Los medios de información engañosos en América Latina son del mismo corte, casi todos pertenecen a personajes enriquecidos con su comercio editorial; sin escrúpulos; sin límite de conducta en el ejercicio de su oficio; irrespetuosos de la vida humana; empecinados en desestabilizar a los gobiernos y en mantener, por ese vía, el poder en sus manos para proteger sus intereses personales.
¿Cómo detener ese trabajo desintegrador de los medios y que a la larga harán sentir, cada vez más, sus efectos deletéreos? No queda más alternativa que los gobiernos se les enfrenten decididamente con la creación de una legislación apropiada para combatir el delito de información, cuya definición en los códigos vigentes no es eficaz ni suficiente.
Como se trata de combatir la mentira en función desestabilizadora que magistralmente utilizan los medios orquestados por el fascismo mundial, un solo país, vulnerable internacionalmente, no tiene la fuerza para tamaña confrontación, por lo que se hace necesaria la fijación de unos principios jurídicos regionales.
Unasur es una organización de países apta para emprender esta cruzada para adecentar los medios de información. Dictados esos principios que definan claramente las transgresiones mediáticas y plasmen sus penas, cada país puede ajustar sus códigos para combatir eficazmente ese flagelo. La mentira mediática, la deformación y manipulación de la información, la creación de falsedades, la difamación y la calumnia, etc., son vicios que deben ser castigados como cualquier crimen.
Hoy ninguno de estos delitos puede ser juzgado por los tribunales de justicia de ningún país de Latinoamérica, quien ose invocarlos sería destruido por la algarabía fascista, realenga en el mundo, dueña de medios terribles de destrucción de las instituciones y de la paz en cualquier país.
Los países, sobre todo los que están en proceso de cambios y luchan por zafarse de las garras del imperialismo estrangulador, tienen que buscar sus canales de defensa y unirse para, en conjunto, confrontar el monstruo de los medios de comunicación en el mundo. Sobre todo si se pudiera contar con Lula en la presidencia de Unasur.
Abogado