Verdaderamente que a veces percibimos que el Comandante Hugo Chávez, como si quisiera explotar, porque las cosas no salen como el desea y que sus seguidores tampoco le imprimen al trabajo por el proceso la misma dinámica que él le imprime desde su puesto de Comandante de la Revolución.
Por eso le oímos recientemente afirmar de manera sarcástica, en un programa especial, que iba a crear el premio “Morrocoy” en sus clases de bronce, plata y oro, para premiar a los organismos o funcionarios que mayor desánimo pongan en las ejecutorias y que en consecuencia, las obras tarden más de los previsto o convenido.
Lo hizo en términos humorísticos, pero también en serio. No sabemos si los responsables de los proyectos que inspeccionaba estén dentro de los merecedores del quelonio, pero lo que si advertimos es que es cierto que falta mucho por hacer y mucha voluntad, para hacerlo con la celeridad que el momento histórico que vivimos lo requiere.
Por ejemplo en el campo legislativo la Asamblea Nacional, está mas endeudada, con el proceso que borracho quincenero. Allí es donde más acelerador se requiere, porque ciertamente no podemos aspirar a construir la patria nueva, el hombre nuevo, el alba de la esperanza, sobre los cimientos de la Cuarta República.
Es urgente reformar todo, para sobre las cenizas de ese oscuro pasado hacer que emerja la Nueva República, con leyes nuevas, con estructuras sociales, morales y económicas nuevas.
No podemos aspirar a construir una nueva patria con justicia y equidad, si no renovamos todas las normativas que rigen a nuestra sociedad.
Por ejemplo recientemente leíamos en la prensa nacional unas declaraciones del Presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde daba las instrucciones a quienes ya cumplieron la edad reglamentaria para que vayan a gestionar su seguridad social, es decir su jubilación por el IVSS. Que vergüenza, que decepción, cuando encontramos que entre otras cosas, tenemos que ir a un peregrinaje en las oficinas de esa institución con la Copia de la Partida de Nacimiento, o datos filiatorios, las constancias de las cotizaciones a través de las planillas que debemos buscar en las empresas donde prestamos servicios, hace 40 o más años, que a lo mejor hasta han desaparecido y paremos de contar.
Es una vergüenza, para los legisladores que no hayan sido capaces ni siquiera de modificar ese dinosaurio, que tiene más de medio siglo.
Además a esta alturas del partido, en los inicios del nuevo milenio, con diez años de parlamentarismo revolucionario. Pero es que además, desde la segunda mitad del siglo pasado a los compatriotas que venidos desde la vieja Europa a compartir con nosotros esta tierra de gracia, les llega su jubilación sin tantos rollos. ¿Entonces como es que aquí que cuando nos incluyeron en el IVSS no nos preguntaron si estábamos de acuerdo, nos impusieron una cotización, no nos pidieron nada, simplemente la ficha que llenó la empresa y punto, nos cobraron religiosamente todos los meses y ahora que?. Ah ahora, hay que demostrarle al Estado, que esos ahorros son nuestros y para eso es necesario un interminable peregrinar. ¿Porque la jubilación no es automática, como fue el descuento por nómina? Porque cuando solicitamos una explicación, no falta el funcionario Pavo Real, que esponjando el plumaje te suelte esta: “Lo que pasa es que el derecho no se discute se demuestra”
Mencionamos
esta ley, por esgrimir uno de los tantos ejemplos. Porque ciertamente
si algo está retrasando el proceso revolucionario a parte de las desviaciones
y dificultades para la organización y educación revolucionaria, es
la ausencia de legislaciones acordes con el momento que
vivimos.
Es hora que en el parlamento se aparte la retórica y se vaya más a lo puntual. Se trabaje más por modernizar el marco jurídico de nuestro país y sobre todo en lo atinente al aspecto laboral y seguridad social, donde parece que pueden más los intereses de la burguesía, que los de los trabajadores y ciudadanos de a píe. A este segmento de la revolución si creemos honestamente que le sale Morrocoy de oro.
La revolución no puede tener una rueda que avance más que la otra, tiene que estar sincronizada, como los vehículos automotor, porque de lo contrario seguiremos a paso de morrocoy.
El camino al socialismo nos obliga, a desmontar todo el andamiaje de la Cuarta República, para poder avanzar y lo principal es el marco legal, para que pueda haber justicia de verdad y cese la impunidad. La revolución es un edificio nuevo, que no admite reingeniería, hay que abrir fundaciones y desarrollar el nuevo proyecto arquitectónico. Para eso se requiere acabar con la mora legislativa en revolución.
Periodista
CNP 2414