Shakeaspeare, a través de Horacio, en Hamlet, lo expresaría más finamente diciendo:"Algo huele a podrido en Dinamarca".
El tema de la devaluación anunciada está causando revuelo porque parece que la toma de decisión sobre el caso no está sólo en manos de venezolanos, sino que hay otras manos de afuera que presionan para que ésta se dé. Y cuanto antes.
A través de "Aporrea" y de "La Hojilla" he seguido de cerca los esfuerzos de una asociación civil llamada "Defensores del bolívar" para evitar que se consume esta medida, apelando a sólidos argumentos respaldados por profesionales no sólo de la Economía, sino también de la Ingeniería, quienes han llegado en su esfuerzo incluso hasta la Asamblea Nacional, ante la cual hicieron una presentación de sus argumentos en defensa de la revaluación progresiva del bolívar. He visto igualmente las réplicas de quienes defienden la devaluación y, aunque confieso mi ignorancia sobre la materia, realmente no encuentro ningún argumento sólido que sea capaz de rebatir los presentados por la citada asociación: pura paja y descalificación hacia quienes se oponen a esa medida que afectará a la mayoría de los venezolanos, sobre todo a quienes tienen menos recursos, a favor de un reducido grupo que saldrá muy favorecido. Pero lo que más llama mi atención no es tanto la pobreza de la defensa de quienes auspician la devaluación, sino la dureza de los ataques contra quienes se oponen a ella, en particular el ataque frontal contra los "Defensores del bolívar" a quienes no sólo se les descalifica, sino que hasta se les acusa de querer, nada más y nada menos, que derrocar al Presidente Chávez.
A decir verdad, esta última acusación sólo la he leído en un personaje cuyo artículo apareció publicado en este medio, pero también leí la respuesta a dicho artículo firmada por uno de los miembros de la citada asociación y como no tengo acceso a los e-mail a que él se refiere ingresé a la página electrónica que señala (http://www.tpsupremo.8k.com) y ¡coño! Casi me caigo de culo mientras leía su editorial. Recordé que al payaso Napo de Zago lo citaron al TSJ por haber comparado a este tribunal con un prostíbulo, y resulta que en la página electrónica de este personaje, entre otras muchas expresiones peyorativas del Poder Judicial aparece esta perla: "En la rúbrica "EXPERIENCIAS", "ABERRACIONES", "DENUNCIAS" y "DOCUMENTOS" encontrarás los detalles de este insólito y trágico caso que demuestra de manera contundente que aquí la JUSTICIA es un GRAN ENGAÑO al pueblo y un PROSTIBULO del NEGOCIO JURÍDICO TURBIO.".
Lo que me impactó no es el contenido de la sentencia, sino que quien la pronuncie sea un ciudadano extranjero, que además de esa aseveración tiene otra serie de manifestaciones que evidencian una clara intervención en asuntos políticos de Venezuela, lo cual por su condición le está vedado. Pero además, si los e-mail que menciona el vocero de los "Defensores del bolívar" existen y es cierto su contenido, no cabe la menor de las dudas de que estamos ante la presencia CONSENTIDA de un espía al que se le permite influir para alterar o modificar decisiones de estricta competencia de los Poderes Públicos. Nada de mitómano. Un espía que está en la cuerda floja. Mantiene una página web, que algo debe costar, en la cual da cabida a opiniones de los que apoyan al gobierno y a cambio de eso se permite despotricar contra el Poder Judicial, en un doble juego difícil de entender.Pienso que las autoridades tendrían que decir algo al respecto. Y también las embajadas de Suecia y Dinamarca, sobre todo esta última.
Por otra parte, si, como se deduce del artículo del vocero de "Defensores del bolívar", este ciudadano de Dinamarca inicialmente apoyaba la tesis de la devaluación del bolívar, ¿cómo se explica un cambio tan brusco en su manera de pensar, sobre todo si se tiene en cuenta que es un Economista e Ingeniero y no un "soberano pendejo" como yo que no tengo la más pura idea de esas materias tan complejas?.
No sé, pero pa´mi, "Algo huele a podrido en Dinamarca".
