha de votos este domingo (…) que no se nos quede ni un solo voto patriota por fuera, todos a levantarse temprano para que al mediodía la victoria a sea incuestionable. Vamos a darle una paliza a la burguesía. ¡Hasta victoria siempre!”