En la revisión que da tiempo hacer a uno mismo, encuentra una cantidad de contradicciones que no da tiempo visualizar por el agite de las campañas, porque nuestro objetivo está proyectado a conseguir votos para mantener la continuidad del proyecto, que fue el sueño y hoy está salpicado por dudas y más que eso por dudosos, que tienen derecho de palabra en la tribuna de la construcción que estoy cuestionando.
Hace un tiempo atrás entendí, que personalizar los problema para culpabilizar incapaces no soluciona, hay que retratar los culpables en el todo y ellos mismos se culparan y el colectivo ve sus aciertos y virtudes, si es que los hay, para en Asamblea cuestionar; y si no se toman los correctivos, el desgaste va haciendo mella en sus conducta y poco a poco el tiempo cobrando debilidades, execrando inadecuados de esta propuesta donde no caben los que no asumen las practicas de nuestros grandes humanistas, donde se cuenta el más representativo de esta propuesta, el guerrillero internacionalista Ernesto (Che) Guevara.
Ya van diez años de revolución, mostrando desgaste de activistas que se quedaron en el cascaron vacio de solo conseguir votos para mantener posiciones políticas y se olvidaron de la formación del hombre necesario, en una propuesta tan seria como es la de llevar este proyecto más allá de la individualidad de una casta que lamentablemente se desgasto, o para no ser drástico está en eso.
Hay que trabajar por el hombre nuevo, que es el único que puede sustentar la propuesta; el actual está contaminado en proporciones considerables, tenemos que empezar con una nueva forma de ver este esfuerzo; sin no empezamos desde hoy a seriamente preocuparnos por el futuro que no termina en nosotros; el pasado está al acecho en los planes maléficos de los conductores anteriores y en disyuntiva de ser o no ser, están listo para volver, estirando el egocentrismo que los envejece sin haber cumplido el compromiso que un día juraron y la soberbia no deja que convenzan.
En estos últimos días una oleada de combatientes revolucionarios, que la vanidad y el desgaste no hizo mella, han tenido el valor de cuestionar conductas arcaicas y eso deslumbra una fuerza escondida en un pueblo que emerge a reclamar lo que en diez años le vienen sustrayendo y revive el grito como en semanas pasadas en el CELARG de Altamira y el PLATILLO PROTOCOLAR del Teresa Carreño, de PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
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