Venezuela: ¿Cómo desconocer lo que nunca reconocieron? La ironía del "desconocimiento selectivo" de los neoliberales

Parece que el club de gobernantes neoliberales no solo carece de coherencia política, sino que también disfruta retorciendo los principios de la democracia a conveniencia. Resulta curioso - por no decir tragicómico - que figuras como Milei, Mulino, Meloni, Borrell, Biden y compañía, quienes se autoproclaman paladines de la libertad, decidan "desconocer" las elecciones presidenciales en Venezuela, celebradas el pasado 28 de julio, donde el pueblo decidió, de manera clara y soberana, reelegir a Nicolás Maduro como presidente para el período 2025-2031. ¿Cómo se puede "desconocer" a alguien que llevan años diciendo que no reconocen? Es como si de pronto descubrieran que su propio discurso no tiene pies ni cabeza, pero igual insisten, porque el guion no les permite admitir el triunfo de la democracia venezolana.  
 
Lo más irónico de este espectáculo es que estos mismos líderes, quienes no se cansan de dar cátedra sobre "institucionalidad", ahora deciden ignorar a las máximas autoridades del sistema electoral venezolano: el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Ambos organismos han ratificado la victoria de Maduro tras un proceso electoral impecable y transparente. La oposición venezolana, que tanto clama por "democracia", ni siquiera presentó pruebas concretas ni acudió a las instancias correspondientes para impugnar el proceso. Pero eso no detiene a los neoliberales, quienes prefieren atenerse a su narrativa prefabricada antes que aceptar que el pueblo venezolano se expresó soberanamente en las urnas.
 
Y aquí es donde el nivel de contradicción alcanza niveles olímpicos: ahora amenazan con "desconocer" a Maduro si se juramenta el 10 de enero de 2025 ante la Asamblea Nacional. Sí, los mismos que llevan desde 2019 diciendo que no lo reconocen, pero que, paradójicamente, siguen reconociendo al inexistente "gobierno interino" de Juan Guaidó y la extinta IV Legislatura de la Asamblea Nacional 2016-2021 ahora en manos de la reina Momo Dinorah Figuera, un par de personajes que ya no son ni diputados. ¿En qué cabeza cabe mantener un reconocimiento ficticio mientras el país sigue funcionando con instituciones legítimas y un presidente electo? Tal vez en las cabezas de quienes creen que la soberanía popular es un concepto secundario frente a sus intereses geopolíticos.  
 
Lo más absurdo es que, mientras estos gobernantes neoliberales arremeten contra Venezuela, en sus propios países enfrentan crisis sociales y políticas que ignoran olímpicamente. Milei, por ejemplo, apenas asumido, ya enfrenta una ola de descontento por sus propuestas de shock económico que perjudican al pueblo argentino. Biden, por su parte, lidia con divisiones internas y un sistema político que parece más una tragicomedia que una democracia funcional. Pero claro, criticar a Venezuela es siempre la solución fácil cuando necesitan desviar la atención de sus propios fracasos.  
 
En definitiva, esta es una muestra más del cinismo que caracteriza a los guardianes del neoliberalismo. Mientras desconocen elecciones legítimas y amenazan con sanciones, el pueblo venezolano sigue adelante, ejerciendo su soberanía y defendiendo su democracia. Tal vez sea hora de que estos líderes neoliberales dejen de mirar con desprecio al Sur Global y acepten que sus modelos agotados no son la medida de la legitimidad. Porque, al final del día, la pregunta sigue siendo la misma: ¿cómo desconocer lo que nunca reconocieron? La respuesta, como su política, no tiene sentido.


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Carlos Gutiérrez


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