Peinillazo parejo


La Policía Metropolitana. Nuestros recuerdos de ella son muy poco agradables. Hablar con un director de la PM con más de dos dedos de frente, resultaba casi una hazaña digna de Ripley. Les explico: desde la Federación de Centros Universitarios de la UCV, en los años 80, teníamos que comunicarnos con sus autoridades con “cierta” frecuencia. De allí nuestro conocimiento del tamaño de su frente.

En aquella época y en otras más próximas, los funcionarios de la PM agredían (agreden) con distintos adminículos represivos a los estudiantes: desde los supuestamente inofensivos perdigones de goma hasta las mortíferas balas. Hasta el año 2000, es decir de Bratton para acá, estos gendarmes del orden mantuvieron la misma línea de acción, el mismo desprecio por derechos humanos, la misma brutalidad para reprimir. Y, por supuesto, los mismos problemas, muchos de ellos causas directas de su ineficiencia: falta de dotación, bajos sueldos, mala preparación, bajo nivel educativo. Un mal difícil de resolver.

Sin embargo, por obra y gracia del discurso mediático, y de Bratton no faltaba más, estos mismos policías se convirtieron en un cuerpo de seguridad modelo. En tiempo récord. Ya no son la “policía que sube los cerros” (la mayoría de las veces a dormir) sino los “hombres de azul”. Al más puro estilo de las series gringas Hill Street Blue y NYPD. Sólo les falta el detective Carusso dirigiendo las investigaciones y que Amnistía Internacional les haga un reconocimiento.

Y no es que todo esto no justifique su intervención. Digamos que si esa hubiese sido la razón, este Gobierno ha debido intervenirla desde hace tiempo. Tal es el grado de descomposición de este cuerpo policial. ¿O es que nadie se acuerda del Distinguido Ledezma? Digo, por poner sólo un ejemplo y que me perdone el Distinguido que creo que hasta cumplió su condena.

El problema es que además el Alcalde Mayor le enrostró a la PM otra función: convertirse en el brazo armado de la oposición. Esta es la primera “oposición democrática” de la que tenga conocimiento, que nace con su grupo paramilitar bajo el brazo. Sin ningún esfuerzo. Pagado por el Estado. Los números no mienten. Del 11 de abril para acá todos los muertos, esos que Antonio Ledezma utiliza para llamar a un paro general indefinido, son de la PM. Venezolanos todos. Tres muertos y una veintena de heridos, fue el “saldo” del último “performance” de la PM.

Esa fauna política que ahora se rasga las vestiduras por defender a los “hombres de azul”, recibió el peinillazo parejo de estos nuevos héroes de la república. ¿Que hay que defender la descentralización y la autonomía municipal? Sí. Como oponerse a eso. Pero no crean que sufrimos de Alzheimer, ni me digan que es un golpe. Porque ¿de cuando acá los golpes se dan con las policías municipales? ¿O sí se dan y es por eso que están tan molestos?

*Periodista


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Mercedes Chacín, periodista


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