Al anunciarse oficialmente la intervención del Banco Federal, inmediatamente se puso en práctica el dispositivo de manipulación para presentar la intervención del banco como producto de una medida política, que busca golpear el “patrimonio” de Mezerhane. El dispositivo manipulador no agregaba ningún elemento creativo adicional. Simplemente se requería ponerle “play” al caso de Zuloaga y la operación entro en circulación.
Percibo que el proceso de manipulación se enfrío por varias razones conocidas, pero es evidente, que muchos sabios venezolanos que pasaron por una universidad y lograron ahí, perfeccionar sus habilidades para leer y analizar, continúan colocando sus intereses bajo resguardo de estos grupos y se creen las mentiras que preparan. Muchos de estos venezolanos lamenta la intervención, calificándola de arbitraria, pero no les interesa para nada el dinero de los ahorritas que los dueños del banco utilizaron para malos propósitos y alimentar oscuros negocios. En verdad, aún quedan personas muy sabías con muchos títulos pero con una cabeza full de pelos tontos.
El intento a manipulación se redujo porque la asociación bancaria ayudó mucho para que esa manipulación se detuviera e impidiera, que un estado de “coma mental” afectara el entendimiento de esa clase media que siendo tan ilustrada, culta y electrónica, se mueve increíble y estúpidamente entre los tiempos de la informática y un remoto estadio cavernícola. Si se observa con cuidado el pensar y procesar de esta gente, sobradamente culta, se entenderá con perfecta claridad que estos sabios vienen desde hace algún tiempo, utilizando sus rabos para pensar y sus ideas no dejan de tener olores feos.
Según los entendidos en asuntos financieros, menos un montón de economistas y doctores de la oposición, que dicen ser entendidos en estos asuntos, el Banco Federal era una malla de pelo y desde hace aproximadamente 10 años, venia palo abajo. El gobierno tiene un “flaicito” que no debe por ninguna razón dejarlo caer o darse el lujo de verlo como una intervención más, porque a partir de la intervención, el asunto se hace político o debe llevarse a ese campo. No debe sorprendernos que en las cuentas del banco con sus respectivos pelos, esté presente lo político. Es evidente que los dueños están metidos de lleno a las actividades políticas y esa participación haya ocupado parte de los fondos del banco.
El grupo económico muestra una debilidad y en política eso no se perdona. Se trata ahora de esperar que el grupo con el banco llegue completamente a la bajadita para darle lo suyo con fuerza y sin manipular nada. No aplicando por supuesto, el procedimiento que Globovisión desarrolló en estos días con unos productos en mal estado que se lo cargaron a Pedeval y Mercal. En esto, vale la pena una cadena muy corta pero contundente. Una vez que la comisión interventora tenga los detalles financieros del Banco y los negocios que realizaban con el dinero de los ahorristas, conviene informarle a los venezolanos cada uno de los detalles que faciliten poner al descubierto la condición de mafiosos de unos seres que son las referencias para ese mundo ilustrado y sabio de la clase media, que actúan con muchos pelos tontos en sus neuronas. Debería ser una cadena muy corta y reproducida varias veces para que nadie se quede sin conocer los jueguitos que estos líderes de la oposición fueron capaces de planificar con el dinero de los ahorristas. Si algo tiene plena justificación una vez conocido los detalles de la intervención, es una cadena para poner en claros los negocios en los cuales andaba el banco.
Debe ser una cadena cuidadosamente diseñada y preparada para que las cuentas del federal sean conocidas por sus ahorristas y por todos los venezolanos. La cadena para conocer las cuentas del Federal debe incluir hasta los pelos.
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