Primera: Mireya Moscoso indulta a los más sanguinarios terroristas latinoamericanos de todos los tiempos y les facilita su traslado a los Estados Unidos, único país del mundo con el que Venezuela mantiene una expresa confrontación política, entre otras cosas por su doble y falso discurso acerca de la lucha contra el terrorismo.
Segunda: Los criminales llegan a Miami, donde tiene asiento lo más granado del golpismo venezolano en el exilio, desde donde se han confesado prácticas de entrenamiento terrorista orientado a dirigirlo hacia nuestro país, y desde donde se producen declaraciones sobre planes ideales de magnicidio contra nuestro presidente y otras figuras públicas.
Tercera: El presidente Bush es reelecto y de inmediato declara en su primera rueda de prensa que “los presidentes del mundo entero deben saber que las decisiones del presidente de Estados Unidos deben ser acatadas so pena de sufrir las consecuencias”. Días más tarde, su novel cancillera dice “nuestra política exterior va a ser ahora más agresiva”.
Cuarta: La Directiva del Nacional Endowmen for Democracy (NED) arriba sorpresiva y extemporáneamente a Venezuela para brindar un muy impreciso apoyo a la organización más comprometida con la desestabilización golpista del país. Luego de una serie de extrañas reuniones, abandona el país de la misma inexplicable forma en que llegó.
Quinta: Un coronel golpista (del mismo grupo de militares exiliados en Miami) es declarado desaparecido por un periodista sin fundamentos y luego de una serie de torpezas que desbaratan el show tan pésimamente montado, su familia reconoce que está vivo pero que no sabe cómo hacer para que reaparezca, al parecer porque quienes se dedican a la lucha clandestina no pueden vivir en su casa ni dejarse ver por nadie.
Sexta: Un grupo de opositores solicita desesperadamente la aprobación de una ley de amnistía.
Séptima: Una bomba acaba con la vida del fiscal que investiga los casos de golpismo y de desestabilización.
Octava: Un connotado policía ligado al golpismo es capturado fugándose hacia la ciudad norteamericana de Atlanta por el aeropuerto de La Chinita.
Novena: El abogado que lo defiende es el mismo señor de gruesos lentes negros que defiende a los paramilitares encontrados en El Hatillo.
Esta nota ha sido leída aproximadamente 3972 veces.