Los conozco porque convivo con ellos, los encuentro por todo mis alrededores; están llenos de angustias escondidas en una apariencia de
felicidad, que cuando te detienes a entenderla es el sufrimiento más grande con que puede vivir un ser humano.
Es el engaño producido por una deformación, impulsada desde un tiempo que se descubrió que la alienación es el elemento de fuerza que puede ayudar a los que controlan el poder, a dominar a los que no pueden controlar ni siquiera su propia ignorancia.
En un tiempo atrás, el terrorismo era el elemento más fuerte con que se dominaba, en los últimos tiempos lo mediático tomo un lugar de dominación imposible de controlar, si no se alimenta la conciencia con principios que identifiquen al terrorista nuevo, la alienación y sus consecuencias en el mundo moderno.
Estoy entendiendo; no la debilidad de mis hermanos, sino el poder que adquirieron los depredadores y están mal utilizando en beneficio de una voracidad que nos llevara a la destrucción antes de lo previsto; porque a este ritmo no podremos aguantar las exigencias de los planteamientos capitalistas, para sostenerse en deterioro de lo humano.
Por lo que estamos viviendo, con relación a la normalidad (sin dejar de entender que es relativa) hay conductas que no son aceptadas en ningún lugar del planeta con principios; por ejemplo, que los delincuentes sean defendidos como personas éticas, por una contrariedad política; a un músico o artista no se le exige un mínimo de compromiso para ganar el derecho de poder presentarse ante un público que merece respeto; la disciplina y el estudio pasaron a un plano de conveniencia política y estafar a una comunidad es loable si quien estafa es contrario a lo que piensa mi adversario.
Están enfermos y es producto del descuido que tuvimos frente a los depredadores que se metieron en nuestras vidas, después de la aparición
petrolera y se trajeron el campesino a la ciudad a llenar ciudades dormitorios, donde lo humano se quedo en sus abuelos; enfermándolo a tal
punto que no quieren volver al campo y son la mayoría de nuestro habitantes de las metrópolis hoy en día; descendientes de campesinos que tuvimos hijos y hoy estamos enfermos con la necesidad imperiosa de volver a casa, para poder salvarnos, porque PATRIA O MUERTE,
VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA
SIEMPRE.
HAZTE CONCIENCIA.
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