Muchos han opinado sobre la personalidad de Franklin Brito, el suicida, menos los más llamados a opinar por conocer mejor la naturaleza humana y las debilidades de la mente: los psiquiatras.
El suicidio o el dejarse morir no es una decisión simple y clara, puede ser la consecuencia de una gran confusión mental que enrarece la sensatez y obnubila la razón. Hasta la egolatría, inclusive, puede llegar a apoderarse de la personalidad del suicida quien llegaría a imaginarse que el mundo gira a su alrededor, sobre todo si hace de la muerte un espectáculo y es celebrado y aplaudido por su entorno.
El suicida puede despertar toda suerte de sentimientos, desde la conmiseración, por tratarse de un ser débil, hasta la hipocresía cruda y chocante, bases del show mediático y la comedia humana, montados en torno al caso Brito.
Es sabido por todo el mundo que su muerte sería recibida con recóndito regocijo por parte de la oposición que con lágrimas en los ojos, lágrimas de cocodrilo, llorarían su falso dolor. Ocurrida la muerte se inicia la comedia, los enemigos del gobierno no encuentran argumentos para endilgarle la responsabilidad y exaltar las virtudes de la víctima, tanto que un líder político comparó a Brito con Mahatma Gandhi, el apóstol religioso de la India, quien blandiendo la dignidad y la lucha pacífica logró la independencia de su país.
Un comunicado del gobierno respondió a todos los infundios en que se basaron las acusaciones imaginarias del señor Brito, no tiene desperdicio, es inobjetable y se refiere a cada uno de los argumentos invocados.
En primer lugar, que Franklin Brito nunca fue objeto de expropiación o rescate de sus tierras, ni éstas fueron invadidas por parte de terceros; en segundo lugar, que Brito recibió en cada momento respuestas oportunas a sus instancias administrativas y judiciales; que nunca existió solapamiento o violación de la propiedad; ni el Estado violó sus derechos civiles, sociales o económicos. Estas explicaciones no han sido aceptadas ni rechazadas por los enemigos del gobierno, beneficiados políticamente de la muerte de Franklin Brito, simplemente ignoradas.
Abogado