Creo haber leído alguna vez, que la realidad son datos a los cuales le damos sentido y significado. Aunque alguien se proponga tapar eso que denominamos realidad; las dimensiones y el peso de los datos (hechos) emergen y nos hacen comprender el sentido de los problemas. La iglesia se ha visto envuelta ahora y en otros momentos en una profunda crisis y los datos nos hablan de una institución con un doble discurso y total ausencia de moral. Una cosa dicen y otras hacen y tratan de ocultar.
El dato de lo que dicen es distinto al dato de lo que hacen y se le ve muy claramente el doble discurso. Si se observa con atención los temas que aparentemente les viene preocupando, notaremos que son dos temas básicos: a) La uniones de homosexuales y b) el Uso del Condón. Para la iglesia católica toda y para los papas estas dos situaciones son manifestaciones de un mundo que contraviene las leyes de Dios. Si se tiene el cuidado en registrar cuántas veces aparece la palabra condón en los discursos del Papar para cuestionar su uso o para calificarlo como mecanismo diabólico, notaremos que ese término se usa muy frecuentemente. Si se observa también, el significado que la iglesia y los papas dan al término homosexual; entenderemos que un homosexual es una especie de maldición, un poco menos que persona y así queda expresado en las intervenciones y documentos oficiales de la iglesia. Palabras más palabras menos, esa la idea que ponen en andar.
El condón y la homosexualidad es el recurso que la iglesia ha estado utilizando como “pote” de humo para ocultar la realidad y es también una manera de entender su doble discurso y total ausencia de moral.
Con el uso del Condón no se le hace daño a nadie. El uso del condón previene y determina que la persona que lo usa actúa con consciencia y sin intención de complicarle la vida nadie. Generalmente su uso es un acuerdo entre parejas. Un homosexual no tiene la intención de perjudicar a nadie por su condición. Otrora era una situación que se observaba como una afrenta para una familia, pero esa situación afortunadamente ha ido perdiendo sentido y la sociedad ha venido reconociendo y aceptando esta realidad. Un homosexual, por su condición de homosexual no es un peligro para nadie, sin embargo, la iglesia ha cuestionado duramente esta condición y es responsable diría yo, de la percepción que la sociedad se ha formado de estas personas.
Un pederasta si es un peligro para la sociedad y para los seres más indefensos: Los niños. El DRAE concibe a la pederastia como “abuso sexual cometido contra un niño”. La pedofilia no teniendo un sentido de abuso, sino de atracción sexual del adulto hacia los niños”, no puede entenderse independientemente de sus consecuencias. Muy en el fondo, un pedófilo es una persona enferma que produce o causa daño. La iglesia con su falta de moral y ética, cuestiona el uso del condón y la homosexualidad, pero evade y evade, el fenómeno de la pederastia y la pedofilia de lo cual está hasta los “teque teques”. Cuando se ha visto obligado en reconocer esta conducta agresiva y abusiva, se limita a individualizarla y se “olvida” que la pedofilia y la pederastia es prácticamente un territorio exclusivo de la iglesia católica.
[1] Disponible en: http://www.aporrea.org/actualidad/a112827.html
