Quiero expresar una frase extraída de aquella canción que compuso el buen cantautor Carlos Valera, para significar lo que pudiera ser el amargo o dulce placer de leer y escribir: “Una palabra no dice nada y al mismo tiempo lo esconde todo, igual que viento que esconde el agua, como las flores que esconde el lodo”. Desde hace mucho tiempo los articulistas en su hoguera de escribir han manifestado distintas forma de expresar sus vivencias entre las cotidianidades de las sociedades y sus comportamientos, pasando por lo político, económico y cultural; en fin, tocando múltiples temas para compartir y debatir dándose el deleite que estos se lean; es decir, el articulista busca materializar la sabiduría reflejándola en las conversaciones que se hacen mientras sus escritos son analizados. Nos podemos encontrar con articulistas que abordan temas religiosos; a quienes escriben sobre los conceptos morales y de buenas costumbres dentro del seno familiar y social; otro que trazan sobre los gremios profesionales; hay quienes discurren temas de la medicina y la salud; sin embargo, dejo los escritos políticos y partidistas de último porque considero que es la intención fundamental de éste artículo, ya que a diferencia de otros temas estos son mayormente polémicos e ideológicos y se establecen sobre la reorientación de las sociedades y el Estado. Últimamente en nuestro estado Falcón se ha venido resaltando la discusión política, y esto ha generado distintas matrices de opiniones, donde los articulistas que esbozan sobre este tipo de tema son un factor importante para que ello se genere. No obstante, es importante el cuidado del diseño de quienes escriben, para no caer en la desabrida delineación de crear artículos repugnantes, fulerosos, serviles y aduladores, cayendo en el abismo de la indecencia de hacerlo por recibir dadivas o un simple reconocimiento al premio a la mejor lisonja excrementicia de las inmoralidades. Queridos lectores analíticos, recientemente al lector le ha causado cierto empalago leer algunos artículos de opiniones que se han venido publicando con un alto contenido lisonjero, cuestión muy delicada para quien o quienes escriben, ya que la perdida de su credibilidad menguaría a un descenso irreversible e irreparable, y eso me recordaría aquellos artistas que sólo pudieron proyectarse con una canción y jamás volvieron a los escenarios para cautivar al público. No voy a discurrir para abordar a alguien en específico por respeto a la condición humana y también para que esto ayude a que se reflexione y se auto examine, que haga un paneo de sus escritos y pueda observar su desorientación, más pudiera señalar que no se le puede colocar a un verdugo 5ta columnista como el mejor de los lideres del estado Falcón, etiquetándolo como un educador político cuando hay elementos obvios de su procedencia mugrienta adeco-masista y menos que se le manifieste poseer un “ejercito”, mientras este ser despreciable obtuvo una “victoria” cuestionada por el norte de la provincia; y por el otro lado, rotular a alguien con el enunciado “Comandanta”, titulo digno que se le pudiera dar a la persona merecedora de ello y no tratar de imponerlo de manera absurda y contradictoria a quien es verdadera figura y espejo de la arrogancia y malcriades, cayendo en un estado critico de desesperación y adulancia. Cuando se tropieza con un artículo de ésta mala calidad no se acostumbra a terminar de leer su contenido, ya que se impone más la nausea que la tortura de finalizar su comunicado; y es lamentable que esto suceda, porque se origina la perdida de un papel de alto valor en todos los sentidos. Sin embargo, detrás de todo ello pudiera ver alguien que hace de estos tipos de encargos, valiéndose de estos articulistas para proyectarse políticamente y que sirvan de escondedores de inmundicias, porque sólo bastaría leer un pequeño extracto y definir que clase de escritor se es. He sido muy crítico de las gestiones de diversos gobernantes, sobretodo del gobierno regional de estado Falcón, donde mayormente la incompetencia y la ineptitud se ha hecho presente, esto sin manifestar las acciones contrarrevolucionarias mostradas en los comportamientos contradictorios del “revolucionario”. De igual forma he criticado a los gobiernos municipales, sin la mínima intención de buscar cargos ni dadivas, por algo considero no estar detrás de alguien para olfatear ventosidades; discurro sobre el mucho o poco aporte que pudiera dar para aconsejar a los gobernantes; entre las actuaciones es gusto y estratégico dar recomendaciones en privado; es bueno creer en la dignidad humana y no dejarse llevar por los agujeros de la desmoralización, quizás ese ha sido la situación que han visto mis detractores erróneamente cuando no observan mi persona al lado de un gobernante, no es buen estilo hacerlo cuando se busca el triunfo del líder; pienso que los cargos se ganan por la capacidad de cada quien y no por escribir algo que se es o no se es con letras muertas o vivas de un articulista.
Abgdo.
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