El domingo 26 de septiembre, en unas elecciones parlamentarias que permitieron medir el respaldo popular del proceso bolivariano en el pueblo venezolano, el Partido Socialista Unido de Venezuela; obtuvo una victoria electoral logrando adjudicarse 97 diputados, pero sufrió una derrota política que permitió a la derecha neoliberal, organizada alrededor de la Mesa de la Unidad Democrática, obtener más de 5 millones de votos, sólo 100 mil votos menos que las fuerzas políticas bolivarianas; una diferencia lograda con el débil apoyo electoral del Partido Comunista de Venezuela, 160 mil votos, y los TUPAMAROS, 153 mil votos.
Realidad política que, en el marco de la lucha por la hegemonía, debe analizarse con precisión para definir estrategias y medidas que garanticen; la defensa y la profundización socialista del proceso bolivariano. En este sentido, partimos de una premisa central: En Venezuela, no existen cinco millones de oligarcas y burgueses; entonces visualizamos que la derecha neoliberal, como en el pasado, obtiene respaldo en los sectores populares de la sociedad; por el descontento de hombres y mujeres del pueblo, que observan corrupción e ineficiencia en la gestión del gobierno bolivariano.
Situaciones como la pudrición de alimentos, la falta de una política habitacional, los nuevos ricos, la inflación, inseguridad y la desplanificación en el sector eléctrico; evidencian la diferencia entre el discurso socialista y las prácticas burocratizadas de muchos dirigentes del proceso bolivariano, generando que pierda credibilidad y fortaleza el liderazgo del camarada Presidente Hugo Chávez; entendiendo que ese gran liderazgo sin gestión con eficacia política y calidad revolucionaria, desafortunadamente, esta condenado a debilitarse progresivamente.
Esas situaciones, problemas, son reales; no son invento del aparato mediático, por supuesto que son magnificadas; pero no podemos seguir negándolas o, peor, darle una simple respuesta mediática. Pensando que podemos recrear realidades inexistentes, es necesario entender que cuando un pueblo padece una inflación del 30% anual, acompañada de una recesión económica; no se le puede responder con una campaña comunicacional. De esta manera, me parece un error desarrollar una simple respuesta mediática, proponiendo que el camarada Chávez, líder del proceso bolivariano, convoque a una jornada de discusión democrática; alrededor de los problemas que afectan al país y al proceso bolivariano; buscando y decidiendo colectivamente sobre las medidas necesarias para solucionarlos, por lo tanto, se estaría invocando, no formalmente, al poder constituyente; promoviendo paralelamente la organización y movilización del pueblo.
Esas discusiones y debates, no pueden ser una simple maniobra política, deben originar los lineamientos centrales del accionar de las diputadas y diputados bolivarianos en la próxima Asamblea Nacional y del gobierno nacional, en los próximos dos años; para con certeza revolucionaria recoger los frutos en las elecciones presidenciales del año 2012. La estrategia propuesta, que implica una aplicación concreta de la democracia participativa y protagónica, permitiría que las diputadas y diputados bolivarianos se constituyan, activando en el proceso de discusión del pueblo, en verdaderos voceros del Poder Popular; presentando y articulando los planteamientos emanados de las asambleas y reuniones realizadas por ese poder constituyente; que se moviliza para defender su proceso de cambios de la derecha neoliberal y de los oportunistas enquistados en el gobierno nacional.
ogvh_21@hotmail.com