Subo por la escalera central del Centro San Ignacio, rumbo al cafetín para encontrarme con la mujer más bella de todos los mundos, o sea, con Cinthya Machado Zuloaga y, de repente, veo que delante de mí van Gabriel Puerta y Andrés Velásquez. Los veo salir de la escalera y siguen avanzando por el pasillo. Por un momento pienso seguirlos, pero me digo: "Si a esos no los ha seguido nunca nadie, y mucho menos ahora, ¿por qué tengo que seguirlos yo?". Y después de esa profunda meditación, sigo rumbo al cafetín donde, desde lejos, se nota que Cinthya me está esperando.
Decía que se nota que Cinthya me estaba esperando, porque el mesonero estaba espantando a unos tipos que se le acercaban para ver si era de verdad, es decir, de carne y hueso. Cuando me vio llegar, me dijo: "Usted es el único hombre que hace esperar a una mujer tan exquisita y tan bella como mi señorita". Y se va a buscar el café negro, porque ya Cinthya tiene allí su botellita de agua Evian. La saludo con un beso y tomo asiento.
Y me dice: "Vengo a contarte que nos estamos divirtiendo con la campaña de Enrique. Sólo a él se le pudo ocurrir ponerle ese nombre a esa campaña, la está llamando Operación Amarre. Es tan falta de imaginación que mi papá dijo que le iba a quitar el financiamiento por estúpido. Y Enrique le dijo que no importaba, porque María Corina estaba recibiendo todos los dólares del mundo y con eso bastaba para ganar los dos. Es decir, que según mi viejo, María Corina y Enrique Mendoza van amarraditos los dos, lo malo es que él no se deja amarrar".
El mesonero vuelve con el café y hace una morisqueta. Se agacha y se pone al frente de Cinthya y después le dice: "Es que su belleza me paraliza, señorita".
Y ella sigue diciendo: "Así no se puede ganar nada, amigo. Lo que acaba de hacer Ramos Allup diciendo que le va dar una coñaza al Gobierno, y llamando bolsiclones y cabroneros a sus compañeros de la oposición, es verdaderamente digno del peor barrio. Es un malandro el Ramos Allup. Y pensar que mi familia lo ha financiado en sus locuras".
Toma agua directamente de la botella y se escucha el suspiro del mesonero desde la barra. Y ella dice: "En estas elecciones hemos descubierto que nunca tuvimos una clase política con clase". Y se ríe para hacer felices a todos los que la están viendo.