Silvino, puede que sea el candidato ideal que tanto ha buscado la oposición.
Silvino hace patalequeras contra Chávez en los centros de votación (siempre y cuando haya alguna cámara de televisión cerca), con lo cual enaltece el ideal de la clase media venezolana.
Silvino no se deja joder por los militares del Plan República que lo conminan a dejar de soliviantar a la gente en un centro electoral.
Silvino acepta que se lo lleven preso, siempre y cuando esté persuadido de que lo conducen a una “policía amiga de la clase media”, como la de Baruta, por ejemplo.
Cuando sus amigos le dan la libertad, apenas a dos horas de recluido, Silvino decide intentar una treta de mayor impacto noticioso, como la de darse por desaparecido político para echarle una vainita “adicional” al Gobierno.
Muy al estilo de la oposición y sin saber dónde esconderse para montar su show, a Silvino se le viene una idea genial a la cabeza y no es otra que “¿por qué no aprovechar de ir a pasarme unos días con la carajita de Maracay que tanto he embarcado con este peo de la lucha por la libertad?”.
Pero a Silvino se le olvida que su mujer no come cuentos de conchas y que ella sabe mucho los percances que ocasionan a la vida familiar de los militares las discotecas de Las Delicias y la piscina del Intercontinental, y termina quedándose más días de lo previsto, simplemente porque no tiene argumento con qué regresar... se le han acabado las ideas y aquella excusa (tan de moda entre la clase media) de que le pusieron burundanga en la bebida y que no sabía dónde estaba, ya está muy rayada.
¿No tiene acaso derecho Silvino a rumbear en santa paz como cualquier César Augusto?
¿Tiene que tener explicaciones para todo? ¡O es que acaso tiene él que cargar con el San Benito de los fracasos de la oposición sin poder echar siquiera una canita al aire?
No.
Silvino es un ser común, que pone sus tortas como cualquiera y luego las arregla echándole la culpa a Chávez.
Es decir: Silvino es como tú, pobre ser de la oposición que, al igual que él, sigues sufriendo el drama del antichavismo sin liderazgo que te oriente, sin razones valederas para oponerte y sin pegar una en la vida, pero... ¡Fuera Chávez!
El 2006 hazlo tu candidato, que si no ganas por lo menos quedas bien con los de tu clase.
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