¿Qué pasó en el Zulia?

Un  análisis de los recientes resultados  electorales en el Estado Zulia,
 pasa  por  dejar  en  claro  que los representantes de la derecha y de la
 cuarta  república  volvieron  a recurrir a la mentira y a la manipulación
 como alimento para el espíritu revanchista de una masa que se cree cuanta
 pendejada le exponen.
 

Es así como le han hecho creer a una gente que ya pasa de ingenua a boba,
 que  aplastaron  al  chavismo  en el Zulia y que obtuvieron el 80% de los
 votos.  La  realidad  es  que  obtuvieron  el 80% de los diputados lo que
 representa  una  victoria importante para ellos, pero eso podrían haberlo
 logrado  con  12  votos de diferencia (uno en cada circuito). Los números
 definitivos reflejan una ventaja de once puntos porcentuales (55 Vs 45%),
 lo cual dista mucho de los sesenta que se atribuyen.

 Ahora,  sobre  lo  que  deseamos  opinar no es sobre las mentiras que los
 dirigentes  de  la  derecha  le  cuentan  a  su  gente, allá ellos con su
 problema.  Lo que quisiéramos es exponer nuestra humilde opinión sobre el
 por qué  la Revolución Bolivariana no ha podido tomar de manera definitiva
 esa  “colina”  denominada  Estado  Zulia,  y por supuesto, siempre con la
 intención   de  aportar,  exponer  algunas  propuestas  para  superar  la
 situación planteada.

 La   primera  causa  de  la  ya  recurrente  derrota  en  el  Zulia  está
 relacionada,  desde  nuestro  punto  de  vista,  con la falta de un líder
 regional  que desplace de una vez por todas a esa serie de carcamanes que
 montados  sobre  la popularidad y el respaldo del Presidente no han hecho
 sino  fomentar  conflictos, rencores y divisiones en el seno del chavismo
 zuliano.
 Al respecto, creemos que Chávez se equivoca cuando propone como candidato
 a  gobernador  (y con ello como líder)  al comandante Arias Cárdenas. Hay
 mucho  resentimiento  en  el Zulia contra Arias y ello hace prácticamente
 imposible que pueda cumplir la tarea ya mencionada.
 Urge entonces la identificación del hombre o mujer al que hay que apoyar,
 promover  e impulsar como líder del Zulia para los próximos procesos. Sin
 esa figura no hay éxito posible.

 En  segundo  lugar  nos  encontramos  como causa de la última derrota, la
 decepción  que  en la población zuliana ha generado la gestión de algunos
 alcaldes  que no tienen nada que mostrar, que carecen de planes concretos
 para sus ciudades y que no cuentan con equipo de trabajo competente.
 Al  respecto hemos propuesto en varias oportunidades que “se tome el toro
 por  los  cachos” y que el gobierno nacional, en acuerdo con los alcaldes
 chavistas,  asigne  un  equipo  de  profesionales  de  alto  nivel a cada
 alcaldía   para  que  les  ayude  a  gestionar  recursos,  a  identificar
 prioridades, a elaborar planes y a sincronizar la gestión con el gobierno
 central.  Es  hora  de  demostrar  que  con gobiernos revolucionarios los
 pueblos  del  Zulia  pueden  salir  del  estado  de  postración en que se
 encuentran

 La  tercera  causa  de  la  derrota,  desde  nuestro punto de vista, está
 representada por el papel desempeñado por Corpozulia.
 Ante  la  existencia  de un gobernador y un alcalde de Maracaibo enemigos
 del  proceso  revolucionario y ante la carencia de un liderazgo regional;
 el  papel  de  Corpozulia  debe  y  tiene  que ser mucho más activo.  Esa
 institución debería ser una especie de gobernación paralela y a través de
 ella  el gobierno nacional garantizar el éxito de todas las misiones y el
 impulso  a  proyectos  de envergadura  como el metro, Puerto América, las
 carreteras  Lara-Zulia  y  Falcón  Zulia, la Represa del Diluvio y tantos
 otros que impactarían la vida de los zulianos.
 Una simple encuesta sobre la percepción que se tiene de la institución en
 la  región,  bastaría para entender que es hora de cambios importantes en
 la misma.

 Por  último  está el caso de la relación PDVSA - sociedad. Muchos son los
 esfuerzos  que  se  realizan  desde la petrolera estatal para impulsar la
 revolución; sin embargo, los resultados son los que conocemos.
 Miles  de trabajadores le ponen pasión y esfuerzo al trabajo en beneficio
 del  proceso  revolucionario,  pero una parte mucho más pequeña promueve,
 con  descaro, la indisciplina, la ineficiencia, la desilusión y lo que es
 peor una imagen distorsionada y decepcionante de la empresa.
 Los  últimos pareciera que obtienen mejores resultados.  Cada trabajador,
 cada  suplidor, cada relacionado que logran decepcionar arrastra consigo,
 en  promedio,  a tres miembros de la familia. Allí urge, en consecuencia,
 un trabajo de inteligencia y acciones  correctivas inmediatas.

 arellanoa@pdvsa.com



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Alexis Arellano


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